Obras de la Hispanic Society inéditas en València engrandecen la exposición inmersiva de Sorolla

VALÈNCIA. El papel de las exposiciones inmersivas en el mundo del arte en general, y de los espacios museísticos en particular, está a debate; y el Año Sorolla va a entrar de lleno en este. A través de la luz será una de las grandes apuestas del centenario del pintor, que se podrá ver en la que ha sido una de sus casas más habituales desde siempre, la Fundación Bancaja. Los aliados que respaldan esta propuesta no son cualquiera: la apuesta de la empresa privada Light Art Exhibitions cuenta con la complicidad del Museo Sorolla y su fundación, además de la Generalitat Valenciana y la propia Fundación Bancaja.

Con todo esto, Sorolla. A través de la luz mostró ayer un avance de lo que se podrá ver en el centro de la Plaza Tetuán a partir de octubre. La gran novedad será que, en realidas conviven en la misma propuesta tres formatos diferentes: obras originales de Sorolla, una “sala sensitiva” con grandes pantallas y un espacio de realidad virtual. Y en el primero de todos, grandes noticia:las obras originales incluirán cuadros inéditos en València pertenecientes a la Hispanic Society of America.

Así lo desveló ayer Blanca Pons-Sorolla, que también explicó que siguen las negociaciones para hacer la selección final, y que en todo caso prefiere que hayan “sorpresas” en la exposición. En todo caso, y ante la insistencia de la prensa, adelantó que “habría mar y habría montaña”, y también que “València estará muy presente”, además de volver a remarcar el carácter inédito de estas. Para más morbo, las gestiones empezaron hace más de un año y la Generalitat ha actuado como mediador, además de hacerse cargo del transporte y seguro de las obras.

Además, el director del Museo Sorolla, Enrique Varela, que también puso en valor las cesiones que se han hecho: “son obras que queremos mucho en nuestra colección, pero que hemos decidido prestar unos meses”. Varela quiso, desde la institución, remarcar la importancia de la propuesta de esta exposición, que actualmente se puede ver en el Palacio Real de Madrid.

Salvar la exposición inmersiva

Y así, solo con el puñado de obras originales que se podrán ver, la exposición guarda un interés mayúsculo dentro de la abultada agenda del Año Sorolla. Sin fisuras. Y prueba de ella es el grado de implicación (incluso entusiasmo) de los responsables de las instituciones en la presentación de ayer.

Una vez superado este primer formato, toca hablar de la parte inmersiva, que incluso algunos periodistas dejaron constancia, a través de sus preguntas, su desconformidad con esta propuesta, de un carácter más comercial que museístico. Los responsables de Light Art Exhibitions defendieron su proyecto desechando lo anterior: en Sorolla. A través de la luz no va a haber proyectores, “que hacen sombras y que no reflejan bien el color”, sino que han hecho una “importante inversión” en paneles LED de alta definición de tres metros de altura para que la experiencia “del usuario” sea realmente fructífera.

Y lo será, dicen sus responsables, tanto para el sorollista formado como para el público que lo quiera conocer entonces. Esta exposición busca ser la muestra de las muestras inmersivas. “Una propuesta premium”, según el responsable de la empresa, Lorenzo Pérez. Y así fue avalado por Blanca Pons-Sorolla, que describió el proceso de investigación y búsqueda intelectual como “extremadamente riguroso”.

La sala sensorial permitirá ver las obras digitalizadas en alta definición, algunas de ellas incluso estarán en movimiento o se compondrán en un montaje audiovisual, que acompañará una banda sonora original.

La realidad virtual, “puro entretenimiento”

“La realidad virtual es puro entretenimiento. Pero pensamos que la cultura también tiene que servir para eso, para divertir”, explicaba ayer Lorenzo Pérez. La tercera parte será una propuesta de realidad virtual que permitirá al público tanto estar dentro del estudio del pintor, como observa cómo pinta una de sus luminosas escenas. Pons-Sorolla explicó ayer que también para estas escenas han contado con su ayuda para hacer una reconstrucción fiel de las propuestas visuales.

Este trío de formatos busca ser una experiencia diferencial, que guste a todo el público, venga de donde venga, y se reivindique como una de las grandes propuestas del Año Sorolla. “Una experiencia para ver el arte del siglo XX con los ojos del siglo XXI”, resumió ayer Carmen Amoraga, Directora General de Cultura y Patrimonio; “un auténtico hito en València para el disfrute y mejor conocimiento del legado pictórico del artista”, añadió el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón.

Como se dice en Ratatouille, “lo nuevo necesita amigos”. Esta exposición los tiene, y no solo eso, sino su significativa bendición. La propuesta comercial es, en todo caso, independientemente muy potente. Así que todo el mundo calcula que será un éxito de público, que se reivindica también como un trabajo riguroso y artísticamente valioso, en medio del debate sobre las exposiciones inmersivas en espacios museísticos.