Paella valenciana de Panorama (València)

Mercado Little Spain, la embajada gastronómica en el corazón de Manhattan, se acerca con ortodoxia a la paella a leña; Dacosta abre en Londres una arrocería de lujo; Jose Andrés inaugura su segundo Jaleo de paella a leña en Disneyworld; las escuelas de paellas abren a pares, no solo en València, sino en cualquier gran ciudad global; se disparan las peticiones de distintivo Wikipaella en todo el mundo; grandes maestros paelleros ofreciendo showcookings, formación y asesoramiento a importantes grupos de restauración…

Cosas que hace 7 años cuando empezamos esta bendita locura de Wikipaella nos habrían parecido increíbles, ahora se multiplican.

las escuelas de paellas abren a pares, no solo en València, sino en cualquier gran ciudad global

Huyendo del pretencioso listado de razones sobre algo tan complejo y volátil como las modas gastronómicas, buscamos una paella al centro que ejemplificara el fabuloso acercamiento del Gastro Star System al universo tradicional paellero, y reflexionar así con nuestro nuevo amigo vikingo sobre el fenómeno.

La Valenciana del Panorama era una buena propuesta.

Puede que sea uno de los enclaves más increíbles donde comer en la ciudad. Privilegiadísimas vistas sobre la playa, situación en el espigón que si te despistas piensas que estás en medio del mar. Un caramelito para los turistas y para esos locales con ganas de conseguir el efecto WOW con su última visita de fuera.

A priori el último sitio donde esperarías encontrarte una buena paella. Ya sabes, el paseo marítimo, muy a nuestro pesar, se ha convertido en una especie de santuario del paellicidio al servicio del atrapa-turista, y Panorama, al igual que pasa con su local hermano el Marina Beach, no necesitaría tener una paella de 10 para completar su atractivo. Pero, ¿quién hay detrás de la revisión integral de la partida de arroces de este exitoso grupo de restaurantes?

Quizá otro fenómeno más que añadir a la lista del #PaellaBoom que estamos viviendo o quizá consecuencia de la visión comercial de un lince para los negocios gastronómicos como Antonio Calero. Sea como sea, es una enorme alegría que uno de los sitios que menos lo necesitaría, cuente como asesor con uno de los grandes, maestro de maestros, referencia y autoridad del mundo paellero como Galbis.

Poco se puede decir ya de su clásica paella canónica, punto perfecto de arroz, equilibrio de sabores, proporción perfecta entre verdura y carne, y ese dorado Galbis fantástico marca de la casa, que hasta da pena quebrar con la cuchara la película de caldo para empezar a comerla.

Si el boom de la paella ha conseguido que un periodista danés se acerque con curiosidad a hablar de algo más que los ingredientes tradicionales, y que podamos tener esa conversación en un fabuloso palacio de cristal junto al mar como Panorama, alrededor de una paella firmada por el maestro Galbis. Que siga el bombardeo, porque la moda de la paella es buena para todos.