VALÈNCIA. No es una galería. Ni un museo. Tampoco un taller. Ceci n’est pas un pipe. Sabemos lo que no es y, en realidad, es más que suficiente. València cuenta con un nuevo espacio para la creación artística, Pols, un proyecto coordinado por Paula García-Masedo, Carles Angel Sauri y Néstor García Díaz que nace con el objetivo de enriquecer la escena cultural local y convertirse en punto de encuentro de aquellos que la habitan. Esto sobre el papel, claro, pues la realidad es mucho más flexible. “Hay muchas cosas que no hemos decidido... y eso es positivo”, explica García-Masedo, que actualmente opera desde Madrid, durante su conversación con Culturplaza. Efectivamente, el proyecto todavía está empezando a hervir, un cocinado que se inició en verano y que dio sus primeros resultados a principios de este mismo mes, con la presentación de su primer proyecto expositivo -En amores inflamada-, una muestra colectiva que sirvió para sentar las bases de aquello que son. O lo que no son. Tanto monta.
Situado en un antiguo taller de confección de ropa, el espacio poco tiene que ver con el cubo blanco que uno acostumbra a ver en salas de exposición institucionales. La luz blanquecina del neón y las pintadas en las paredes -que remiten a sus antiguos inquilinos con palabras como ‘parka’ o ‘chubasquero’- conforman el marco de un espacio que nace para ser intervenido e interpretado. “Lo que nos distingue de una galería es que no trabajamos para la venta de objetos. Tampoco hemos escogido un espacio que sea un cubo blanco al uso, no pretende ser un espacio neutro, sino en el que se conserva su historia”, apunta el alicantino Néstor García, que actualmente reside en Berlín, donde realiza una residencia artística. Efectivamente, Pols no es una galería -"ese no es nuestro rol”, apunta Paula-, ni falta que le hace. No nace con el objetivo de formar parte del mercado del arte o del tejido institucional, pero tampoco lo critica o quiere sustituirlo. De hecho, los artistas que allí participan son habituales en museos y salas de arte contemporáneo. Entre el deseo de crear un “laboratorio de comisariado” y el disfrute de levantar un lugar para el encuentro de aquellos creadores que habitan el mismo ecosistema nace un Pols con ganas de disfrutar del camino.
“No creo que Pols sea en contraposición a nada. Veíamos que en València había toda una serie de artistas que nos interesaban y que otras instituciones... no es que no mirasen, pero tienen sus planteamientos y no estaban trabajando con ellos”, apunta Carles. El espacio se presentaba hace apenas unas semanas con pocas pistas: el listado de artistas participantes y una breve descripción en la que se definían como sala “independiente”. "No debatimos mucho sobre la nomenclatura de 'espacio independiente'. Fue por defecto, era una categoría en la que cabíamos", apunta Néstor, que, desde Berlín, ocupa su lugar en la charla a través de una pantalla de móvil. Bendito roaming. “La mayorías de las cosa que hemos hecho no están racionalizadas de forma previa. Estamos haciendo más teoría a posteriori que antes", añade la artista y comisaria Paula García-Masedo.
Aunque Pols es un proyecto que se está generando a medida que va andando, esto no quiere decir que no cuente con “referentes” o fórmulas con las que se sientan cercanos, proyectos como A10, impulsado por Ali A. Maderuelo y Julia Castelló, o Umbral, que potencia esa idea de “otro tipo de club”, en València. Un listado que también pasa por Salamina, un taller compartido por distintos artistas en Barcelona, o Saliva, proyecto impulsado por Claudia Pagès. Ajenos a la institución, han encontrado en la liberación de sus corsés la clave para poder desarrollar un proyecto a su medida, sin la necesidad de plantear una programación a un año vista, pudiendo regodearse en la improvisación y beneficiándose de unos límites difusos que permiten a los artistas poder usar el espacio como campo de experimentación.
En Pols el cubo blanco no se entiende. El proyecto está íntimamente ligado a la propia arquitectura del espacio, un antiguo taller de ropa cuyos colores, luces y hasta goteras sirven para moldear una primera propuesta expositiva que no vive de espaldas a su contexto. “Más que una línea, pensamos que los artistas que queramos traer aquí tienen que trabajar el espacio. No es un filtro, pero sí te hace pensar qué artistas podrían trabajar aquí y quién no”, indica Carles Angel Sauri. M Reme Silvestre, Marina G Guerreiro, Mar Reykjavik, David Bestué, Fernando Gandasegui, Alex Reynolds, Guillermo Ros, Cyriaque Villemaux y Javi Cruz son los creadores que dan forma a En amores inflamada, una exposición que nace de la colaboración, de las conversaciones entre creadores. Entre las piezas, proyectos bien interesantes como el de Marina G Guerreiro, que trabajó en el propio espacio a partir de las goteras del bajo o el de M Reme Silvestre, a la que lanzaron el “reto” de trabajar el aire del espacio, que resolvió con un colchón hinchable que va soltando poco a poco aire de La Petxina.
“Cada artista tiene una forma de trabajar. No ha sido todo orquestado, ha sido un proceso muy intuitivo”, explica Paula sobre la exposición. “No ha sido un comisariado de tesis”, añade Carles. Y es ese “sugerente” espacio, del que se destacan sus imperfecciones, el que ha llevado a Guillermo Ros a crear un proyecto que no solo juega con lo existente sino que genera nuevas zonas través de su obra Esbirro. Otro de los nombres vinculados a esta primera experiencia de Pols es David Bestué que presenta unas piezas que se vinculan a su proyecto Rosi Amor, expuesto en 2018 en el Reina Sofía. Así, en Pols muestra piezas como unos bloques realizados con papel y tinta o una suerte de lingotes realizados a partir de huesos, generando poesía visual a partir de unos materiales que lleva al “grado cero”, tomando un concepto y abstrayéndolo. Bestué será, además, el protagonista de la segunda exposición de Pols, que presentará una muestra individual del catalán en diciembre.
¿Qué pasará después? Pols dirá.
La artista, que actualmente forma parte de una exposición colectiva en el IVAM, ha sido la ganadora del Beca Velázquez 2024/2025