VALENCIA. Thomas Huxley, conocido como el bulldog de Darwin por la osadía de defender la teoría de la evolución, escribió en 1839: “He descubierto que uno de los pecados más imperdonables a los ojos de la mayoría es el hecho de tener la audacia de circular sin etiqueta. El mundo mira a esa gente igual que la policía considera a un perro sin bozal ni correa”.
Vivimos de gestos y de ideas tradicionales, que repetimos sin discutir. Para vivir en paz tenemos que inscribirnos en el sindicato de Gente Como Los Demás, el la Sociedad de Socorro Mutuo entre los Nadies. La mediocridad siempre sale victoriosa, pues somos inofensivos de uno en uno pero salvajes en grupo. Se supone que la sociedad nos castiga por nuestros errores, pero como demuestra el juicio a Oscar Wilde, en el corazón de la masa os castigarán por nuestra singularidad. Por eso yo siempre aconsejo a los queridos lectores de estas líneas que para vivir con tranquilidad en sociedad siempre hay que adoptar sus usos y costumbres, por muy cretinas que nos parezcan.
Hay gente que sin embargo se arma de valor y se lanza a la conquista difícil de demostrar que las cosas se pueden cambiar con ideas propias. Con ellos hubiera empezado esta crónica si no se hubiera celebrado la más fantabulousa fiesta en conmemoración de los diez años in crescendo del Hotel Balneario Ressort Gran Lujo Santos Las Arenas cinco estrellas. Los lectores avisados comprenderán lo ineludible de empezar mi crónica con esta conmemoración “feel the excellence” y disfrutarán de las fotos y narración del evento, saltando después, si ese es su gusto, a los párrafos dedicados a Patricia Campos Doménech y al Primer Seminario Internacional sobre Policía, Diversidad y Educación en Derechos.
Como según la cruda estadística los lectores no pasan de las primeras líneas, que cada cual escoja el destino de sus neuronas.
La fiesta organizada por el Hotel Santos Las Arenas ha sido sin duda el mayor esfuerzo por agradar con el más exquisito gusto a sus invitados. Un gran acierto de la familia Santos y el director del centro Carlos Boga al mando de todo su equipo. Me refiero a su staff, claro está. La planificadora de eventos Alade3 puso en marcha una maquinaria espectacular de más de cien excelentes profesionales entre creativos, directores, jefes de escena, iluminadores, técnicos de sonido, ayudantes de producción, figurinistas, actores, figurantes, peluqueros y maquilladores para recrear las más inolvidable e hiperbólica ambientación de la época gloriosa del Balneario. Todo combinaba a la perfección con el decorado del nuevo edificio: un Rolls en la puerta con reporters clásicos sacaba fotos imaginarias a los casi mil invitados antes de que la dirección los acogiera personalmente uno a uno.
Como bienvenida, una copa de champaña Mumm Cordón Rouge; un programa de mano bilingüe con dos siluetas años 30 indicaba los lugares de placer y relax: el jardín-garden plagado de delicias gastronómicas como las ostras ambulantes de Ostrarium; la piscina-pool donde se ofreció un sensacional espectáculo de natación sincronizada; el jardín-garden donde una escena imitaba a Sorolla pintando a sus modelos; la fuente-fountain alrededor de la cual unos bailarines de época evolucionaban en parejas; la plaza del mar-sea square con elegantes números musicales de jazz; el auditorium de donde emergían personajes fellinianos; zonas de copas, guardarropía, disfraces, sillas de mimbre a lo gran Gastby, puestos de chuches, césped y plantas, salmón, postres, personajes en monociclo, condesas representadas con tiara, zona de magos para niños, croupiers, fuegos artificiales... la fantasía de un balneario ideal donde reinan siempre los locos y prósperos años veinte. Bueno, prósperos hasta el crack de 1929, claro.
Me encontré con Don Roberto Duato Veyrat, arquitecto paisajista en el diseño y ordenación de toda la urbanización, jardines y espacios exteriores, a quien pregunté si el Ayuntamiento le puso alguna premisa para su proyecto, y me gratificó mucho saber que tuvo carta blanca para realizar su proyecto. Es tradicional que en los balnearios hayan muchos chismes y la historia siempre es traicionera, así que les pongo este video donde las fotografías que no mienten muestran el esplendor de lo que fue esta joya del modernismo de la época y así, antes del cotilleo, hacemos un poco de historia.
El lugar se inauguró en 1838 con el nombre de Las Arenas-Baños de ola, auspiciado por la moda medicinal e higienista del agua termal y baños de mar que dieron origen al actual turismo litoral. Esta playa es denominada popularmente desde entonces por el nombre “comercial” de Las Arenas, puesto que el nombre oficial es platja de Llevant o del Cabanyal.
La idea del balneario fue del muy olvidado militar y diputado provincial conservador Antonio Zarranz Beltrán, quien descubrió en sus viajes el potencial turístico de estos establecimientos. Solicitó al Estado unos terrenos de dominio público a orillas del mar y en el glorioso octubre del año 1889 recibió permiso para construir en 60 por 8 metros los rudimentos de un complejo cuya visita se convirtió en todo un rito social.
Luego vendrían los edificios inspirados en el Partenón cuyos inicios se pueden contemplar en un cuadro de Cecilio Plá que debe estar en el extranjero porque publicarlo en las redes cuesta 50 euros. Personalidades de aquella época convulsa que aparecían en los ecos sociales fueron Antonio Bellmont, apoderado de la Cia. Transmediterránea; el neurocirujano de origen cubano D. J. Tomás López Trigo, Director del Sanatorio La Malvarrosa ; D. Vicente Llorens, presidente de La Marina Auxiliadora; D. Pascual Martínez Sala, presidente de la Sociedad de Pescadores El Progreso; D. Horacio Villaverde, de la Sociedad General de Merenderos; D. José Vila, de la Sociedad Casetas de Baños y Merenderos de la playa de Levante; D. Juan Goñi, de los merenderos de la Malvarrosa y el Sr. Alfonso, propietario del Balneario Termas Victoria que contaba con estación de tren propia antes de que derivara en local de copas en los 80.
Si alguien se pregunta qué pasó con el templete gemelo que se tuvo que reconstruir en la nueva intervención ha de saber que desapareció bajo un bombardeo de la Guerra Civil, momento en que el balneario quedó en el olvido hasta que sus playas fueron objeto de las divertidas normas de albornoz obligatorio del franquismo y su piscina racionalista del arquitecto Gutierrez Soto, retratada en el famoso cartel de Renau, vivió un íntimo momento gay y lésbico muy refrescante en sus duchas durante los estertores del régimen.
Y usted se preguntará “¿A mí qué mierdas me importa todo esto? Yo quiero cotilleos, cómo iban de mal vestidos los invitados, cuánta celulitis pre-veraniega había, quién se ha estirado el pellejo”. Oh, ingenuos: sólo falta contar que hubo un plan especial del Paseo Marítimo que el Ayuntamiento, preocupado por nuestros signos de identidad, subastó esta propiedad municipal. Quién sabe si hoy lo hubiera recuperado Juan Roig como otros tantos edificios emblemáticos pero sea como fuera el tiempo lo ha convertido en la joya actual más preciada de nuestro turismo y punto de reunión de la sociedad más selecta ante una saludable playa con bandera azul, que todavía es de uso público. ¡Aunque quién sabe qué sorpresas nos depara el cercano futuro bipartidista!
Entre los invitados de esta celebración de diez años de duro esfuerzo empresarial estuvieron el primer teniente de alcalde del Ayto. Joan Calabuig acompañado por Pilar Bernabé, asesora del Ayuntamiento; Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV); Antonio Bernabé, director de la Fundación Turismo Valencia y también su predecesor, José Salinas; José Miguel Bielsa, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de la Playa de las Arenas. Juan Luis Peregrin, director ejecutivo de Peregrin Inversiones; Emiliano García, de Bodega Montaña; Mayte Purriños, de la Escuela de Protocolo; Ana Carreño, de la Pasarela de las Artes; Isabel Cosme, presidenta de Cecoval, la patronal del comercio; Alfredo Esteve Esteve, referente de la moda masculina; Teresa Cebrián, responsable de comunicación de los empresarios de hostelería de la playa de Las Arenas; Antonio Puebla, el sastre de los muy exigentes y la fama; el joyero Argimiro; Steve Anderson, del Ma Khin Café; Javier Monedero de Dicoval, o el ex secretario del consejo de Bancaja, Ángel Villanueva.
Y prensa, muchísima prensa local, nacional e internacional, blogueros, instagramers invitados a probar el hotel, el balneario y a degustar las paellas especialmente preparadas para su recepción; Entre nuestros periodistas más cercanos, el director general de Ediciones Plaza, Miguel Miró; Jaime Abella, director general de gestión de Editorial Prensa Valenciana; el director gerente del Diario de Teruel, Juan Ignacio Alfonso Gracia; Lucía Delgado, jefa de márketing de Levante-EMV; Elvira Graullera, delegada de Europa Press; Xavier Borrás, director de El Mundo en Valencia y Begoña Clérigues, de la sección “A la hora del té” cuya amena lectura siempre les recomiendo si quieren conocer exhaustivamente todas las negritas complementarias de este tipo de actos.
El cuidado de la ceremonia llegó hasta el extremo de que cuando D. José Luis Santos Tejedor, presidente del grupo Santos tomó la palabra en nombre de la empresa familiar de ocho hermanos unidos desde 1986, el chorro de la fuente del hotel se apagó automáticamente. Este hecho, aparentemente insignificante, fue entre muchos otros, revelador de la exquisitez de la celebración, hasta el punto que me sentí cohibido por la excelencia y me retiré con mi bastón dejando a los maravillosos invitados divertirse en un fundido en negro al estilo Chaplin.
La marcha del orgullo gay de Valencia, que se celebra una semana antes que la de hoy en Madrid. Tuvo como singularidad el apoyo esta vez institucional pero muy especialmente el apoyo de un sector de un cuerpo municipal como el de la Policía Local de Valencia, algo muy común en otros países avanzados en derechos sociales. De hecho el Secretario de Organización del Sindicato de Policías y Bomberos de nuestra ciudad, Jesús Santos, participó en el primer Seminario Internacional “Policía, Diversidad. Educación en Derechos” promovido por la Universidad de Valencia en el Palacio de Cerveró en colaboración con la European Police Asociation LTBG, cuyas actividades se han desarrollado únicamente en Roma este año. Su misión consiste en normalizar la Identidad Sexual en un colectivo sensible para la seguridad de todos y para que la elección sexual no suponga una limitación ni un perjuicio para nadie.
Javier de Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política en la Universidad de Valencia, abrió el primer seminario. Yo pude acudir a las últimas charlas en las que participaron Rafael Ballester, Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universitat Jaume I de Castelló; Vicente Bataller, Doctor en Medicina y Presidente de la Fundación Sexólogos sin Fronteras; Arancha Martin, Vicepresidenta de Asociación de Familias Numerosas ASFANA; Ernesto Andújar, Experto en Seguridad y defensa por la Universidad Alfonso X El Sabio y entregado alma mater del seminario.
Participaron también en otra charla moderada por la profesora de Filosofia del Derecho Ángeles Solanes, la Comandante de la Fuerzas Armadas Zaida Cantera, en el retiro después de denunciar acoso de sus compañeros en el ejercito. Habló con claridad: la integración de la mujer en la sociedad es mentira. Y lo demostró desde el punto de vista de las Fuerzas Armadas en España y otros países, donde la representatividad real de mujeres no alcanza un 12%, del cual muchas están dedicadas a labores de limpieza o mandos intermedios, un 1% en cargos directivos y un 53% de ese uno por ciento en cuerpos de combate. Explicó que en veinte años en el ejército sólo conoció a un militar varón que declaraba abiertamente su homosexualidad y que normalmente se mira para otro lado en el caso de militares lesbianas, donde tienen más carta blanca las de rol masculino. Existen militares transexuales a las que, debido a la dureza de sus vivencias nadie se atreve a hacerles ningún tipo de broma con su condición. La conclusión: si la mujer no está integrada en el ejército, que es una muestra de nuestra sociedad eminentemente machista, mucho menos el colectivo LGTB.
Participó Macarena Correro, Fiscal Provincial de Valencia en la poco conocida Sección Tutela Penal de la Igualdad y contra la discriminación cuya dotación de medios sospecho debe ser poco menos que voluntaria.
Todas ellas muy interesantes propuestas para abrir los ojos a un mundo que se engaña a diario con el poder desodorante de los eufemismos o de las bromas cuartelarias, nunca mejor dicho en este caso, y cuya dureza suele recaer en quien no puede defenderse. A defender los derechos, que no los regalan: sólo se consiguen con visibilidad y asociacionismo.
Este era el título de la revista militar de la Real Hermandad de Veteranos que recibía mi padre y es también el del libro de la ondense Patricia Campos Doménech. Esta joven mujer, de apariencia dura de lejos y frágil cuando se tiene su mirada cerca, presentó su obra ante un gran auditorio reunido en el Ámbito Cultural del Corte Inglés, arropada por el Director de Comunicación Pau Pérez Rico, y el Excm. President de la Generalitat, Ximo Puig, admirador del carácter de esta mujer. Entre el público, la familia de Patricia, especialmente su madre que sufrió los maltratos de un marido bebedor de coñac mezclado con Frenadol.
Patricia tiene un especial sentido del humor cuando cuenta determinadas tragedias, como su inicialmente truncada carrera futbolística o su ingreso en las Fuerzas Armadas donde se dio cuenta que se la toleraba únicamente porque la ley lo exigía. Decidió dedicarse al fútbol como entrenadora en Uganda, en una aldea alejada de la capital. Allí integró, además de a niños, a un grupo de mujeres positivas en VIH. Comprobó la violencia gratuita contra mujeres, niños y homosexuales en ese país, pero la experiencia la cambió. “Es una actitud egoísta la mía” -asegura- “doy cariño por recibir cariño.” Ante un auditorio curioso entre el que se encontraban actrices como Lola Moltó, Maite Gil, o la multifacética Fani Grande, mostró un video de su experiencia africana y puso en cada silla la letra de la canción Same love de Maclemore y Mary Lambert cuya letra, como Patricia, recomiendo que te leas. Te tuteo porque a usted creo que a usted se le ha pasado el arroz para escuchar rap, aunque ojalá no. Hasta la próxima crónica.
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