Tras la experiencia de 2020, los cuatro principales festivales de cine de la Comunitat tienen todo pensado para evitar sorpresas de última hora y, sobre todo, conseguir que el cine se vea en las salas, aunque tampoco renuncian a acuerdos puntuales con las nuevas tecnologías
VALÈNCIA. El escritor e intelectual italiano Claudio Magris sostenía en el diario El País este pasado mes de abril que la pandemia va a cambiar el mundo más que la Segunda Guerra Mundial. «El disgusto, el miedo, la crisis, la muerte, la casualidad… Impresiona ver todo este desastre y entender que nunca puedes estar seguro», exponía este descifrador de los horizontes de nuestro viejo continente. Por mucho que arañemos con autoimpuesta certeza un regreso futuro al pasado, nada volverá a ser igual. La crisis sanitaria de alcance global ha provocado cambios de toda índole: social, económico, emocional y tecnológico que, en muchos casos, han venido para quedarse.
El audiovisual, remanso y evasión en el confinamiento, víctima en su exhibición en salas, no ha sido una excepción. De resultas, el funcionamiento de los festivales internacionales de cine ha vivido este convulso último año cambios eventuales hacia el formato híbrido o, en las ciudades y en los periodos de incidencia más vehemente de la covid-19, directamente hacia el virtual. Las cuatro citas audiovisuales más importantes de la Comunitat Valenciana pudieron celebrarse, no obstante, presencialmente, aprovechando resquicios de estabilidad en la evolución del virus. Las últimas ediciones de la Mostra de València, el Festival de Alicante, La Cabina y Cinema Jove fueron una celebración de la vida y del celuloide, pero no exentas de traspiés y sobresfuerzo.
Tanto la Mostra como La Cabina se celebraron en sus fechas naturales, octubre y noviembre. No sucedió así con las últimas ediciones del Festival de Alicante y Cinema Jove, trasladadas de mayo a octubre, y de junio a diciembre, respectivamente. Las principales convocatorias cinéfilas de nuestra región se concentraron, por tanto, en otoño e invierno. El aforo limitado y la campaña de concienciación institucional #CulturaSegura animaron la asistencia de un público hastiado por el confinamiento.
«De la experiencia del cambio de fechas del año pasado, hemos aprendido que hay que estar siempre dispuesto a reinventarse para que el Festival no pierda su esencia y el público disfrute de este evento tan esperado», explica el director de la muestra de Alicante, Vicente Seva. Este año, la cita celebra su mayoría de edad del 29 de mayo al 5 de junio. En su 18ª edición, ninguna de las propuestas habituales se ha visto afectada. Repiten los programas de competición de cortos y tv movies, así como la sección informativa de largos, los ciclos de cine social, de cine del Mediterráneo y de cortometrajes LGTB.
«En las masterclass hicimos una combinación con el formato online por las limitaciones de aforo. Nos sorprendió mucho la gran acogida que tuvieron y vamos a mantenerlas para futuras ediciones», reconoce Seva. Sus sedes continúan siendo los cines Odeón y Kinépolis, y prescinden de ofertar su programación en plataformas de visionado en línea. Avanzan que los espectadores tendrán la oportunidad de dialogar con los equipos de las películas seleccionadas al término de las proyecciones. De igual modo, se espera la visita de la actriz homenajeada con el premio Ciudad de Alicante este 2021, Inma Cuesta.
* Lea el artículo íntegramente en el número 79 (mayo 2021) de la revista Plaza