VALÈNCIA. Como ocurre dentro del Gobierno valenciano, no todos en la Diputación de València piensan de la misma forma sobre la aplicación de la tasa turística en la Comunitat Valenciana. En una entrevista a Valencia Plaza, el presidente de la Diputación de València, el socialista Jorge Rodrígez, "no veía oportuna" la implantación por miedo a que desincentive al sector. No piensa igual la diputada de Turismo, Pilar Moncho, encargada de liderar el área en la institución.
Perteneciente a Compromís, Moncho camina en la misma línea que la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, quien ve la tasa turística como una oportunidad para aumentar el presupuesto de la Agencia Valenciana de Turismo en la nada desdeñable cifra de 40 millones. "Estoy a favor siempre que sea finalista y que revierta en nuestra comarcas", señala Moncho a este diario. "Debemos de tener en cuenta que somos una comunidad mal financiada pero hay que mantener nuestras calles y nuestras infraestructuras, algo que sale de nuestros impuestos".
Este mismo martes, la concejala de Desarrollo Económico Sostenible del Ayuntamiento de València, Sandra Gómez, manifestaba su disconformidad con la tasa turística de la Comunitat y exigía a la Generalitat que deje las decisiones sobre competencias turísticas a los ayuntamientos. "Las realidades turísticas son muy distintas dentro de la Comunitat" y "si hay una competencia de carácter municipal es, precisamente, la turística", insistía la concejala tras la propuesta de Podemos aprobada en el debate de política general en Les Corts en la que se instó a estudiar la implantación de la tasa.
Tampoco comparte esta idea Moncho, quien opina que la institución que ha de poner en marcha la tasa turística es quien está trabajando en ella, la autonomía. "Tuvimos una reunión con Clara Ferrando porque nuestra preocupación es que la tasa, aunque sea recaudada por el gobierno autonómico, retorne a los ayuntamientos en forma de mejoras", señala. Esto iría canalizado a través de la Agencia Valenciana de Turismo, quien realiza planes para mejorar infraestructuras y aumentar la promoción.
De la misma forma que han planteado algunos alcaldes las dificultades de algunos ayuntamientos para poner en marcha el plan de Educación para la construcción colegios, la diputada de Turismo reconoce que aunque es lógico que las grandes ciudades quieran gestionar sus tasas, en algunos consistorios pequeños no les viene bien cobrar. "Deberían pensar en aquellos que no tienen la posibilidad de asumir la responsabilidad y debería ser la Generalitat quien recaude el dinero. Incluso algunos ayuntamientos ceden a la diputación el cobro de tasas e impuestos".
La sistemática de una tasa autonómica es la que siguen Baleares y Cataluña y es el modelo en el se ha inspirado la propuesta de la tasa valenciana. Ciudades europeas sí que han optado por el modelo municipal, como París o Lisboa. Con todo, Moncho insiste en que es posible conseguir grandes mejoras tanto para el turista como para la gente que vive en las poblaciones. "Nosotros salimos fuera y contribuimos con nuestra tasa, lo que demuestra solidaridad y aporta sostenibilidad".
También reconoce que la fecha idónea para ponerla en marcha es 2018. "Viendo cómo están nuestras arcas estaría bien que fuera el próximo año. 40 millones que podrían recaudarse no es poco dinero y podrían revertir en el turismo". Respalda un impuesto progresivo, como el de las autonomías españolas que lo han implantado. "No es lo mismo un hotel de comarca que uno de cinco estrellas".
Lo que sí tiene claro es que no está demostrado que exista ningún tipo de repercusión negativa. "En Baleares y Cataluña no ha bajado el número de turistas, sino que ha aumentado", asegura. "Los empresarios entienden que nosotros pensamos que como les va bien, les queremos castigar, pero no es así. Es un tema que es necesario poner en marcha para poder consolidarnos y dar un buen servicio".