MADRID (EP). El Banco Central Europeo (BCE) ha mejorado levemente sus perspectivas económicas para el conjunto de la eurozona, de forma que ahora espera que el producto interior bruto (PIB) de los Diecinueve se contraiga un 8% este año, frente a la caída del 8,7% que había pronosticado anteriormente. Durante la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del BCE, la presidenta de la autoridad, Christine Lagarde, ha informado de las nuevas proyecciones macroeconómicas trimestrales de la entidad.
Pese a la mejora del PIB prevista para este año, el BCE ha decidido rebajar levemente el pronóstico para 2021, desde el 5,2% estimado en junio, hasta el 5% publicado este jueves. Para 2022, el dato se ha modificado en una décima a la baja, hasta el 3,2% "En general, el balance de riesgos para las perspectivas de crecimiento de la zona euro sigue inclinado a la baja", ha subrayado Lagarde. "Esta valoración refleja las todavía inciertas implicaciones económicas y financieras de la pandemia", ha agregado la francesa.
En lo que respecta a la inflación, el BCE ha decidido dejar sin cambios el pronóstico para 2020 en el 0,3%. Lagarde ha avisado de que, al igual que en agosto se registró una deflación del 0,2%, durante los próximos meses los precios seguirán bajando. No se volverá a registrar inflación en el conjunto de la eurozona hasta "principios" de 2021. De esta forma, la proyección de inflación para 2021 se ha elevado en dos décimas, hasta el 1%, y la estimación para 2022 se ha mantenido sin cambios en el 1,3%.
La presidenta del BCE ha alertado de que el "ímpetu" de la recuperación económica del sector servicios se ha "ralentizado" en comparación con el sector manufacturero. "Los incrementos en las infecciones durante los meses del verano son vientos en contra para las perspectivas a corto plazo. La economía de la zona euro debería ser apoyada por unas condiciones financieras favorables", ha apostillado Lagarde.
En lo que respecta a la tasa de paro, el BCE ha mejorado también sus perspectivas. Mientras que en junio estimaba un nivel de desempleo del 9,8% en 2020 y de un 10,1% en 2021, este jueves ha ajustado esas cifras hasta un 8,5% este año y un 9,5% en 2021. "Dado el entorno actual de elevada incertidumbre, el Consejo de Gobierno valorará con cuidado los nuevos datos, incluyendo los desarrollos en el tipo de cambio, con respecto a sus implicaciones para las perspectivas de inflación a medio plazo", ha indicado Lagarde durante su intervención inicial. En las últimas semanas, el euro se ha apreciado frente al dólar.
La presidenta del BCE ha agregado que la autoridad vigilará el tipo de cambio porque tiene implicaciones para la evolución de los precios, aunque ha insistido en que la política monetaria del BCE no está dirigida a controlar o modificar el tipo de cambio, sino a mantener la estabilidad de precios.
Al igual que hace tres meses, el BCE ha ofrecido dos escenarios alternativos con respecto a sus proyecciones macroeconómicas, reflejando un impacto menor y mayor de lo previsto en el escenario principal. De esta forma, en el escenario más optimista, la autoridad monetaria espera que el PIB caiga un 7,2% este año y repunte un 8,9% en 2021. En junio, la perspectiva más optimista era que la economía se contrajera un 5,9% en 2020 y creciera un 6,8% al año siguiente.
Por otro lado, el escenario pesimista contempla una caída del PIB del 10% en 2020 y un alza en 2021 de únicamente el 0,5%. En junio, el BCE consideraba que el peor escenario era que el PIB cayera un 12,6% en 2020 pero que repuntara un 3,3% en 2021. En lo que respecta a la tasa de paro, la autoridad monetaria también ha ajustado sus previsiones en torno a su estimación central. Así, sus estimaciones van desde el 8,3% para 2020, en el escenario optimista, hasta el 8,9%, en el más negativo. En junio, el peor dato estimado por el BCE consideraba que la tasa de paro este año en el conjunto de la eurozona podría escalara hasta el 11,3%.