VALÈNCIA. Ponte aquí; señala allá. Las sesiones de fotos son todavía algo extraño para ellos, acostumbrados a un ambiente que no en pocas ocasiones opta por el anonimato. Ni les incomoda ni todo lo contrario, es algo nuevo. O al menos con la intensidad con la que las cámaras llegan este año. Quedamos con PichiAvo, que en realidad son Pichi y Avo, el dúo de artistas valenciano que desde hace más de una década ha roto la barrera entre el arte clásico y el grafiti. Nos vemos en la Ciutat del Artista Faller, donde hace pocos días han comenzado a pintar los gigantes modelados por José Latorre y Gabriel Sanz para lo que será la falla municipal de 2019. Lo mediático del encargo hace que la conversación se dibuje en torno a los límites que hay entre el artista y su obra, a veces inseparables. Andy Warhol o Jean-Michel Basquiat, verdaderas -y, quizá, primeras- superstars del arte, son algunos de los nombres que salpican la charla de camino al bar Culebras, tras nuestra visita al taller donde sucede la ‘magia’.
“¿Quién dice qué es arte y qué no?¿Los críticos, los académicos?”. Giro de guión de la mano de Pichi. Encuentra en el pop-art un vínculo especial con el grafiti, no tanto en su forma ni contenido, que es otro cantar, sino en el debate con el que se ha topado uno y otro históricamente. Pasó con los lienzos de Warhol ‘pintados’ con orina, con la creación vinculada a la publicidad y, claro, con el arte callejero. "Muchos artistas en los años 80 han trabajado para que se trate como algo serio [el grafiti] y nosotros tenemos también la responsabilidad como artistas de mantener eso y demostrar que va más allá de un simple garabato”, añade Avo. “Siempre hemos querido llevar el grafiti al nivel artístico que se merece”. Parón en la charla: aterriza sobre la mesa un generoso bocadillo de tortilla de patatas y otro con chorizo y morcilla. “Necesitábamos almorzar”.
Hace apenas unos días que los creadores regresaban la feria Art Basel Miami, un aterrizaje Miami-Manises-Ciutat del Artista Faller que forma parte de un ajustado calendario 2018-2019 salpicado por las Fallas. Actualmente se encuentran en pleno proceso de pintado de una falla que, seccionada en partes, ocupa el taller de Latorre y Sanz, en el que que convive con algunas de las piezas que formarán parte de la próxima edición de Expojove. El Ayuntamiento dio luz verde a la colaboración entre unos y otros en mayo, un proyecto que se cocía meses atrás, cuando pintaban un mural de grandes dimensiones en el barrio. “A largo plazo nuestra obra será más multidisciplinar, no se va a enfocar solo a lo pictórico. Vamos a trasladar nuestro mundo a lo tridimensional”. Lo deslizaban en enero durante una conversación con Cultur Plaza, una inclinación hacia lo escultórico que, un año después, se traducirá en una falla de más de 20 metros que se erige como un “homenaje” al hecho artístico.
Bajo el lema Procés creatiu, el gigante que tomará la plaza del Ayuntamiento en 2019 repiensa la escultura clásica, simulando sus formas, estampándola con grafiti, un choque ‘marca de la casa’ que ofrecerá una nueva interpretación de ese lienzo en blanco que es -o debería ser- la falla. “En cualquier proyecto nos preguntamos qué vamos a aportar. Está claro que las Fallas tienen un elemento muy clásico, con referentes de esculturas romanas o griegas. Nosotros aportamos la mezcla y la manera de tratar el volumen. No queremos que sea una falla pulida, que parezca porcelana. Pretendemos que se vea nuestra filosofía de trabajo, cómo nos enfrentamos al mural”. Esto se ve en el choque forma-color y, también, en el propio tratamiento de los materiales, que busca dejar ‘al descubierto’ madera y cartón, poniendo el acento en unas imperfecciones que no lo son tanto. "Es como hacer body-painting. Vestimos una falla que no dejará de estar desnuda".
Precisamente, la parte baja del monumento contará con un timelapse en el que se verá cómo la aparente piedra descubre paso a paso la escultura que esconde en su interior. “Como artista, lo más curioso es ver a otros artistas trabajar. ¿La obra final? Perfecto. Pero el proceso es, para mí, lo más interesante. Mucha gente menosprecia el arte abstracto porque no sabe lo que hay detrás”, recalca Avo. Sumamos otro movimiento artístico al listado del debate quées arteyquéno. En realidad, poco importa. El homenaje de su proyecto fallero es transversal, un proyecto que, reconocen, llega con el terreno allanado por un Okuda que rompió con todo el pasado mes de marzo. Como él, además, protagonizarán una exposición en el Centre del Carme previa a la plantà, aunque en este caso con obra nueva, una irrupción en las instituciones que les acercará a un público, quizá, ajeno a su producción. Entre el homenaje y la reivindicación, de las numerosas firmas que decoran el busto principal de la falla, una palabra resalta sobre todas. No es 'Pepe was here', sino un 'GRAFFITI' en relieve que en pocos meses ocupará la plaza del Ayuntamiento, porque: ¿quién dice qué es arte?.