Siete municipios del Norte de Castellón se unen para reivindicar la riqueza de su patrimonio, costumbres y despensa. Bienvenido al turismo artesano, respetuoso y sin prisas
En Castellón hay una riqueza inmensa, y todavía estamos por descubrirlo. Dentro de la comarca de la Plana Alta, una agrupación de municipios se ha propuesto poner en valor sus virtudes, y así es como Plana de l'Arc se ha convertido en una nueva marca turística. Toma su nombre del arco romano del siglo II que se encuentra en mitad del territorio. Una planicie que no supera los 300 metros de altura, aunque tiene vistas al macizo de Peñagolosa, y está envuelta de cadenas montañosas, que a su vez protegen la zona de las inclemencias meteorológicas Así es como crece el olivo, el almendro y la vid. Y se potencia el paisaje, la tradición y la gastronomía.
Los siete municipios que componen el conglomerado son Cabanes de l'Arc -en cuyas afueras se encuentra el citado monumento romano- Villafamés, Benlloc, La Vall d'Alba, La Torre d'en Doménec, Coves de Vinromà, y Vilanova d'Alcolea. Cada cual con sus propios puntos de interés, sus costumbres y sus festividades. En conjunto, una franja al Norte de Castellón de la Plana, capital de provincia, de la que todavía desconocemos casi todo y que a partir de ahora puede sorprendernos con su modelo y su eminente apuesta por el turismo slow. No interesa tanto sacar partido al sol y playa, sino a la montaña y el arraigo. Al trabajo artesano, el producto de calidad y el respeto por el entorno, en pueblos que llevan toda una vida practicándolo.
Hagamos el viaje muncipio a municipio. Descubramos que hay más allá del arco.
Hay mucho por descubrir, así que mejor si lo hacemos despacio. La firma Plana de l'Arc surge como marca turística, pero entendiendo que atraer gente hacia los municipios desconocidos es, en realidad, una cuestión de responsabilidad con el entorno natural, patrimonial y humano. Se trata de poner en valor la singularidad de estos municipios, para que perduren en el tiempo, pero sin llegar a alterar la esencia que tienen. De esto va el slow tourism, que propone viajar con tranquilidad, disfrutando del destino elegido, y por tanto integrándose en sus costumbres. Los siete municipios de los que hablamos constituyen parte de la riqueza de la Comunitat y hacen de la provincia de Castellón un enclave atractivo para cualquier visitante. Hasta la fecha, no nos habíamos dado cuenta, pero ya va siendo hora de fijarnos en lo nuestro. El nuevo turismo va de eso: de una mirada renovada sobre lo que siempre ha estado ahí. Toda la vida.