VALÈNCIA. València se convertirá en las próximas semanas en uno de los extremos de un puente cerámico de ámbito internacional. La artista nigeriana Otobong Nkanga ultima los trabajos de cara a su próxima exposición en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), que abrirá sus puertas a mediados de julio, una muestra que bajo el lema Anhelo de luz del sur presentará una serie de dibujos, instalaciones, fotografías, esculturas y performances a través de las que la artista examina la relación social y topográfica con nuestro entorno cotidiano. La nigeriana, que actualmente reside en Amberes, tomará el relevo a la exposición de Asger Jorn en la Galería 1 del museo, un espacio que transformará a partir de sus trabajos con materiales y elementos cotidianos, una ‘conquista’ del museo valenciano en la que no caminará sola.
El proyecto desvelará su forma definitiva en algunas semanas, pero antes de la inauguración la creadora ha estado trabajando durante meses de manera silenciosa de la mano de profesionales locales de la cerámica. De esta forma, Otobong Nkanga ha visitado València recientemente para colaborar con el taller de cerámica de Manises Domanises, con los que trabaja en la elaboración de una pieza de 14 metros de longitud, un site specific para una exposición que busca conectar tradiciones. Sobre esta experiencia 'inmersiva' y su universo creativo, hablamos con Otobong Nkanga.
-¿Por qué era tan importante crear esa conexión con la creación valenciana de cara a tu próxima exposición en el IVAM?
-Al crear conexiones con lugares y personas uno llega a comprender mejor las tendencias y los cambios ecológicos, económicos, políticos y sociales de un lugar. Durante mi primera visita al IVAM, a València, noté un estilo y diseño muy particular en la cerámica de la ciudad. Me atrajo la historia y la comprensión de la artesanía detrás de estos objetos. Había trabajado con cerámica hace mucho tiempo, y estar en València me despertó un fuerte deseo de trabajar y aprender de un ceramista local. Para mí es importante entender un lugar y su historia a través del proceso de creación con otros.
Estos encuentros que son muy específicos y enriquecedores. Quiero crear un trabajo que esté conectado e integrado dentro de la artesanía de un lugar. Trabajar con personas, observar los paisajes y materiales que ofrecen los espacios geográficos influencia y afecta a tu forma de pensar, hacer y (des)aprender. El encuentro con personas, lugares, materiales o elementos es una parte crucial y esencial del proceso de elaboración y creación de una obra o una exposición.
-¿Has encontrado vínculos o, quizás, diferencias entre el trabajo cerámico que ya conocías y tu experiencia en Manises?
-Trabajar con Juan Carlos Iñesta y Michal Grzemski de Domanises me ha abierto los ojos a varios aspectos, incluidas las complejidades de usar diferentes tipos de arcillas y lozas, así como el arte de trabajar con barbotinas, engobes y esmaltes. Me ha permitido experimentar con diferentes técnicas de aplicación, explorando el juego de colores y texturas en la superficie de mis piezas cerámicas. A través de este proceso, he adquirido una gran cantidad de conocimientos, pasando de aprender a tornear con la mano a obtener una idea de los aspectos científicos que rodean la cerámica vidriada.
-Me pregunto cómo ha influido tu experiencia de vida entre diferentes continentes en tu visión del discurso local/global.
-Cuando estudiaba en la Universidad Obafemi Awolowo en Ile-Ife, Nigeria, que se considera la cuna de la cultura yoruba, el profesor Agbo Afolarin solía organizar excursiones para visitar la arquitectura y las estructuras afro/yoruba brasileñas. Una década más tarde, tuve la oportunidad de viajar a Ouro Preto, Brasil, y para mi asombro, descubrí sorprendentes similitudes entre las estructuras, arquitectura y ornamentos que había visto anteriormente en Ile Ife. Fue una comprensión profunda de que las influencias culturales trascienden las fronteras, y las ideas y las innovaciones tienen el poder de trascender las fronteras geográficas. Fue una experiencia que me dejó una gran impresión.
Estar entre diferentes continentes me ha brindado una perspectiva sobre cómo las políticas formuladas a escala global pueden tener efectos tangibles en las comunidades y los ecosistemas a nivel local. Esta comprensión destaca la interconexión de nuestro mundo y me ha permitido ser testigo de la intrincada red de causa y efecto, donde las decisiones tomadas en un rincón del mundo repercuten en tierras lejanas, lo que influye en la vida de las personas y la salud del medio ambiente.
-En tu trabajo el material, el elemento físico, es muy importante, ¿cómo equilibras la relación entre los objetos cotidianos y el lado poético de la obra de arte?
-Cuando me comprometo con cualquier material en mi proceso artístico, ya sea cerámica, madera, vidrio, sonido o cualquier otro medio, me embarco en un viaje para comprender las intrincadas historias y el significado que se le atribuye. Al sumergirme en el conocimiento que rodea al material, puedo profundizar mi comprensión sobre cómo trabajar con él.
Esta exploración implica profundizar en sus orígenes, significado cultural y las historias entretejidas en su existencia. Al descubrir estas capas, obtengo información sobre la vida social del material, cómo se ha utilizado y los roles que ha desempeñado dentro de las comunidades y sociedades a lo largo de la historia.
Me involucro en un proceso continuo de hacer, desaprender y experimentar con materiales e ideas. Es empujando los límites de mi propia comprensión que espero encontrar un delicado equilibrio donde convergen varios aspectos, donde se cruzan las dimensiones personal, emocional, conceptual, técnica, estética, política y poética.