VALÈNCIA. (EP). Los pacientes con síndrome de apnea del sueño (SAOS) tienen hasta tres veces más accidentes que el resto de la población, y hasta 11 veces más si toman una mínima cantidad de alcohol o fármacos que favorezcan la somnolencia, según indica la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
El síntoma más frecuente de esta patología, que afecta a casi 2 millones de españoles, es la falta de reflejos y disminución de la capacidad de concentración y tiempo de reacción. Por ello, la apnea del sueño es responsable de casi el 20 por ciento de los accidentes mortales, y de hasta casi el 7 por ciento de los choques.
La mayoría suceden "durante los primeros 30 minutos de conducción, con más frecuencia durante la noche o a primeras horas de la tarde debido al ciclo circadiano del sueño", según ha declarado José Luis Jiménez, otorrinolaringólogo de la SEORL.
A su vez, muchos de estos accidentes se podrían evitar diagnosticando de forma precoz, ya que solo entre el 5 y el 9 por ciento de los casos está diagnosticado, "lo que significa que más de un millón de personas la padecen pero no lo sabe y no recibe tratamiento".
Por otro lado, este síndrome favorece la hipertensión arterial, los problemas cardiovasculares y cerebrovasculares. También provoca resistencia a la insulina con un síndrome metabólico que favorece la obesidad y esta, a su vez, propicia las apneas.
El abordaje de la apnea del sueño es multidisciplinar y "el papel del otorrinolaringólogo es fundamental pues posee un amplio conocimiento y experiencia en el manejo de la anatomía implicada en la obstrucción respiratoria causante de la patología ", ha explicado el doctor Jiménez.
Asimismo, se ha demostrado que el uso de CPAP (Continuous Positive Airway Pressure) reduce el riesgo de accidentes, gracias a que evita la obstrucción mediante la administración de aire a presión continua a través de la vía aérea.
Esto consiste en que un compresor proporciona aire a una presión predeterminada a través de una mascarilla, que se ajusta herméticamente sobre la nariz y mantiene constante la presión en la vía aérea durante todo el ciclo respiratorio, pues evita el colapso de la vía aérea superior durante la inspiración y la espiración.
Además, se puede recurrir otra opción que es el tratamiento quirúrgico, que puede revertir la situación en algunos casos o servir como coadyuvante de otros tratamientos