VALÈNCIA. Pichiavo son artistas. Sujeto, verbo y predicado. Lo difícil de concretar son los apellidos. Dicen que son urbanos pero toman referencias del arte clásico y también firman proyectos para galerías de arte contemporáneo o para marcas como Bulgari. El mapa es tan diverso como el mundo en el que viven. Vayamos al punto de origen: Manises. Allí tienen su taller, ciudad en la que operan desde hace una década, cuando Pichi y Avo comenzaron a trabajar juntos. Su proyecto es, como sus nombres, inusual, pues frente a las firmas americanizadas de los grafiteros ellos optaron por sumar sus dos motes familiares. Actualmente participan de la exposición colectiva València en papel, de Plastic Murs, un proyecto que presenta obra de artistas urbanos en un formato al que habitualmente no se les vincula. Su trayectoria trata de romper clichés y prejuicios tanto en el continente como en el contenido, un enfoque que genera un diálogo entre el arte clásico y el grafiti con el que han recorrido medio mundo.
Pese a ser una de las firmas valencianas con más impacto fuera de la terreta, sus componentes se presentan como unos constantes aprendices. La curiosidad por delante. Formado en Bellas Artes uno y en Diseño Industrial otro, recientemente han hecho doblete en València creando murales para la Universitat Politècnica y Ciutat Fallera -"hemos renunciado a proyectos porque nos apetecía hacer cosas en València", cuentan-, una ciudad rica en autores que poco a poco conquistan espacios que hasta no hace mucho les eran ajenos. Para muestra, el mural de Escif encargado por el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) o la exposición de Vinz Feel Free y Txema Rodríguez en el Centre del Carme. “Las entidades se han dado cuenta de que el arte urbano tiene un gran filón, es un aire fresco que atrae a más gente, es muy cercano”, explica Pichi al respecto. Partiendo de la curiosidad y del máximo respeto a la creación artística, Pichiavo suma éxitos en el mundo sin olvidar que son 'marca València'. Entramos en su taller.
-¿En qué momento Pichi y Avo pasan a ser una única firma?
-Avo: Nos conocimos en 2007, pintando en la calle. Fue muy natural.
-Pichi: Es algo que no se busca, que surge.
-Avo: Ninguno de los dos somos egocéntricos. Todos los escritores de grafiti tienen sus 'crews', intentan hacer murales y cada uno tiende a destacar sobre otros. Nosotros queríamos generar un mural en el que primara el concepto.
-Pichi: Es importante que hayan discusiones sanas, pero no tenemos un choque directo sobre quién hace qué. Principalmente se tiene que ver que es una obra, no que son dos artistas. En el mundo del arte hay muchos dúos pero se ve quién hace qué, en el nuestro no.
-Avo: Lo importante es el arte, la obra, no el autor.
-¿Hay una negociación creativa?
-Avo: La hay porque somos dos mentes. Ahí está la gracia, lo que no ve uno lo ve el otro. Cuantas más personas más opciones creativas tienes.
-Pichi: De hecho, ambos hemos crecido y aprendido trabajando juntos. Él era más disciplinado, venía del diseño gráfico y se notaba; yo, más espontáneo y más sucio.
-Avo: Se trata de encontrar el equilibrio. Eso es lo interesante. Tenemos una visión artística similar, mismos gustos, pese a tener diferentes raíces.
-¿Qué lección puede aprender el arte clásico del urbano y viceversa?
-Avo: El arte clásico tiene mucha historia detrás y mucho que enseñar a algo como el grafiti, que tampoco es tan joven como se puede pensar, mientras que este es más espontáneo, más directo. Nosotros aprovechamos esas dos cosas. Juntar las dos cosas da una nueva visión a ambos campos. El uso de imágenes de mitología es algo nuevo en el mundo del grafiti, por ejemplo, pero ¿por qué no trabajar con ellas?
-Pichi: En nuestra obra intentamos introducir el arte clásico porque siempre nos ha gustado. Meterlo en la calle ha hecho que mucha gente no supiera clasificar si éramos grafiteros, artistas o muralistas. Normalmente cuando alguien escucha sobre grafiti lo entiende como una pintada, el hecho de fusionarlo hace que lo vean con otra perspectiva.
-Avo: En ese momento se vio una estética que no se había visto nunca. Tomamos elementos que parecían intocables dando una vuelta de tuerca.
-Pichi: Siempre con respeto. No nos equivoquemos: todos los artistas beben de las mismas fuentes, aunque crean que han inventado algo.
-Avo: Esa unión nos representa perfectamente.
-Actualmente participáis en una exposición en la galería Plastic Murs que precisamente gira en torno a la producción de artistas urbanos en papel, ¿ese debate entre una cosa y la otra ya ha pasado?
-Pichi: Al final las etiquetas no las ponemos nosotros, las suelen hacer los críticos. No hablamos de street art, sino de arte. En los lienzos o en las calles.
-Avo: Recuerdo un artículo de hace más o menos diez años en la revista Hip Hop Nation sobre Daim en el que ponía que el grafiti entraba en las galerías en Europa, lo enfocaban como la muerte del grafiti. Para mi ha sido muy natural ver como cosas de la calle se han llevado a galerías, algo que ya se hizo en los 80. El trabajo que hacemos en el estudio es una representación de lo que hacemos en la calle y viceversa. Tenemos que mantener los dos. Todas las ideas salen de sentarse en una mesa y plasmarlo en bocetos, no de ir a pintar sin más. No es nada nuevo, el artista Crash está ahora exponiendo bocetos de los 70.
-¿Qué radiografía hacéis de la escena actual?
-Pichi: Hay muchos artistas en España potentes, se conoce mucho a España y también a València.
-Avo: Vas a Nueva York y te juntas con media València.
-Pichi: Algo estamos haciendo bien aquí.
-Avo: Hay muy buen nivel aunque quizá tiene que crecer el apoyo al arte. València tiene mucha calidad, se trabaja mucho y lo malo es que no está aquí.
-Pichi: Tienes que triunfar primero fuera para que te reconozcan aquí.
-Avo: Cada vez sentimos más apoyo, la escena va subiendo y se va valorando.
-¿Qué proyectos os han supuesto un mayor reto?
-Avo: Estuvimos en una isla en Noruega donde solo había una caseta y ovejas.
-Pichi: Fue uno de los proyectos más interesantes. Nos contactaron para ir a la isla de Utsira, de menos de 1.000 habitantes. No había casi internet, la camarera del restaurante era la alcaldesa… Otro de los más extraños fue el encargo para el estadio de los Miami Dolphins porque se ubicaba en un contexto que no era lo natural. Allí, al final, la gente va a ver fútbol americano. También estuvimos trabajando para la firma Bulgari en un showroom en Nueva York. Muchas marcas se están dando cuenta del tirón del arte urbano, para nosotros se convierten en retos personales.
-Avo: Con estos proyectos te das cuenta de que está muy aceptado fuera. Siempre partiendo de la libertad de creación. Al final todo se basa en salir de nuestra zona de confort, en trabajar en nuevos conceptos a partir de nuestra esencia.
-Pichi: Cuanto más extraño el proyecto más nos llama.
-¿Cuáles serán los proyectos que os saquen próximamente de la zona de confort?
-Pichi: Tenemos en mente un proyecto interesante, pintar una iglesia.
-Avo: Ahora mismo estamos trabajando en los conceptos y pinturas para una exposición en Lisboa. Estamos pensando en cosas que no hemos hecho anteriormente, a nivel tridimensional. Ya no tomamos el espacio expositivo solo para crear obra sino mucho más. Le daremos una vuelta de tuerca. A largo plazo nuestra obra será más multidisplinar, no se va a enfocar solo a lo pictórico. Vamos a trasladar nuestro mundo a lo tridimensional.
-¿Por qué es interesante para vosotros seguir operando desde València?
-Avo: Siempre hemos estado aquí, tenemos nuestros materiales. Estamos trabajando para futuros proyectos con gente de València, como escultores, artistas falleros... consideramos que es muy interesante, no solo tener el estudio, sino que toda la producción se haga aquí porque lo hace único y especial, ¿por qué marcas como Camper se mantienen en Mallorca o Bulgari en Roma? Las raíces nunca hay que perderlas, te hacen único y especial. Al final lo que hacemos es un producto valenciano. No me gusta llamarlo inspiración, que es muy abstracto, pero vivir aquí te afecta. Nuestro trabajo al final refleja València: los colores, un barroquismo que se conecta con las Fallas...
-Participáis en distintos festivales urbanos, ¿hasta qué punto son interesantes o necesarios para vosotros?
-Pichi: Sin duda son muy necesarios para el artista urbano, pero también es verdad que hay un poco de polémica porque hay gente que se aprovecha, dicen que es un festival para hacer encargos personales. Esto está a la orden del día. Vamos con cuidado y nos preguntamos entre nosotros porque te estafan. Por otra parte, bien hecho, es innegable que es necesario, es la publicidad que necesita el artista urbano.
-Avo: Nos ha dado la oportunidad de trabajar en espacios a los que nunca podríamos haber llegado. Cuando nos llega un proyecto intentamos analizarlo lo máximo posible, pensar qué podemos aportar y qué nos aporta a nivel artístico. Nos dio mucho a conocer, por ejemplo, cuando hicimos el proyecto de los contenedores, en el primer festival importante al que fuimos. Hasta entonces nunca habíamos pintado a gran escala.
-Pichi: Tuvo mucha repercusión mediática.
-Avo: Quizá hay demasiado festival, es muy fácil que un ayuntamiento diga 'voy a hacer un festival' y lo haga a un precio mínimo. Aunque son necesarios, los artistas tenemos que cuidar la escena, es nuestra responsabilidad también que no se vaya de las manos.
-¿Qué lecciones habéis aprendido en estos diez años juntos?
-Avo: Hemos llegado a la conclusión de que no tenemos que perder nuestras raíces artísticas, aunque con más experiencia. Eso nos ha hecho sentirnos más cómodos con el arte.
-Pichi: Durante estos diez años me he dado cuenta de que no hay que olvidarse de formarse. Hay un cambio de mentalidad: un artista contemporáneo es un equipo. Eso me costó de asimilar, pero es necesario. Ningún artista hoy en día es él solo.
-Entre el arte contemporáneo, clásico... como público, ¿qué os gusta?
-Pichi: Desde Damian Hirst, Rothko, Ai Wei Wei hasta artista clásicos...
-Avo: Nos gusta todo. Toda obra artística hay que contextualizarla en su momento histórico y valorarla como tal. Nuestras obras obviamente tienen inspiración de grafiti clásico, desde Dondi hasta Crash, y clásicos griegos. Aunque en la obra no se refleje, aprendemos mucho de otros artistas.
-Pichi: Incluso de cómo trabajan en su estudio, no solo de su obra.
-Avo: No somos doctores en nada, somos estudiantes constantes.
Fotos: EVA MÁÑEZ.