El concejal Pere Fuset, saliendo de su despacho en el Ayuntamiento. Foto: EVA MÁÑEZ.VALÈNCIA. Las aguas bajan “muy revueltas” en la Junta Central Fallera. Dice el refranero que cuando el río suena, agua lleva; pero como también apuntaba Alfonso X el Sabio, los cántaros vacíos son los que hacen más ruido.
Desde el pasado mes de noviembre circulan toda clase de rumores sobre los cambios que quiere introducir en el organismo el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset. Buena parte de ellos se originaron a causa del polémico protocolo para las falleras mayores y la Corte de Honor. Las críticas a las normas, que habían sido emanadas a partir de documentos anteriores, y que fueron posteriormente revocadas, provocaron una importante tensión con los presidentes de las comisiones falleras.
Fuset pactó entonces con los presidentes de las fallas que introduciría cambios en la Junta Central Fallera para que no se produjeran nunca más situaciones así. Con todo, les emplazó a esperar a que terminaran las fiestas para ponerse manos a la obra.
Ya entonces se pusieron nombres y apellidos a esos cambios. Unos rumores que se han intensificado con la llegada de las fiestas. Circulan nombres de sustitutos e incluso se ha citado a una fallera mayor como posible nueva incorporación. Igualmente, se da por hecho que algunas personas que ocupan cargos relevantes en la Junta Central Fallera dejarán de formar parte de ella.
La realidad, a 16 de marzo, a tres días de que acaben las primeras Fallas Patrimonio de la Humanidad, es bastante más prosaica porque, explican desde el entorno del concejal, no tienen tiempo para pensar en nada más que el día a día. ¿Y qué dice Fuset sobre los rumores? Se ríe y asegura que algunos les pueden dar buenas ideas.
Por ahora el único que se ha ido, seguro, es Roberto Elías Martín, que participó en la elección de la Fallera Mayor Infantil y que ha decidido dejar la Junta tras que se filtraran los nombres de los jurados de los concursos de Fallas.
Según le ha relatado Roberto Elías Martín a gente de su entorno, cuando se designaron los jurados sólo había tres personas presentes: Una era el notario, otra era él, y una tercera persona. Dando por seguro el silencio del notario, con su dimisión quería dejar bien claro al concejal a quién acusaba de la filtración.
En ese contexto de tensiones, idas y venidas, el concejal ha invocado a su entorno a la tranquilidad. Y, como corresponde con el espíritu fallero, no será hasta el día 20 que se plantee esos cambios. Cualquier análisis será caso a caso. No se trata de nombres, insisten; o sólo de nombres. Puede que también sea de formas de trabajar, explican. Lo que está claro es que Fuset realizará un aggionarmento de las Fallas, la revolución pendiente.
