VALÈNCIA. La historieta del Nou Mestalla tiene un nuevo capítulo esta semana. Los dos socios del gobierno municipal de València, PP y Vox, anunciaron este jueves que han acordado la búsqueda conjunta de una solución para desbloquear el lío urbanístico del nuevo estadio del Valencia CF obligando al club a cumplir los compromisos adquiridos con la ciudad. Una negociación que según explicaron la alcaldesa, la popular María José Catalá, y el portavoz de Vox, Juanma Badenas, se fraguó en una reunión el día anterior, apenas unas horas después de que se conociera que el Valencia CF había suscrito la venta de los 40.000 metros cuadrados de suelo terciario anexo al nuevo coliseo a Atitlan.
El encuentro, que tuvo lugar a instancias de Catalá -según la alcaldesa- contó con la participación de Badenas y de "un dirigente nacional de Vox" con el fin de abordar distintos temas, entre ellos el referido al viejo y al nuevo Mestalla. Así, ambas partes trabajaron ya en buscar conjuntamente, codo a codo con los servicios jurídicos municipales, la fórmula jurídica para evitar que el club que preside Peter Lim pueda disponer de todos los aprovechamientos urbanísticos cuando finalice la suspensión de licencias.
Hasta ahora, la negativa de Vox a abordar cualquier cosa sobre el Nou Mestalla había hecho que el Partido Popular, encargado de las áreas de Urbanismo y de Grandes Proyectos, tuviera que buscar el apoyo en la oposición, sin éxito hasta el momento. Sin embargo, este principio de acuerdo en el seno de gobierno municipal abre un nuevo escenario. Por el momento, han acordado negociar una solución, un paso que hasta ahora no se había dado, pero se desconoce cómo será.
El primero que anunció este principio de acuerdo fue Badenas, quien valoró el paso realizado para "impedir que Peter Lim obtenga beneficios y derechos urbanísticos de la construcción del nuevo Mestalla sin que cumpla con la ciudad y el valencianismo". "Exigiremos el cumplimiento íntegro de lo dispuesto en los convenios suscritos entre el Ayuntamiento y el Valencia CF", añadió al respecto, sin revelar todavía cómo se materializarán estas exigencias.
Más tarde, Catalá dio un poco más de información, pero tampoco del todo esclarecedora. Así, dijo que que "los responsables del equipo de gobierno" van "ahora" a "dar un paso adelante" y a "buscar una solución". "Vamos a trabajar con los jurídicos a ver qué solución nos ajusta a todos", declaró, para añadir más tarde, al ser preguntada por si esa propuesta se extenderá a la oposición para conseguir un acuerdo unánime, que la solución "se llevaría a un pleno". Quedan dos antes de agosto, cuando acaba la suspensión de licencias. "Tengo margen. Llego", apostilló.
Hasta ahora, estaba por aclarar si el Ayuntamiento de València aprobará las fichas urbanísticas del Nou Mestalla. En ellas, el consistorio condiciona la explotación del terciario que acaba de comprar Atitlan a que el Valencia CF haya pagado el polideportivo de Benicalap. Y la explotación del suelo residencial y terciario en las parcelas del antiguo Mestalla, a que el campo nuevo esté finalizado.
El próximo 3 de agosto expira la suspensión de licencias aprobada por la Generalitat Valenciana hace dos años cuando caducó la ATE. Si se llega a esta fecha sin aprobarse las fichas mencionadas, los promotores tendrían libertad para solicitar licencia sin necesidad de cumplir con las obligaciones que quiere imponer el Ayuntamiento. La izquierda, ahora en la oposición, reclama a Catalá que, además de las fichas, suscriba un convenio con el club con las características que del nuevo coliseo, unos plazos de ejecución y la exigencia de un aval financiero.
Un reciente informe jurídico municipal señala que sería contrario a derecho fijar ese aval previo a la concesión de la licencia, pero considera coherente que en las fichas se haga referencia a un convenio. Los populares, sin embargo, insisten en que un convenio es un acuerdo entre ambas partes y el Valencia CF no estaría dispuesto a hacerlo. Por el momento, la situación está bloqueada y el verano se acerca.
Preguntada Catalá este viernes sobre si la solución que busca con Vox pasa por aprobar las fichas urbanísticas, la primera edil señaló que "no necesariamente". "Vamos a ver el marco que nos han fijado los jurídicos y en ese marco qué es lo que se nos plantea y lo que nos ajusta más a todos", resaltó, para añadir: "A mi fichas sí fichas no, convenio sí convenios no me da igual. Yo lo que quiero es que el propietario del Valencia cumpla con la ciudad y que no recupere beneficios urbanísticos el 3 de agosto. No quiero nada más. Y voy a emplear cualquier tipo de vía que me lleve a ese lugar", sentenció.
La que parece una negociación fructífera entre PP y Vox llega poco después de que el Valencia CF anunciara la venta del suelo terciario anexo al Nou Mestalla a Atitlan. Un suelo que estaría afectado por las restricciones que recogen las fichas y cuya explotación intentará condicionar el Ayuntamiento, según dijeron tanto Catalá como Badenas. Preguntada por si la venta del terciario anexo al Nou Mestalla cambia alguna cosa o la condiciona, la alcaldesa dijo que no y reiteró que "eso es un tema entre privados, un acuerdo entre privados" que respeta.