VALENCIA. Con bien de aire y polvo, el desierto de Black Rock ya ve cómo se erigen en sus kilómetros de 'nada' decenas de obras de arte en su particular 'plantà'. El festival Burning Man (BM), que se celebra en Estados Unidos, cuenta los días para su puesta en marcha, una nueva edición que contará con una falla de verdad, la creada por el arquitecto Miguel Arraiz y el artista fallero David Moreno, que tras su visita en 2015 lograron que el festival becara su proyecto, 'Renaixement', inspirada en la Lonja y que irá acompañada de un espectáculo visual diseñado por Radiante. Con el material y el equipo ya en faena, los resultados de la representación valenciana comienzan a intuirse, un cubo gigante entre blanco y dorado que también cuenta con la participación del Gremio de Artistas Falleros.
La primera representación valenciana en el festival americano se levanta con mucha expectación pero, también, rodeada de otras decenas de instalaciones pensadas para cautivar al público. Bajo el lema 'El taller de Da Vinci' la nueva edición del BM hará un viaje en el tiempo para renacer en forma y espíritu en la República de Florencia, un año del que ya se conocen los espectaculares proyectos que convivirán con la falla valenciana del binomio Arraiz-Moreno. La mayoría de ellos con un carácter espiritual y emulando estructuras del ámbito religioso, estas son algunas de las instalaciones que pronto serán una realidad en 'Las Fallas de EE.UU.'
El proyecto Catacomb of Veils se eleva como un afloramiento rocoso del suelo del desierto, evocando al propio Black Rock. Firmado por Dan Sullivan, quiere representar la ruina de un anterior sociedad, un espacio que invita a la búsqueda colectiva de momentos de calma, la introspección y la reflexión. Es un viaje de descubrimiento y un descenso a un mundo subterráneo. Con un camino que serpentea por toda la obra, las reliquias antiguas de una historia colectiva adornan las paredes mientras los rayos de luz iluminan efigies y ofrendas. La búsqueda de la paz a través de la introspección y el silencio, con claras referencias religiosas, finaliza en el santuario de los velos, que se presenta como una confluencia del ocultamiento, la revelación y la belleza sublime.
Los artistas Kate Greenberg y Dust Crusaders levantarán Chronosydra, un reloj de arena que tendrá la misma vida que la nueva edición del Burning Man. El reloj se irá completando con pequeñas partículas que flotan lentamente desde el fondo hasta la cámara superior, gránulos translúcidos que capturan la luz del sol durante el día y se arremolinan como luciérnagas cuando los LED se encienden de noche. La figura se plantea como una forma de medir la creatividad y la energía, una obra de arte que refleja la transformación de una semana de Negro Rock City.
Siguiendo la tradición de los anteriores trabajos de David Best, el Temple Project se elevará sobre el desierto de Nevada con dos importantes novedades: será construido a mano, sin máquina de corte CNC. Con opulentos adornos y un gran altar interior coronado con una lámpara de araña, sus formas miran al pasado y estará decorado con pintura a base de compuestos orgánicos. Habrá ocho altares colocados alrededor del patio, que está tapiado para crear un espacio protegido, silencioso. El templo está pensado para que la comunidad puede acercarse a expresar sus emociones, reflexionar sobre las pérdidas de amigos y familiares y celebrar la vida de las personas que los rodean.
La ballena del espacio de The Pier Group junto a Matthew Schultz, Android Jones y Andy Tibbets, bucerá entre los miles de asistentes del festival. The Space Whale se trata de una ballena jorobada de más de 15 metros de altura construida a partir de acero y vidrio de color. Este proyecto busca convertirse en un monumental testimonio de la familia, la relación con la naturaleza, el tiempo, el espacio y la responsabilidad de preservar el medio ambiente. El Burning Man será su primera parada, pues luego viajará a 6 países de todo el mundo. La ballena del espacio es un monumento destinado a inspirar a la gente para generar el cambio necesitado para el equilibrio ecológico y los viajes espaciales.
El binomio formado por Jonny y Max Poynton llevarán al desierto de Nevada uno de los mayores espectáculos de la nueva edición del Burning Man. Con el proyecto The Black Rock Lighthouse Service construirán un grupo de faros de entre 2 y 20 metros de altura, algunos de ellos inclinados 20 grados, que se convertirán en la extraña luz para guiar el festival. La obra quiere representar la yuxtaposición de elementos pensados puramente para el entretenimiento de los visitantes, como toboganes, con un servicio que originalmente está pensado para advertir del peligro. Este 'gimnasio' para adultos será el lugar donde los participantes puedan jugar y encontrar refugio. Por la noche los faros cobrarán vida y se coronarán con fuego.
La artista Jessika Welz propone a través de Celestial Mechanica una visión del sistema solar a través de una lente artística. Esta construcción permite observar el comportamiento del sistema solar como conjunto, un movimiento coordinado por el que el especatador se pued epasear y sentirse entre estrellas. El primer paso es entrar en una zona vallada que para peatones, donde los gigantes gaseosos están giran sobre sus cabezas. A medida que uno se acerca al Sol se advierten los planetas rocosos, un camino que lleva a una pasarela que conduce hasta una zona de paseo elevada desde donde observar los mecánicos complejos, sentir el calor de efecto de fuego del Sol y ver los planetas, ahora bajo el espectador.
El Identity Reorganization Portal se levanta como una estructura similar a un gazebo de acero, un portal estrecho y circular de unos 3,3 metros de altura. Toda la estructura, cubierta por centenares de espejos de corte irregular, brillará en mitad del desierto con el impacto del Sol. Pero el interior guarda una sorpresa, pues contiene dos botones que activan un conjunto aleatorio de instrucciones verbales que obligan al visitantes a cuestionar su 'Yo'. El sistema de espejo está pensado para sugerir visualmente nuevas opciones identidad a los espectadores inducidas por el collage sonoro.
