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Objetivo 2021: la València cultural en la que nacerá el centro de arte de Hortensia Herrero

21/08/2018 - 

VALÈNCIA. Fue en febrero de 2016 cuando la Fundación Hortensia Herrero confirmó la compra de uno de tantos inmuebles históricos, hasta entonces, abandonados: el Palau dels Valeriola. El edificio, ubicado en la calle del Mar, se convertía así en el nuevo gran proyecto de rehabilitación en el horizonte de la fundación, que ese mismo año abría de las puertas del Museo de la Seda tras un intenso trabajo, habiéndose encargado también de la recuperación de los frescos de San Nicolás. Una vez adquirido el inmueble y definido su uso, un centro de arte, quedaba pendiente el inicio de las obras de rehabilitación del mismo, que ya son una realidad. Tal y como ha anunciado la entidad, las obras han arrancado, un trabajo de adaptación del espacio que corre a cargo del estudio valenciano ERRE Arquitectura y cuyas obras se prolongarán al menos 36 meses. 

Será pues en 2021 cuando abra las puertas el centro de arte de la fundación,  un espacio que acogerá tanto la colección privada de arte de la propia Hortensia Herrero como exposiciones temporales de artistas de “reconocido prestigio nacional e internacional”, indican desde la entidad, así como conferencias y diversas actividades culturales promovidas por la misma. Cabe destacar que, además de las exposiciones y actividades que acogerá el Palacio de Valeriola, el público podrá visitar las ruinas del antiguo circo romano de la ciudad, descubiertas durante las primeras actuaciones en el espacio. Tras la intervención, quedarán integradas en la rehabilitación.

Construido a principios del siglo XVII sobre los restos de la antigua judería de València, la intervención integral en el edificio -de estilo neoclásico- prevé dotar al espacio de arte de una superficie construida de 3.500 metros cuadrados para poder desarrollar sus actividades. “Con esta nueva infraestructura, València contaría con un nuevo espacio dedicado al arte contemporáneo y se sumaría así a la tendencia de otras ciudades europeas, que cuentan tanto con museos públicos como con fundaciones privadas sustentadas por muy diversos mecenas”, explican desde la propia fundación. De esta forma, en el ámbito de las artes plásticas, el centro de arte se convertirá en la piedra angular del proyecto de la Fundación Hortensia Herrero, aunque no en el único. 

Si recientemente ha tomado la Ciudad de las Artes y las Ciencias con muestras a cargo de los escultores Manolo Valdés o Tony Gragg, también desde la fundación se ha apoyado proyectos como Abierto Valencia, el acto de apertura de temporada de las galerías de arte contemporáneo de la Comunitat Valenciana, o PAM, iniciativa a cargo de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politécnica de València que busca sumergir a los alumnos en el entorno profesional de la creación. Este es, grosso modo, el contexto interno en el que se pone en marcha el centro de arte de la fundación, un espacio que aterrizará en una València que está echando carbón al motor del arte contemporáneo a partir con distintos proyectos -la mayoría desde el ámbito privado- que están dirigiendo la mirada de propios y extraños hacia la ciudad. 

Por supuesto, una de las nuevas bazas es Bombas Gens, impulsado por la Fundació Per Amor a l’Art, y que recientemente cumplió su primer aniversario. Bajo la dirección de Nuria Enguita y con Vicente Todolí como director del área de arte de la fundación nació un espacio cuyo continente también fue noticia. La antigua fábrica de bombas hidráulicas renacía de sus cenizas para volver a convertirse en punto de encuentro en el barrio de Marxalenes. El punto diferenciador del centro es su colección, principio y final de la iniciativa, pues se proyecta como espacio expositivo destinado a la divulgación de los fondos de la fundación. Este aspecto no es baladí, pues en apenas unos meses le han salido al centro más de una posible pareja. Los novios y novias, sin embargo, son para otro momento.

“No podemos albergar propuestas que no tienen relación con la colección. No somos un contenedor”, confesaba Enguita en una reciente entrevista con Cultur Plaza, en la que confesaba entre risas haber recibido propuestas por “tierra, mar y aire”. Por lo pronto, para la próxima temporada presentarán una muestra dedicada a la fotografía japonesa de la posguerra, uno de los ejes de la colección, con autores como Shomei Tomatsu, Daido Moriyama o Enokura. De igual forma la programación se completará con exposiciones individuales de la artista Anna-Eva Bergman y de Nicolás Ortigosa. Estas son algunas de las apuestas para el curso 2018-2019, el inicio de la consolidación de un proyecto cuyo primer año ha servido de “cata”. Con Bombas Gens rodando, no solo espera València la apertura del centro de arte de la Fundación Hortensia Herrero, estando también pendiente el aterrizaje de otro gigante del arte: Caixafòrum. 

Prevista su apertura para el tercer trimestre del 2020, el Caixafòrum València, como el resto de nuevos centros, también ha generado interés desde el principio no solo por el contenedor, sino también por el continente. No es de extrañar. El Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias encontraba con la Fundación La Caixa un sentido a su existencia, un espacio que será intervenido por el arquitecto Enric Ruiz-Geli. En él se desarrollará el proyecto Cloud9, dividiendo el espacio en seis “experiencias”, descartando así reformas estructurales de gran importancia en el edificio de Calatrava. Sobre el contenido, también se empiezan a conocer detalles. Fue el pasado mes de junio cuando la fundación renovó su convenio de colaboración el British Museum, que se desarrollará entre 2020 y 2024, y gracias a la cual València acogerá hasta tres muestra generadas con fondos del museo británico. Se trata de La imagen humana. Obras maestras de la figuración (2021), Momias egipcias. Explorando vidas antiguas (2022) y Diosas (2024).

De igual forma, el centro abrirá sus puertas en una València que también cuenta con nuevas entidades de ámbito artístico como La Fundación Juan José Castellano Comenge, nacida en 2016, que este mismo año puso en marcha la I Bienal de Pintura de la entidad, dotada con 22.000 euros, el mayor premio de la Comunitat Valenciana para esta modalidad artística. También en una ciudad que continúa redefiniendo sus principales espacios públicos de arte, como el remozado Centre del Carme o un Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) que celebrará en 2019 su 30 aniversario con el proyecto de jardín de las esculturas en marcha y la apertura de una subsede en Alcoi, un proyecto compartido con el Ayuntamiento de Alcoi y la Fundación CAM.  

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