Warning! ¿A alguien se le ha ocurrido pensar en los 6.000 agentes de la policía que se alojan en tres cruceros en el puerto de Barcelona? Azzurra, Rhapsody y Moby Dada (este último, para niños) son el nombre de los barcos que alojan el inédito despliegue que el Gobierno de Mariano Rajoy ha preparado para soterrar el 1-O, día del Referéndum por la independencia de Catalunya. Como no me toca hablar de España ni sus alrededores, voy a darle la vuelta. ¿A alguien se le ha ocurrido pensar en lo que pueden convertirse estos tres campamentos base concentrados en escasos metros cuadrados marítimos? Tal vez a alguna célula yihadista, sí.
Sin pretender dar ideas y con los atentados de Barcelona y Cambrils aún en la retina —y para siempre en la memoria—, pienso en la incongruencia del Gobierno español, una más, al concentrar en tan poco espacio de tiempo y lugar, y con publicidad a un elevado de agentes de policía, incluidos mil antidisturbios —no pensaba que había tantos, dada su especialización—. Y pienso en cómo se estarán frotando las manos los contactos del imán de Barcelona en Bruselas y en París. La ocasión es extraordinariamente propicia por ambos lados: masas de gente en las calles en interminables movilizaciones incontroladas y una concentración importante en escasos metros cuadrados de agentes de seguridad del Estado.
Si sólo hace falta un coche, un cuchillo o una botella de butano… Internacionalmente, ya nos hemos convertido en un objetivo y no es el Objetivo Birmania de mi canción preferida -'Los amigos de mis amigas son mis amigos', again and again, click the link—ni de la película de Raoul Walsh, recién acabada la guerra del Pacífico, con Errol Flynn deambulando con sus soldados por este archipiélago nipón antes del desembarco del general MacArthur. A lo que íbamos, a lo mejor, al último cabecilla del Daesh no se le ha ocurrido o, presumiblemente, no le ha llegado la información del referéndum de Barcelona a ese lugar inescrutable del desierto en el que se esconde, entre Siria e Iraq —creo que los drones norteamericanos andan cerca—.
Pero, ¿se les ha ocurrido que, tal vez, los malos entre nosotros puedan utilizar a una incipiente célula yihadista o a un lobo solitario con el propósito de incendiar el Procès? No es tan difícil. En el lado catalán, lo dudo desde las instancias gubernamentales, dado el conocido y reconocido seny. Y porque esto, en el fondo es una cuestión de dinero —la pèla' és la pèla— y, no nos engañemos, una Catalunya con el sistema fiscal de Euskadi hablaría en otros términos… En el lado español, por supuesto, tampoco. Bastante escaldado está elGobierno central, aunque sea en carne ajena, desde que el Gobierno de Felipe González cayó por el oscuro asunto de los GAL, por hablar claro, por el terrorismo de Estado.
Pero incontrolados hay en todos lados. Y estamos en tiempos oscuros e inconmensurables. ¿Quién no dice que alguien, sin una cabeza visible, pase información o pague por provocar una masacre en uno u otro lado, en la calle o en los barcos, en nombre del Estado Islámico? Repito, pasó en las Ramblas no hace mucho. Pasó en Cambrils poco después. ¿Quién nos asegura unos comicios en paz cuando las mismas fuerzas de seguridad están en peligro? Menudo target… ¡Ah! Y gracias al amigo especialista en seguridad por darme la idea… o la suspicacia.