Valencia Plaza

EN CAJA ALTA

Para votos, colores

  • Carteles electorales del Alianza Popular y el PSOE
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA.-Bien sea por campaña electoral, por un partido de fútbol o por competir en el lineal del supermercado, partidos políticos, equipos deportivos o empresas hacen sus propios simulacros bélicos para ganar sus respectivas batallas, recurriendo incluso al vocabulario de la guerra y también a sus símbolos, de ahí a la heráldica, las banderas y, finalmente, los colores.

Necesitamos adoptar bandos, ya no solo pertenecer a grupos como necesidad social básica sino que buscamos la confrontación y, para ello, resulta extremadamente fácil agarrarse a un color que sea nuestra bandera para lidiar la pugna del momento, sea esta nuestra bebida carbonatada favorita, un equipo de fútbol o un partido político. Es el marketing.

Lea Plaza al completo en su dispositivo iOS o Android con nuestra app

El color es la seña más visible de una identidad, tiene más fuerza que ningún otro elemento —recordamos por imágenes— y por eso se utiliza para distinguirse de la competencia, también en el mundo de la política, donde se ganan espacios por colores y los primarios son los primeros en ser escogidos. El amarillo —que, junto al azul y al rojo, es uno de los colores primarios tradicionales— ha sido siempre un gran evitado en el terreno de la identidad corporativa de estas formaciones y a menudo ha servido de una especie de color de descarte, pero que en el panorama actual, y mediante los lazos en favor del proceso soberanista catalán, ha tomado tintes reivindicativos.

* Lea el artículo completo en el número de marzo de la revista Plaza

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo

Berlín, aroma a Guerra Fría
Una exconsejera de Bankia ve "imposibles" las razones que dieron para reformular las cuentas de 2011