MADRID (EP). La bolsa española es el mercado más sostenible dentro de los 20 mayores mercados bursátiles del mundo, seguida por la bolsa alemana y danesa, según un estudio realizado por Schroders en el que utiliza su herramienta SustainEx, que pone en relación el coste en dólares bien con el valor de mercado de una empresa o bien con el efecto sobre la sociedad, aplicado a las ventas para poder realizar comparaciones. En este análisis, el mercado española ha obtenido un dato del 3,3%, lo que significa que, en su conjunto, las empresas que cotizan en él tienen "un efecto positivo no reconocido en la sociedad" por valor del 3,3% de sus ventas.
Poniendo esto en perspectiva, la previsión del consenso apunta a que los márgenes de beneficios de las empresas españolas se situarán en el 11,3% durante los próximos 12 meses. Pero, si estas externalidades positivas se tradujeran a términos financieros, se elevarían al 14,6%, explica Schroders. En términos monetarios, por cada 100 euros de ingresos, los beneficios serían de 14,60 euros, y no de 11,30, lo que supone un aumento del 29%. A diferencia de España, las empresas de la mayoría de las bolsas mundiales tienen, en cambio, un impacto "perjudicial" sobre el medio ambiente y la sociedad. Si el coste en dólares de estas externalidades negativas se reflejara en los beneficios de las empresas de la mayoría de los mercados bursátiles, "sufrirían un importante recorte".
El resultado de la bolsa española se basa en los "valiosos" servicios a la sociedad que prestan las grandes empresas cotizadas de servicios públicos y telecomunicaciones. "Por ejemplo, proporcionan agua potable, alcantarillado y saneamiento. Es evidente que las empresas obtienen ingresos de esos servicios, pero sus precios están limitados muy por debajo del valor social", explica la firma. Otros servicios públicos tienen, en cambio, un gran efecto negativo sobre el medio ambiente, y el mercado español es sólo el séptimo mejor en este sentido, aunque esto varía considerablemente de una empresa a otra. Además, la firma destaca que si solo se tienen en cuenta a las empresas de mediana capitalización, el mercado español ocupa el segundo lugar en el ranking de las principales bolsas mundiales.
En cuanto a la bolsa danesa, que ocupa el tercer lugar cuando se agregan todas las externalidades netas de sus empresas, y el primer lugar por empresas de mediana capitalización, Schroders señala que es el único mercado en el que se observa un efecto neto positivo sobre el medio ambiente gracias a la presencia del fabricante de aerogeneradores Vestas. Sin embargo, a diferencia de España, la bolsa danesa obtiene una puntuación relativamente baja en el frente social, debido a la empresa de bebidas alcohólicas Carlsberg.
"Aunque los estudios varían, la mayoría muestran que los costes asociados a la salud y la delincuencia comprenden aproximadamente la mitad del total derivado del consumo de alcohol, y que los costes indirectos relacionados con el desempleo, el absentismo y la productividad representan el resto", explica la firma. De esta forma, Schroders señala que muchas empresas y mercados obtienen buenas puntuaciones en una de las letras de las siglas ESG (enviromental, social and governance), pero malas en otra. En el extremo opuesto de la tabla se encuentran los mercados bursátiles de Reino Unido y Países Bajos. En ambos mercados, los costes no reconocidos de las actividades de sus empresas cotizadas son superiores a sus beneficios, por lo que si se contabilizaran como costes en sus cuentas de pérdidas y ganancias, "desaparecerían todos los beneficios, incluso algunos más".
Schroders señala que la razón por la que la bolsa británica ocupe tan mal lugar no es el gran peso de los sectores de la energía y los materiales. Si bien no ayuda, lo que realmente perjudica es la exposición a empresas tabaqueras y de bebidas alcohólicas, que tienen costes directos para la salud e indirectos para la sociedad. En el caso neerlandés, los mercados también sufren por la exposición a las compañías de bebidas alcohólicas. "Sin embargo, nuestro análisis sugiere que alrededor de la mitad de sus empresas cotizadas tienen un efecto positivo, no reconocido, en la sociedad. Si esto se reconociera y materializara en su cuenta de resultados, se obtendrían beneficios financieros", explica.