Nuevos fármacos revolucionan el tratamiento del cáncer de próstata avanzado y metastásico

Cinco nuevas alternativas farmacológicas permiten un tratamiento más personalizado, además de un aumento de la supervivencia y de una mejora de la calidad de vida de los pacientes

1/07/2018 - 

VALÈNCIA. El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en hombres a partir de los cincuenta años y es la tercera causa de mortalidad en hombres, después del de pulmón y el cáncer colorrectal. La detección precoz es clave para garantizar la superviviencia de los pacientes. En fases tempranas, el cáncer de próstata tiene una tasa de superviviencia del 100% a cinco años. Por ello es importante estar atento a los síntomas, principalmente dificultad miccional y aumento de la frecuencia miccional y acudir al médico para hacerse un chequeo rutinario. “En las etapas iniciales, el tacto rectal y la determinación en sangre del PSA, pese a su inexactitud, siguen siendo los pilares fundamentales para su detección precoz”, apunta el doctor José Rubio, jefe del servicio de Urología de la Fundación IVO.

Pero si se detecta en fases más avanzadas, en las que ya hay una metástasis (principalmente en huesos y ganglios) ya no se considera curable. Eso sí, el doctor Rubio asegura que “se ha dado un vuelco con las alternativas terapéuticas y ahora podemos controlar el cáncer y prolongar y mejorar la calidad de vida de esos enfermos”. 

Estas nuevas alternativas farmacológicas, para cáncer de próstata avanzado y metastásico permiten ofrecer un amplio abanico de tratamientos exprimiendo sus combinaciones y secuenciación. Hasta hace poco, la terapia tradicional consistía en el bloqueo de la producción de testosterona, bien quirúrgicamente o bien farmacológica. Está demostrada la dependencia del cáncer de próstata de esta hormona masculina. “El tratamiento tradicional permitía controlar y estabilizar el cáncer durante dos o tres años, pero entonces las células tumorales se hacían resistentes a ese bloqueo, el cáncer se volvía muy agresivo y la esperanza de vida se reducía a poco más de dos años, con una mala calidad de vida”, explica el doctor Rubio. Con la aparición de nuevos fármacos se ha conseguido alargar la vida de los pacientes y sobre todo, mejorar su calidad.

Hace diez años se produjo una revolución en el tratamiento de estos pacientes más graves, con la aparición desde entonces de cinco fármacos de diferentes familias y que permiten un tratamiento más personalizado, además de un aumento de la supervivencia, un mejor control de la sintomatología y una mejor calidad de vida. Dependiendo de las características del paciente, la fase en la que se encuentra el cáncer o cómo acepta su organismo la medicación, se puede optar por una alternativa farmacológica u otra. 

“Son fármacos muy caros y alguno de ellos con efectos secundarios no desdeñables, que deben manejarse por unidades muy especializadas”. De los cinco nuevos fármacos, cuatro son adquiribles en España (el quinto solo está aprobado en Estados Unidos). Dos de ellos son de estirpe hormonal (abiraterona combinado con la prednisona y la enzalutamida), otro va dirigido a pacientes con metástasis ósea (radium-223) y los otros dos fármacos son  quimioterápicos, el docetaxel, el primero en aparcer, y uno más reciente de la misma estirpe que se llama cabazitaxel. 

 

Cuando el paciente llega a esta fase de la enfermedad, lo ideal sería poder testar  con distintos biomarcadores y pruebas moleculares los diferentes fármacos para comprobar cuál iría  mejor a cada paciente, porque no son soluciones que se puedan intercambiar y no a todo el mundo le va bien el mismo fármaco “y así se optimizaría la respuesta, se alargaría la vida del paciente y conseguiríamos que el paciente tuviera los menos efectos secundarios posibles, con la consiguiente mejora de su calidad de vida”. Actualmente existen ingentes líneas de investigación para obtener biomarcadores reproducibles y asequibles.

El éxito que se ha obtenido con estas nuevas alternativas farmacológicas en el cáncer de próstata avanzado y metastásico ha animado a los investigadores a testar en pacientes con cáncer de próstata en fases más precoces de la enfermedad, “en combinaciones más agresivas de inicio para consolidar los tratamientos que teníamos hasta ahora y ofrecer mejores cifras de curabilidad”.

Un éxito, además, que ha animado a continuar con las investigaciones de nuevos fármacos para tratar esta enfermedad. En la actualidad se está investigando otra serie de fármacos que ofrecerán nuevas alternativas terapéuticas. Las líneas principales de investigación son la inmunoterapia y los fármacos dirigidos a mutaciones de los genes reparadores del ADN. “En estos momentos se encuentran en fase I o II de investigación y están ofreciendo resultados prometedores, pero todavía tardaremos un tiempo en tenerlos disponibles” aclara el jefe del servicio de Urología de la Fundación IVO. 

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