VALÈNCIA. Hay quien piensa que son un mito. Otras teorías sostienen que se extinguieron con la crisis, incapaces de sobrevivir a base de bodas, bautizos y comuniones. Pero han vuelto. Están aquí, entre nosotros. Son los canaperos, una legión de pícaros que se cuela en presentaciones, fiestas o cócteles donde se sirve vino y canapés gratis.
Se trata de una especie compuesta de varios individuos, pero la hembra es más activa y frecuente que el macho. Suele actuar en solitario, siempre al quite, agazapada a la espera de las bandejas de croquetas. El modus operandi que sigue es sencillo: se informa por el periódico o a través de otros individuos de los cócteles que se organizan ese día, se viste con sus mejores galas, se mimetiza con el gentío y a zampar. Parece inofensiva, pero no lo es: yo misma he sido testigo del ataque a un camarero que portaba una bandeja de brochetas de pollo.
En mi experiencia en los últimos cócteles he logrado identificar a esa tropa de tunantes que se lanza en plancha en cuanto vislumbra el primer canapé. Y he descubierto que el canapero 2.0. legitima su presencia en los saraos argumentando que tiene un blog. De moda, de gastronomía, de viajes… da igual.
Lo que me puso sobre la pista fueron los comentarios de un par de especímenes en la fiesta de presentación del último número de la revista de moda nupcial Oxxo Wedding en la Masía Niñerola. “Estos langostinos con salsa romescu son buenos y se nota, vaya si se nota”, sentenciaba uno. “Al fondo está situado el cortador de jamón”, apuntaba el otro. Camuflados entre los más de quinientos invitados engulleron mini hamburguesas y huevos de codorniz hasta la extenuación. Fue una noche de frío pelón y allí se concentraron líricas bigardas, apellidos conocidos y tres o cuatro modelos con sus espectaculares esqueletos a cuestas. Como era una fiesta de moda y tendencias, entre las féminas predominaron los abrigos desestructurados, tacones altos y el clásico vestido negro que es el equivalente al ibuprofeno en el botiquín, a la VISA en el monedero, al jamón serrano en la despensa: imprescindible.
Entre los asistentes, el diseñador Valentín Herráiz, la farmaceútica Teresa Martínez Durbán, Amparo Brell, la presidenta de Cecoval Isabel Cosme, estilistas como Álex Jordán, Nacho Sanz, Rafa Moreno, Quique Camps, Adrián González y Eduardo Jairycovich, los fotógrafos José Luis Abad y Beatriz Tafaner, los fundadores de Moddos Iván Martínez-Colomer y Ana García-Rivera, Josep Lozano y Lluís Nadal, empresarios como Ramón Siaba y Luis Fernández de Córdova, el abogado José Pérez-Manglano, Carmen Ferrando, el doctor César Noval, el odontólogo Miguel Alvarado y mucha gente de la moda como Javier Gijón, Alba Ibáñez, M.ª Ángeles Miguel, Encarna Roig y M.ª Dolores Climent que brindaron junto a los editores, Miguel de Vicente y Manuel Navarro.
La presentadora Carmen Alcayde, Isabel Aliño, María-Gómez-Polo, Laura Carolina, Carola Alegría, Gloria Pons y Andrea Villafañe también dieron lustre a la noche con sus luminosos vestidos. Tan luminosos que amenazaban con deslumbrar las retinas de los asistentes, pero ellas mantuvieron la compostura toda la noche, hasta cuando bailaban al ritmo del concierto en directo de Los Guapos.
También en la inauguración del restaurante La Chipirona, del grupo de restauración Vicios, se colaron un par de canaperos. Estos impostores son fáciles de descubrir porque siempre se muestran partidarios de la deconstrucción de la tortilla de patatas y, ante la aparición de cada bandeja de canapés, nos regalan adjetivos que parecen salidos del cine porno: vigoroso, frutoso, carnoso… En La Chipirona no hubo tortilla, sino una original propuesta basada en la fusión de los mejores productos, platos del mar con un buenísimo pulpo a la brasa maridado con Albariño y una amplia variedad de deliciosas brochetas. Laura Motolese Lazzáro, socia del Grupo Vicios, me definió La Chipirona como “una cocina de mar con sabor a Mediterráneo que te engancha por su frescura y que apuesta por la calidad con precios asequibles”. Dicho queda.
Entre los invitados estuvieron el diseñador Jaime Hayón, Arancha Pérez Pous, el doctor Jose González-Vidal, José Luis Latorre, Rocío Robles, Maite Sebastiá y Nacho Errando, Marta López, Beatriz Carbonell, Bárbara de Prat, Gema Reig, Toti Blat, Silvia Vilar, Sandra Donat, Mercedes Riera, los interioristas Gonzalo García Miranda de Larra y Víctor Carrasco de Viccarbe, Carmina Baraja y el joyero Antonio Jordán. Tomen nota: cuentan con una terraza perfecta para el aperitivo o el tardeo.
Siguieron más presentaciones, pero el evento con más relumbrón de la semana fue la comida solidaria a beneficio de la Fundación Dasyc en El Mirador de Comedias. Y allá que me fui pertrechada de bolis Bic para apuntar la ristra de invitadas que prometía el encuentro. La diseñadora de joyas Sally Corell medió en la organización. Ella conoce a los prohombres -y promujeres- de dentro y fuera de esta ciudad aunque no se parece a las Preysler, ni a las Naty o las Cues. Sally sólo se parece a Sally. Ese día mostró un (súper) poder de convocatoria con su lista de asistentes. Distinguí a Sonsoles Gómez-Torres por sus botas XXL y vi a Susana Company de negro riguroso. Con Claudia Serrano y Arancha Pérez Pous intercambié confidencias. Las hermanas Ana y María Tramoyeres llegaron juntas, mientras que Eva Alapont se consagró como la tejedora de los comentarios más inteligentes. María Cosín entró en la crónica como la mujer de rojo y Sela Falcó como lo que es, un espécimen discreto y elegante. También hablé por señas con Marta Aliño y saludé con la manita a María Gómez-Lechón y a Marta Senent.
Más nombres. Amparo Senent, Ana Abad, Isabel Estrela, Marta Barandiarán, Rosa María Bertolín, Elena Ravello, Constanza Henares, Bea Carbonell, Salomé Quiles, Gema Reig, Marta Faubell, Mar Loras, Nuria Estrada, Almudena Navarro, Rosa Muñoz, Leticia Ibañez, Andrea Villafañe, Rocío Pérez de Soy una Mamá Molona, Vanesa de La Bolita Coqueta, Nuria Fernández o Lucía Morales Álvarez-Hevia, fundadora y creadora de Liv by Lucía Morales. Y ejerciendo como anfitriona Sally Corell, todo el tiempo acaparada hábilmente por las invitadas. Al finalizar la comida hubo una rifa solidaria en la que se sortearon unos pendientes, un tocado y una jaula de productos valencianos por gentileza de Salomé Joyas, tocados Toussete de José Puerta y Original CV.