VALENCIA. El exgerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) Pablo Cotino, cesado en julio por, supuestamente, hacer esperar un cuarto de hora a María José Salvador la primera vez que, como consellera, fue a visitar la empresa pública, ha sido definitivamente apartado de la Administración autonómica.
El cese de Cotino fue declarado "perentorio" por la vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, en una de las primeras ruedas de prensa del nuevo Gobierno, y ejecutado una semana después por el consejo de administración de FGV. El motivo, que impidió durante 15 minutos la entrada a la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, de la que depende la empresa pública, con la excusa de que no había anunciado su visita.
El PP aseguró después, tras ver el vídeo de seguridad de la empresa, que la espera que tuvo que soportar la consellera fue de dos minutos y no de 15. El vídeo no se hizo público.
El caso es que Cotino, del que Oltra afirmó que su actuación tenía "unas gotitas de misoginia" porque no habría actuado de igual modo si Salvador hubiese sido un conseller "grandote", fue cesado pero no abandonó la Administración.
Abogado de profesión, Cotino era empleado de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE) con puesto de asesor jurídico desde 2005, al que volvió después de su cese en FGV.
Tras no haber recibido apenas encargos en estos diez meses, ahora ha sido despedido por causas objetivas -motivos organizativos-, aunque habría sido más acertado poner "pérdida de confianza". O "ausencia", porque no se puede perder lo que nunca se tuvo. Cotino considera el despido improcedente y presentará la correspondiente demanda.
