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EN LA FRONTERA / OPINIÓN

Pérez Pont (y El Apocalipsis)

Foto: EVA MÁÑEZ
26/11/2023 - 

La Conselleria de Cultura, en manos de Vox, destituyó el pasado martes a José Luis Pérez Pont como director del Consorcio Valenciano de Museos y como director también del Centro de Cultura Contemporánea del Carmen (CCCC). Se veía venir: el conseller Vicente Barrera y la secretaria autonómica Paula Añó le tenían ganas en tanto en cuanto Pérez Pont se sitúa en las antípodas de todo lo que representan los ultras. Había convertido el CCCC en un centro de referencia para la exhibición y producción artística experimental, innovadora y dinámica. Un centro que el PP dejó agonizar cuando Consuelo Císcar dirigió el IVAM y arrampló con todo lo que pudo, en el sentido literal y figurado (tiempos en los que Pont se convirtió en su azote desde la Asociación de Críticos de Arte).

Vox lo ha hecho fatal esgrimiendo irregularidades administrativas y una condena leve, 1.000 euros, por una acción que se llevó a cabo en 2019 (Pichi-Avo) con grafitis en uno de los muros del claustro renacentista de El Carmen. Un escandalillo que quedó en agua de borrajas. Lo traen a colación ahora, cuatro años después. Pulpo como animal de compañía. Pont ha gestionado el CCCC de forma exitosa con escasos precedentes: y elevando exponencialmente el número de visitantes y colocando a la Comunitat (no solo València) en el mapa de la cultura contemporánea. Desde que ganó el concurso en 2016, con el primer Consell del  Botànic,  todo ha ido a más, como subrayaba el otro día con vehemencia el portavoz de Compromís en Les Corts Joan Baldoví, con inusual vehemencia.

Hay una excepción cultural como es la sacar a concurso plazas de gestión en este ámbito. Quiero decir: cuando cambia el Gobierno autonómico no se sacan a concurso las secretarias y direcciones autonómicas, ni los puestos de asesores o directores de empresas públicas. Con determinados organismos culturales sí, en aras, dicen, a la transparencia. No estoy expresando ninguna boutade. Creo que antes de que se pusiera de moda lo de los concursos públicos se elegían a los mejores, en líneas generales. Por eso el PP nombró en su día a Juan Manuel Bonet, poeta y museólogo,  intelectual próximo al centro derecha, director del IVAM: luego pasó al Reina Sofía y luego al Instituto Cervantes. (No siempre eran los mejores: Consuelo Císcar es una paradigma; un estropicio). Cuando menos, tengo dudas con lo de los concursitos de marras.

La maldad de Paula Añó es argüir no sé qué tipo de irregularidades para dejar a Pérez Pont sin indemnización, con una mano delante y otra detrás. Y la bisoñez de Añó es destituir a nuestro protagonista sin anunciar acto seguido un recambio. No se lo cargaron tras las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo por el qué dirán, y porque salieron a relucir una retahíla de deplorables actos de censura por parte de los ultras (la versión teatral de Orlando, de Wirginia Woolf en Valdemorillo) que puso en guardia a casi toda la opinión pública y publicada. 

La ingenuidad de Pont, transcurridos cinco meses desde las autonómicas, consiste en pensar que iba a continuar en el puesto con un partido extremo y que aún no acaba de explicar qué quiere hace con la cultura, al margen de rearmar a Lo Rat Penat, La Real Academia de Cultura Valenciana, y las escuelas de tauromaquia. No quiero reconcomerme con Vox: me estropea el cutis y el karma. No solo es Pont. También es Abel Guarinos, director del Instituto Valenciano de Cultura, a quien ya le están segando la hierba para cargarse a los directores adjuntos. Y... habrá más desahucios, con o sin concurso público. Mala hora en la que Carlos Mazón otorgó a Vox la Conselleria de Cultura, pensando que La Cultura es una 'maría', un no-espacio, un tránsito vacuo. Mala hora también la de doña Añó, de quien me aseguran que es pelín torticera, en términos políticos,  y bastante ignorante (solo sabe perseguir el  pancatalanismo hasta debajo de la tapa del inodoro, dicen). No sé que papel juega en todo esto Sergio Arlandis, director general de Cultura. Ni mi estimada directora general de Patrimonio, a quien no nombro no vaya a ser que le transfiera el gafe. Seguro que lo sabe Carlos Gasán que viene explicando con todo lujo de detalles todo esta convulsión en Cultur Plaza.

La destitución de Pont ha coincidido casi en el tiempo con la inauguración en el CCCC de la Yo la vi, una muestra de Pepe Miralles, artista de Xàbia, que lleva media vida investigando sobre la  perspectiva social del VIH y sobre el SIDA. Artista comprometido donde  los haya que ha transitado por toda España con un discurso estético a  contracorriente. La cultura es transgresión o no es nada. También  belleza; no son incompatibles. Es la herencia que deja Pérez Pont,  cientos de exposiciones y actividades fronterizas y muy/muy modernas. Lo  de Miralles está comisariado por Isabel Tejeda, catedrática de Bellas Artes y cara amiga.

CODA:  Investigadores de OpenAI detectan un avance en la Inteligencia  Artificial que amenaza a la  humanidad. Una experta de la Universidad de  Elche, UMH dice que "nos acercamos  a la sexta extinción masiva de la  Tierra". El Apocalipsis. Mejor no levantarse de la cama.  Milei,Geert Wilders barren en La Argentina y Países Bajos (un poco menos). En la estela de Trump y Orban. Apocalipsis en minúsculas. Muerte negra en Oriente Medio. Dos estados por favor, por mucho que le duela a Netayanhu y su camarilla ultra. 

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