Palomatic intenta resurgir para evitar que la competencia exterior aproveche la Dana

VALÈNCIA. En el polígono industrial Xara de Algemesí, un negocio familiar lidia con las secuelas de la peor Dana registrada hasta la fecha en la región. Palomatic S.L., la única empresa en España dedicada a la fabricación de palos de aluminio para escobas y fregonas, se encuentra al borde del colapso. La tormenta no solo ha destruido maquinaria y materias primas; también ha interrumpido su actividad y ha expuesto al negocio a la competencia de productos importados mucho más económicos. Antes del desastre, Palomatic era un referente en su sector, ya que producía artículos esenciales para empresas de limpieza y pequeños comercios. Sin embargo, las lluvias torrenciales del 29 de octubre inundaron sus instalaciones y las sepultaron bajo una capa de lodo que, un mes después, todavía no se ha podido retirar por completo.

El agua alcanzó hasta 80 centímetros en algunas naves que la empresa posee en el polígono Xara, por lo que tanto cuadros eléctricos como maquinaria clave quedaron dañados tras las inundaciones. El barro contaminó el stock y las materias primas, obligando a la empresa a desechar toneladas de productos. "Lo perdimos casi todo. Desde máquinas que no pueden repararse hasta material que quedó arruinado por el agua. Nos enfrentamos a un reto inmenso para volver a operar con normalidad", comenta Sergio Gilbes, director comercial de Palomatic, a Valencia Plaza. 

Aunque han logrado limpiar y acondicionar las instalaciones con la ayuda de voluntarios y empresas locales, la producción todavía no se ha reactivado en su totalidad. "Cada día de inactividad representa una pérdida económica difícil de compensar", lamenta Gilbes. Con las máquinas fuera de servicio, Palomatic ha debido de externalizar parte de su producción. Una medida temporal que ha incrementado de forma significativa los costos, por lo que el precio final de los productos se ha encarecido. Todo ello ha afectado a su competitividad frente a los palos importados, más baratos aunque de menor calidad. 

"Producir en nuestras instalaciones es más eficiente y económico, pero ahora no tenemos otra opción. Esto ha llevado a que muchos clientes cancelen pedidos y busquen alternativas más baratas, aunque la calidad no sea la misma", explica Gilbes a este diario. De hecho, los principales clientes de Palomatic, que incluyen grandes distribuidoras para empresas de limpieza, han optado por productos importados. Este giro agrava la situación, dificultando el mantenimiento del flujo de ingresos necesario para la recuperación del negocio. 

Reivindicar el valor de lo nacional

Tras la Dana, la comunidad local ha mostrado su apoyo a la empresa. Cientos de voluntarios colaboraron en la limpieza de las instalaciones y Palomatic cedió al Ayuntamiento de Algemesí una de sus naves vacías para almacenar alimentos, enseres personales y otro tipo de material humanitario. Sin embargo, la paradoja se evidenció cuando esas mismas donaciones incluyeron palos de hierro importados, necesarios para satisfacer la demanda después de la catástrofe. "Fue un gesto solidario que valoramos profundamente, pero duele ver que, cuando lo nacional falla, la primera opción es recurrir a productos del extranjero. Esto pone en evidencia la falta de apoyo al comercio local", reflexiona Gilbes. 

En ese sentido, Palomatic quiere convertir esta crisis en una oportunidad para destacar la importancia de la economía local. Su producto, fabricado con aluminio más resistente y duradero que el de los competidores extranjeros, garantiza una calidad superior a sus clientes. Además, su proximidad permite plazos de entrega más rápidos, así como condiciones de pago más favorables. "El problema no es solo nuestro. Si cada empresa y particular priorizara productos nacionales, el impacto positivo en la economía local sería enorme. Por unos céntimos más, se pueden sostener empleos y negocios aquí", insiste el director comercial. 

De hecho y, en colaboración con la Asociación de Empresarios de Algemesí, Palomatic ha intensificado sus esfuerzos para concienciar a negocios y consumidores sobre el impacto de sus decisiones de compra. No obstante, la recuperación será larga y costosa. Algunas máquinas podrán repararse, pero otras deberán ser sustituidas, lo que requerirá meses de trabajo y grandes inversiones. Además, las pérdidas económicas acumuladas en este tiempo sin una producción plena complican todavía más el acceso a la financiación necesaria. "Estamos explorando opciones como créditos ICO, pero el proceso no es fácil y el tiempo no está a nuestro favor", lamenta Gilbes.