València aún puede albergar la competición, pero hace falta más tiempo y el apoyo de puig

Última oportunidad para la 37ª Copa América en València

16/09/2021 - 

VALÈNCIA. València aún puede albergar la 37ª edición de la Copa América de vela en 2024. Una falta de comunicación de los promotores de la candidatura con las instituciones, unas cuentas mal entendidas o poco definidas -según las versiones contrapuestas- y el recelo de los actuales gobernantes del Consell y el Ayuntamiento de la ciudad hacia una competición que recuerda a la exalcaldesa del PP Rita Barberá, provocaron el pasado 10 de septiembre que los impulsores de la propuesta retiraran la candidatura de València, que era finalista junto a Cork (Irlanda) y Yeda (Arabia Saudita). La ciudad elegida se anunciará este viernes, 17 de septiembre, pero no todo está perdido.

La oportunidad, a pesar del anuncio de retirada del pasado viernes, surge porque València era y es la opción favorita para el organizador de la competición, el Royal New Zealand Yacht Squadron (RNZYS), al que pertenece el Emirates Team New Zealand, defensor de título, que decidió buscar una sede por el mundo después de descartar la primera opción, Auckland (Nueva Zelanda). Según diversas fuentes consultadas por Valencia Plaza, los equipos participantes habían presionado para que la elegida fuera València porque Cork tiene peores condiciones climáticas y tardará muchos meses en acondicionar sus instalaciones y Yeda tiene el condicionante político de la discriminación que sufren las mujeres, además de la prohibición de consumir alcohol.

Por si esto fuera poco, el Gobierno irlandés anunció este miércoles que no daría un sí definitivo antes del viernes porque necesita seis meses más para estudiar si le compensa la fuerte inversión que tiene que hacer, mucho mayor que la de València, que podría aprovechar parte de las infraestructuras construidas para la America's Cup 2007. Esto dejaría a Yeda como única candidata, a no ser que Team NZ decidiera conceder una prórroga a las ciudades en liza. Una prórroga que València no pidió porque el president de la Generalitat, Ximo Puig, no accedió a ello.

La petición de una prórroga, de seis semanas, fue el último intento de los impulsores de la candidatura valenciana, Niccolò Porzio di Camporotondo (Fundador de H2O Riders Science & Management), Alejandro Fliquete y Carlos de Beltrán (presidente y gerente del RCN València respectivamente) y Antonio Alquezar (socio de Redstone Advisory Partners) para mantenerse en liza después de que la Generalitat se negara a firmar una comfort letter, la carta de garantía que pide el Team NZ y que supone un respaldo de las instituciones no solo formal o institucional sino, en última instancia, financiero.

La alternativa propuesta fue que firmara una carta de respaldo a la iniciativa, sin compromiso financiero por parte de la Generalitat, con la petición de un plazo preferente de seis semanas para calibrar el montante de la inversión necesaria, la financiación privada comprometida, otras posibles vías de financiación -como los fondos Next Generation o el Gobierno central- y, en última instancia, la aportación de la Generalitat y el Ayuntamiento. La respuesta de Puig fue negativa, pero quienes apoyan la idea creen que aún hay tiempo para que reconsidere la decisión. De hecho, podría ocurrir que el Team NZ decidiera aplazar el anuncio del ganador ante la tesitura de tener que optar por Yeda. En las últimas horas también ha resurgido la posibilidad de que la competición repita en casa, en Auckland, con la aparición en escena de un inversor privado.

Mucho más rentable que en 2007

La 32ª Copa América de vela que se celebró en València en 2007 fue un éxito para la ciudad y para la Comunitat Valenciana, con un retorno de la inversión muy importante. Según un estudio del Ivie, "la suma del gasto realizado por los agentes directamente involucrados en las pruebas deportivas (equipos, visitantes, megayates, medios de comunicación y AC Management -el organizador de la competición-) asciende a 615 millones de euros". Una lluvia de millones que benefició a hoteles, comercio, hostelería, empresas de servicios, industria náutica, ocio, medios de comunicación o el sector de eventos. A ello hay que añadir la proyección internacional de València, que dio un salto como ciudad turística.

El impacto global en términos de inyección de dinero en el cap i casal fue mucho mayor, y también el de creación de empleo -73.000 en total-, gracias a la importante inversión en infraestructuras impulsadas con motivo de la competición, de más de 1.500 millones de euros, entre ellas la construcción de la Marina, algo que en esta edición se ahorrarían la Generalitat, el Ayuntamiento y el Estado, que al final pagó casi toda la obra de más de 400 millones de euros.

El proyecto presentado para la 37ª edición es mucho más modesto en términos de inversión, pero no de gasto por parte de los equipos y los visitantes, es decir, de ingresos para la ciudad y sus empresas. Según ha podido saber Valencia Plaza, el coste máximo previsto es de entre 76 y 81 millones de euros hasta 2024. De ellos, 30 millones corresponderían al canon para Team NZ -en 2007 fueron 90-; una cantidad similar se emplearía en la organización de las competiciones -son varias a partir de 2022, incluida la Copa Prada, antigua Louis Vuitton; dos nuevas regatas, una de mujeres y otra de jóvenes, y, por supuesto, la Copa América-, y el resto iría a inversión para acondicionar la Marina.

Las bases no serían como las de 2007, sino que serían instalaciones desmontables, como las de la anterior edición celebrada en Auckland o las de la Volvo Ocean Race en Alicante, y estarían en la continuación de la Marina sur hacia el mar.

Los promotores de la candidatura estiman que los ingresos para la organización serían de entre 50 y 68 millones, por lo que en el peor de los casos el coste para las arcas públicas sería de 30 millones y en el mejor, de 12. Estos ingresos vendrían de patrocinios privados, hospitality, los superyates, la organización de eventos y fondos europeos EU Next Generation, aunque en la Generalitat consideran que esta última opción no es factible. 

En cuanto a la organización, los impulsores de la idea han propuesto, para evitar que se considere un negocio privado, la creación de una fundación en la que estaría el Real Club Náutico de Valencia y la Generalitat.

El problema de las garantías

El primer gran escollo para la candidatura fue que Team NZ exige una comfort letter de una institución pública de unos 65 millones de euros, que no es exactamente un aval pero si puede tener un coste para el erario en el caso de que no se cumpliesen los compromisos de inversión, incluido el canon. Al negarse la Generalitat, se intentó que Puig solicitara la prórroga, pero la respuesta también fue negativa.

La sensación de los impulsores de la candidatura de València es que la Generalitat y el Ayuntamiento no han mostrado interés en la idea. Desde que pidieron la primera cita en junio de este año hasta que los recibió en el Palau de la Generalitat el director territorial de la Presidencia, Francisco Molina, pasó casi un mes. Después vino la canícula y, pese a su insistencia por teléfono y por mail, no fue hasta que se anunció que València era finalista, el 16 de agosto, que se retomaron los contactos gracias a la mediación de organizaciones empresariales como Conexus, AVE, CEV y la Cámara. Fue el delegado del Consell para la Unión Europea y Relaciones Externas, Joan Calabuig, quien se encargó de revisar la documentación y dar una respuesta.

 

Fuentes de la Generalitat señalan dos motivos para justificar la falta de apoyo. El primero es que creen que no es el momento, recién salidos de una pandemia y con tantas necesidades por atender. "La ciudadanía no entendería que gastáramos dinero en unas regatas", señalan. El otro, la "falta de concreción" del proyecto, sobre todo en lo relativo a los compromisos de patrocinadores privados que deben aliviar la carga para las arcas públicas.

Hay un tercero, confesado a este periódico por fuentes de la Generalitat y el Ayuntamiento, y es que políticamente no les atrae meterse en un evento tan identificado con la exalcaldesa Rita Barberá. Así lo ven en el Consistorio, a pesar de que el propio alcalde, Joan Ribó, afirmó que apoyaba el proyecto y ponía a su disposición las infraestructuras municipales de la Marina siempre que la ciudad no tuviera que poner ni un euro. En cuanto al Gobierno central, mostró su apoyo inicial pero condicionado al de la Generalitat.

Y aún hay un cuarto motivo, el que quizás causó el ninguneo inicial, y es que los impulsores de la idea no se la comunicaron a la Generalitat hasta que fueron a pedir la comfort letter, cuando lo lógico habría sido comunicarlo y trabajar juntos la candidatura, como ocurrió cuando se optó a organizar la edición de 2007 que fue iniciativa del Real Club Náutico de Valencia.

Hace falta más tiempo

De todos los motivos, el que tiene más difícil solución, por falta de tiempo, es el de la falta de concreción del proyecto. Las fuentes de la Generalitat consultadas insisten en que "no estaba maduro" y no cierran la puerta a que en un futuro pueda cuajar si se hace un estudio más detallado de los costes y las fuentes de ingresos, con los nombres de los patrocinadores privados y sus cartas de compromiso.

Lo expresan pensando en una futura edición de la America's Cup -la siguiente es en 2027-, pero tampoco descartan la de 2024 si Team NZ da suficiente margen político. Entonces, el escollo que Puig tendría que salvar es el político: explicárselo a la ciudadanía y vencer la resistencia de los socios del PSPV en el Consell.

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