ALICANTE. (EFE/Antonio Martín). Nuria Montes ha pasado de ocupar una de las macroconsellerias de la Generalitat Valenciana, la de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, a dejar el Consell de Carlos Mazón en una caída política en picado desde que en los primeros días de la crisis de la dana de Valencia mostrara una inesperada falta de empatía y de sensibilidad con los familiares de los fallecidos. Su puesto lo ocupará Marián Cano.
El pasado 1 de noviembre y en su calidad también de presidenta de Feria Valencia, donde se trasladaban los restos mortales de las víctimas de la dana, Montes hizo unas declaraciones a los periodistas en las que, con un sorprendente tono inflexible, afirmó que no se permitiría "el acceso de familiares a la zona donde tenemos custodiados a todos los fallecidos". "Así que tienen que esperar de forma obligatoria la llamada del juzgado y la entrega de la documentación pertinente", añadió.
Aunque horas después pidió públicamente perdón reconociendo que sus palabras habían "estado faltas de esa empatía" y de "esa sensibilidad que todos buscamos en estos duros momentos que estamos viviendo", Montes no ha sobrevivido políticamente a la gestión de la dana del 29 de octubre, precisamente el día que cumplía 55 años.
Hasta ese momento, la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo se había desempeñado con agilidad y sin demasiadas críticas en una de las carteras con un indudable calado, especialmente en Industria y Turismo, dos de las bases productivas de la Comunitat Valenciana.
Una de las primeras medidas que aplicó al llegar al cargo fue la derogación de la tasa turística, aprobada por el anterior ejecutivo de izquierdas, y después impulsó la solución a la difícil situación de las estaciones de las ITV tras la reversión al sector público con la creación de la empresa Sitval.
Sobre todo su etapa ha estado marcada por la reactivación del sector turístico, donde es una experta porque llegó a la Generalitat tras casi 30 años como la voz de la patronal hotelera valenciana, Hosbec, que desde Benidorm creció durante ese periodo hasta convertirse en una de las principales del sector en España con más de 300 establecimientos asociados.
Trabajadora incansable, con dotes comunicativas que parece que le fallaron este 1 de noviembre y siempre con un trato cercano y accesible a los periodistas, llegó al gabinete de Mazón como independiente, sin un cargo anterior en el PP, aunque en los últimos cuatro años había trabajado codo con codo con el president valenciano en su condición de secretaria general de Hosbec cuando el president estaba al frente de la Diputación de Alicante.
Mazón nunca ha ocultado la confianza en Montes tanto ante la oposición como en otros escenarios, como cuando la defendió públicamente tras unos mensajes insultantes en la red social X por la forma de vestir de la consellera durante un minuto de silencio por un crimen machista, al comentar que "la señora de fucsia viste como quiere y es una mujer libre y de primera".
Montes llegó a Hosbec poco después de licenciarse en Derecho en la Universidad de Alicante (UA), en 1993, y su capacidad de gestión ayudó a que esta asociación creciera durante las siguientes décadas a la par que su crédito de gestora eficaz, lo que le llevó a ser vocal de la CEOE y de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), así como impulsora de la marca Visit Benidorm y profesora de la UA y otras escuelas de negocio.
Nacida en Madrid el 29 de octubre de 1969, casada y sin hijos, Montes de Diego se trasladó de la capital de España a Alicante cuando era una niña de 7 años, y desde entonces allí vive muy cerca del mar Mediterráneo. Deportista aficionada al 'crossfit' y amante de los zapatos, además de la ciudad de Alicante siempre ha estado muy ligada a Benidorm hasta el punto de que en una entrevista el pasado verano con EFE se definía como 'benilover'.