Tras el huracán de Cuchita Lluch y un año después del nombramiento de Sergio Adelantado, es momento de hacer balance. Y de poner los puntos sobre las íes, también: el sector se pregunta (nos preguntamos) qué era esto de la Academia. ¿Qué es en realidad? ¿Qué puede esperar un restaurante de la Comunidad Valenciana de (su) Academia? ¿Quienes son los académicos y cómo funciona?
Lo primero es lo primero, el origen de todo esto: La Real Academia de Gastronomía, asociación sin ánimo de lucro creada en 1982, que actualmente preside Rafael Ansón y que recibe (este dato es importante) el título de Real por La Casa de Su Majestad en 2008. La Academia valenciana es una Academia regional, cuya función es (se supone) “realizar una importante labor de estudio, seguimiento y promoción de la gastronomía local”. Según informa la propia RAG: “todas trabajan en estrecha colaboración con la Real Academia Española de Gastronomía” pero son independientes. Es decir: usted, querido lector, puede crear mañana la Academia de Gastronomía de Benimaclet, otra cosa es que la RAG le ampare y cuente con usted en sus reuniones, premios y cirios.
No tengo dudas de todo lo positivo que, durante los últimos años, ha hecho la AGCV por el sector gastronómico valenciano; pero también nos surgen dudas. La Academia quiere ser influyente pero tengo la sensación de que no conocemos muy bien los porqués. Es momento de sentarse con Sergio Adelantado y compartir mesa —y preguntas.
Sergio, balance de este año, ¿cómo estás?
Tranquilo, ¿La Academia?… Pues muy bien porque al final, nunca he sentido esa presión personalmente. Lo que pasa es que la gente desde fuera te pregunta qué vas a hacer y qué no vas a hacer… pues chico: voy a hacer lo que pueda.
¿No te daba miedo suceder a Cuchita? Es una bomba de la naturaleza.
No, somos muy amigos y no. Las reticencias que puede tener en su momento eran por falta de tiempo por mi trabajo y mi familia, no porque me diera a mi miedo de que me compararan con Cuchita; cada uno tiene su personalidad.
Eras la opción continuista...
Bueno, es que estábamos juntos en todo.
¿Crees que es un fallo lo de personalizar tanto una institución? (Lo digo precisamente por -y lo digo con cariño- el “Cuchitismo” que es al fin y al cabo lo que muchos conocemos de la Academia…)
Tal como está organizada la Academia es una institución presidencialista esté quien esté. Esté quien esté le va a poner su impronta… ¿Qué se hace en la academia? Lo que el presidente de turno quiera y pueda hacer.
Eso suena a dictadura…
No, es como una comunidad de propietarios. Todas las comunidades son presidencialistas ¿no? Y la Academia es un poco así; Cuchita hacia las cosas de una determinada manera, pero yo soy un tío más tranquilo, me gustan las cosas más a medio plazo o largo plazo. Ten en cuenta que la Academia es principalmente para la gente de la Academia.
O sea, para los académicos...
Yo creo que sí.
Esa no es la percepción que tenemos desde fuera, Sergio
Esto no es la Academia de la Lengua: que es una institución pública pagada por la administración. La AGCV es una institución privada pagada por los académicos. Pero eso quiere quiere decir que seamos una sociedad gastronómica, cerrada y opaca. En la Academia sí que tenemos la vocación de que nuestra afición ayude a promocionar proyectos que nos gustan. Tenemos una voz y nos permitimos poner en valor cosas como los Premios de la Academia, confeccionando la guía Repsol o colaborando con los Premios Nacionales de Gastronomía.
¿Los dais vosotros?
Influimos bastante.
¿Influís o los dais?
Influimos. Nosotros los prescribimos y en Madrid se corroboran o se modifican. Como somos aficionados a la gastronomía tenemos el pálpito de lo que está pasando.
Una definición tuya de cuando hablamos la última vez, que creo os define bien: “Somos más que un club de amigos, somos un lobby”
Bueno…
Lobby no es necesariamente malo.
No, en EEUU no es malo, en España sí tiene connotaciones negativas. No es malo, pero me quedo más con “ese grupo de amigos que quieren que su afición tenga trascendencia pública”.
Yo te he oído decir que solo sois aficionados, de hecho no aceptáis cocineros como Académicos...
En la Academia no están los más expertos en gastronomía.
Entonces, ¿que hace Repsol consultándoos si no sois un club de expertos?
Somos expertos pero no somos los más expertos. Solo somos un grupo de amigos que de vez en cuando come fuera, con ganas de aprender y retroalimentarnos. Como una peña.
¿Cómo se elige un académico? ¿Cuál es el proceso?
Te propone un académico y la Junta se reúne y toma una decisión.
En esta parte de la Academia creo que existe cierto grado de oscurantismo. Yo no sé quienes son los académicos...
Hasta hace un año había una web en la que estaban los nombres de los académicos. Estaban publicados.
Vale, pero a día de hoy yo no lo sé… ¿Cuánto paga una académico?
200€ al año. Es una cosa privada. Como la Iglesia, si no te gusta no vayas. Pero por mucho que lo explique la gente no lo va a entender. Lo que pasa es que es tan sorprendente que haya altruismo...
Yo no veo altruismo por ningún lado. Sois un club de amigos que va a comer y da unos premios. Si aún tuvieseis un departamento de comunicación que ayude a los restaurantes a dar a conocerse...
Es mecenazgo que es lo mismo, estamos difundiendo la cultura y dando visibilidad a restaurantes que, creemos, la merecen. Quizá los premios sean el acto de más trascendencia...
¿Cuánto te queda de presidente?
El que quiera. Oficialmente son semanas pero si me vuelvo a presentar…
¿Te presentarás?
No lo sé
A mí los “no lo sé” me suenan a no.
Creo que hay muchísimas cosas para hacer
¿Crees que eres la persona que podría hacerlas?
Yo detecto lo que hay por hacer y creo que podría participar de esos proyectos a hacer, y también poner un granito para que la gastronomía de la CV pueda convertirse en un sector fuerte, potente, con futuro y cimientos importantes.
Una charla intensa, larga y sin cursilerías. Es Sergio Adelantado un tipo inteligente, culto y con recorrido; tengo más dudas con la institución, con ese “club de amigos” por el que siguen planeando muchas preguntas. Ojalá Sergio tenga el espacio y el tiempo de ser esa pieza que sume en esta carrera llamada gastronomía.