VALENCIA. El tripartito que gobierna el Ayuntamiento de Valencia formado por Compromís, PSPV y València en Comú celebrará este viernes una reunión decisiva de cara a la confección de los Presupuestos de 2017 del consistorio de la capital.
Así, en el encuentro de hoy se debatirá acerca del apartado de inversiones después de la reunión que tuvo lugar este jueves, donde la atención se centró en los capítulos II y IV de las cuentas.
Una cita que llegó precedida de la negativa de València en Comú a avanzar en la aprobación de los presupuestos de las fundaciones y entes autónomos, lo que ha provocado el aplazamiento de las juntas directivas convocadas para tal efecto. De hecho, ayer se trasladó para el miércoles que viene la correspondiente al Palacio del Congresos ante el bloqueo de grupo que lidera Jordi Peris.
En cuanto al encuentro mantenido ayer, fuentes de los grupos municipales señalaron que se pusieron sobre la mesa algunas propuestas para modificar determinadas partidas que no convencían a València en Comú y PSPV. Así, las citadas fuentes señalaron que los primeros mencionaron, entre otras de sus áreas, Vivienda y Educación, mientras que los socialistas reclamaron un mayor respaldo hacia Turismo y Empleo, esgrimiendo lo acordado en la cumbre del Govern de la Nau celebrada en El Saler a principios de septiembre.
Una discusión cuya resolución quedó en suspenso a falta de la reunión de este viernes, donde se abordará el fundamental capítulo de inversiones, que afecta a los proyectos de empaque del consistorio. En este sentido, el grupo socialista pondrá el foco especialmente en el área de Urbanismo, dirigida por su concejal Vicent Sarrià, un apartado donde el pasado año se echó a faltar por parte del PSPV una mayor consignación. Por parte de València en Comú tratarán de que una de sus competencias estrella, Vivienda, también salga reforzada.
Un encuentro, por tanto, al que se llega con muchas incógnitas -en la cita de ayer se emplazaron las decisiones finales de varios puntos de conflicto- por despejar y que, dada la situación de los últimos días, podría elevar la temperatura de un tripartito que sufre escaladas de tensión cíclicas cuando llega la hora de abordar cuestiones de calado.