Parece que el BCE podría dar el sí en octubre. Las cifras de inflación de septiembre confirman gran parte de lo que ya sospechábamos. La ralentización de la economía se está traduciendo en fuerzas desinflacionistas, con precios ligeramente más bajos de un mes a otro. La única posible señal de alarma continúa siendo la inflación de los servicios, que se mantiene en torno al 4%.
Desde su última reunión, los responsables del BCE han expresado su confianza en la reducción de la inflación. Empieza a parecer que se preparan para un ritmo de recortes más rápido que la cadencia trimestral comunicada hasta la fecha.
Aunque los mercados ya han empezado a moverse en esa dirección, en JP Morgan Banca Privada creemos que podría haber más convergencia entre las políticas de la Fed y el BCE. En nuestra opinión, esto crea una oportunidad para que la duración europea obtenga mejores resultados. También dibuja un panorama potencialmente desafiante para el euro en los próximos meses.