Después de algunas semanas hablando inevitablemente de política, hoy vamos a dar a nuestra columna semanal un matiz un poco más de mercado, más práctico. Y aunque son ustedes los que finalmente deben decidir, de acuerdo a su perfil inversor, qué estrategias adoptar, con estas líneas que siguen pretendemos facilitarles algunos elementos más de reflexión que les sirvan para tomar sus decisiones finales.
Y ¡vaya! ¡bien que lo siento! Pero empezaremos de nuevo por la política… Ya sabíamos de antemano que 2024 se presenta con una serie de citas electorales que, históricamente, han sido favorables para los mercados de renta variable, especialmente en Estados Unidos. Sin embargo, existen factores que podrían moderar este optimismo, especialmente en este segundo semestre.
Como hemos dicho, las elecciones suelen tener un impacto significativo en los mercados de renta variable. En Estados Unidos, las estadísticas históricas muestran un desempeño positivo de la renta variable en años electorales. No obstante, el elevado déficit fiscal y el fuerte endeudamiento del país podrían moderar el entusiasmo habitual asociado a las elecciones.
Se cotiza con mayor probabilidad la victoria de Trump. Este escenario podría favorecer a las compañías con mayores ingresos domésticos, dada la política económica nacionalista que se espera.
En Europa tenemos en marcha dos eventos electorales importantes que podrían estar ya en gran medida descontados por los mercados. Sin embargo, una mayoría absoluta del partido de Le Pen en Francia o una cuota de poder relevante de Nigel Farage en el Reino Unido tendrían un impacto negativo en la renta variable. Por otro lado, una victoria contundente de los laboristas en el Reino Unido podría tener un impacto moderadamente positivo en los activos de riesgo.
Por el momento, el sentimiento inversor se mantiene neutral a la espera de la resolución de los eventos políticos que hemos citado anteriormente.
Centrándonos en lo puramente económico, la campaña de resultados podría actuar como un catalizador para los mercados. Las compañías están mostrando un mayor optimismo de cara al segundo trimestre de 2024, aunque las exigentes valoraciones y el optimismo previo a la campaña de resultados por parte de los analistas podrían actuar como elementos moderadores.
Ante la incertidumbre y los riesgos presentes, seguimos sugiriendo estrategias basadas en la diversificación y en la calidad en las carteras de inversión. Es aconsejable mantener una actitud cautelosa.
El optimismo generado por la inteligencia artificial se está extendiendo a otros sectores. Este fenómeno se refleja en el momentum de resultados en Estados Unidos, que mide el número de compañías que revisan al alza sus beneficios por acción para el año siguiente. A pesar de un debilitamiento en los Índices de Gestión de Compras (ISM) de Manufacturas, que históricamente han sido indicadores muy fiables para las previsiones de resultados, el momentum se mantiene en zona neutral.
El índice de profit warnings de cara a la campaña del segundo trimestre de 2024 se ha moderado significativamente, desde los niveles máximos observados en trimestres anteriores. Esto sugiere que las compañías están mejorando su percepción sobre el futuro.
En cuanto a los márgenes EBITDA, estos han venido creciendo desde febrero de 2023 en el S&P 500 y, desde febrero de 2024, también para el S&P 500 excluyendo las "7 Magníficas". En Europa, aunque la expansión de márgenes es más tímida, ya se está comenzando a producir.
Estimamos un índice de sorpresas positivas moderadamente alto, pero el impacto en los precios de la renta variable podría no ser tan contundente debido a las valoraciones exigentes. Las expectativas generadas por la inteligencia artificial, no solo para las grandes tecnológicas sino también por su impacto en la eficiencia de otros sectores, mantienen las expectativas de crecimiento de BPA muy elevadas.
Por sectores, para el segundo semestre del año la tecnología va a seguir marcando la pauta. Aunque centrada sobre todo en la Inteligencia Artificial, no hay que olvidar otras áreas de este gran conglomerado como Ciberseguridad o Tecnología de la salud.
Otro sector en el que va a haber que seguir estando es en Defensa, observando la evolución, sobre todo, del sector en Europa.
Que los tipos de interés no van a bajar tan rápido, ni con la intensidad que se pensaba hace meses, es algo ya asumido y por tanto todo lo relacionado con el sector financiero va a seguir manteniendo su preponderancia: Bancos y Aseguradoras.
También cabe mirar a otros sectores como el de Gestión de Infraestructuras.
Por último, creemos que aunque no han tenido un buen comienzo de año, habría que citar también a la energía y a las utilities, mirando con atención al sector de renovables, que puede haber vivido ya sus peores momentos.
En resumen, el segundo semestre de 2024 presenta un panorama mixto para los mercados de renta variable. Las elecciones y la expansión de la inteligencia artificial son factores clave que podrían influir positivamente en los mercados. Sin embargo, el fuerte endeudamiento de los estados, la tensión geopolítica y las exigentes valoraciones presentes en algunos sectores representan riesgos significativos.
Recomendamos mantener una estrategia de diversificación y calidad, con una postura cautelosa. El optimismo debe ser moderado, vigilando de cerca los indicadores económicos y las referencias políticas que se desarrollarán en los próximos meses.