Imagen de archivo de la planta regasificadora de Saggas. Foto: R.SOLSONA/EPVALÈNCIA (EFE). La planta de regasificación de Sagunto, Saggas, ha concluido su adaptación para ofrecer servicios de abastecimiento de gas natural licuado (GNL) como combustible a barcos de pequeño tamaño. El proyecto ‘LNGHIVE2: Infrastructure and Logistics Solutions’, coordinado por Enagás y promovido por Saggas y la Fundación Valenciaport, ha finalizado con éxito la adaptación de la planta desde su inicio en 2018.
El 20 % de la inversión total realizada ha sido financiado con fondos europeos del programa de ayudas europeas al transporte Connecting Europe Facility (CEF). Se enmarca en la estrategia de despliegue de puntos de suministro de gas natural licuado (GNL) en puertos y de desarrollo del mercado asociado, promovido por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a través de Puertos del Estado.
El director general de Saggas, Santiago Álvarez, ha señalado que la participación en la iniciativa europea ha permitido ampliar los servicios ofrecidos y la planta podrá realizar carga de GNL en buques de tamaño pequeño con capacidad inferior a 6.500 m3.
El director general de la Fundación Valenciaport, Antonio Torregrosa, ha apuntado que el puerto de Sagunto es "trascendental" en la estrategia de descarbonización Valenciaport Cero Emisiones Netas 2030.
"Avanzar hacia una fuerte reducción de emisiones es una de las principales prioridades de la Comisión Europea, y el transporte es un sector crucial", ha señalado el jefe de equipo de Innovación en Transporte de la Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructuras y Medio Ambiente (CINEA), Richard Ferrer.
Desde Enagás, su director general de Infraestructuras, Claudio Rodríguez, ha apuntado que este proyecto se ha convertido en una herramienta de aceleración basada en un ejemplo de colaboración público-privada, que sienta las bases para la introducción de los gases renovables en conformidad con el nuevo reglamento de Infraestructuras para los Combustibles Alternativos en la movilidad (AFIR).
El uso del GNL en el transporte contribuye a la mejora de la calidad del aire, pues reduce las emisiones de óxido de nitrógeno en torno a un 85-90 %, las emisiones de CO2 en torno a un 25 % y las de óxidos de azufre y partículas prácticamente en un 100 % con respecto a los combustibles tradicionales.
