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'Pretty Dyana': los vehículos autofabricados a lo 'Mad Max' de los gitanos de Serbia

A Boris Mitic le sorprendía que hubieran aparecido por su barrio gitanos subidos sobre extraños vehículos que parecían sacados de Mad Max. Cogió su bicicleta y se acercó a ellos, procedían de Kosovo y habían fabricado sus propios coches para recoger basura y chatarra a partir de Citroën 2CV, lo que les permitían trabajar más rápido que con carros. Mitic, que nunca había tocado una cámara, les grabó y editó este documental, que puso de manifiesto la situación de precariedad en la que quedó el pueblo romaní con la caída del comunismo

15/12/2018 - 

VALÈNCIA. Están más prohibidos que la heroína, pero se suelen ver con bastante frecuencia tanto por Serbia como por las calles de Belgrado. A veces, incluso por el mismo centro de la ciudad. Son vehículos formados a partir del Citroën Dyane, el 2CV, que es el mejor para tunear, según cuentan.

Me obliga a recordar estos cacharros un ciudadano lucense, ese que fue denunciado por la Dirección General de Tráfico hace un mes por haber convertido una desbrozadora en una mini-moto o pseudo-patinete como los que están tan de moda en las urbes cosmopolitas de nuestro tiempo.

En Serbia, los romanís son extraordinarios construyéndose sus propios vehículos. Boris Mitic grabó un documental sobre esta técnica en 2003, Prerry Dyana, que está disponible en YouTube. Es un sencillo vídeo de 45 minutos muy ilustrativo con música de, entre otros, Hüsker Dü, Diane. El director se fue con los gitanos, concretamente unos desplazados de Kosovo asentados en Belgrado, a ver cómo era el procedimiento.

Mitic no tenía planeado en su día grabar este documental, que fue premiado en varios certámenes de cine. Simplemente, vio cómo en su barrio aparecían estos vehículos de vez en cuando. Cogió la bicicleta y salió detrás de ellos. Hizo amistad con los gitanos, se contaron cómo vivieron la guerra de Kosovo, ellos allí y él bajo las bombas de la OTAN en la capital, y surgió una amistad. De ahí, al vídeo.

Los protagonistas, cuentan, compran todos los Citroën que ven de este tipo, los desguazan y los preparan para su gusto y necesidades. Es decir, los adaptan para poder albergar la mayor carga posible. En su día, la ventaja para ellos era que para llevar un vehículo de estos, propio de Mad Max, era que no tenían que matricularlos, pagar impuestos por ellos, pasar revisiones técnicas ni tener el carné de conducir para llevarlos.

Pero la ventaja sustancial es que se podían cargar de chatarra mucho más rápido que un carro empujado por una persona o tirados por caballos, que también son bastante habituales. Antes no se reciclaba nada en este país balcánico, ahora se están empezando a colocar contenedores, pero muy tímidamente. Para los gitanos, la chatarra y la basura siguen siendo formas de vida. Además, la batería de estos coches la emplean para tener luz en sus chabolas y les sirve hasta para ver la televisión mientras comen o cargar los móviles.

Desplazados por la guerra

Otra parte interesante del documental es la humana. Los protagonistas cuentan que provienen de Kosovo. Tanto en esta zona como en Croacia, los romaníes fueron víctimas de la guerra interétnica que estalló en cada una de ellas. A menudo quedaron atrapados entre ambas etnias.

En Kosovo, concretamente, eran acusados con frecuencia de colaborar con la policía serbia y, después de la guerra de 1999, tuvieron que abandonar sus hogares y emigrar. En este caso, los roma entrevistados directamente lucharon del lado de los serbios en el conflicto. Tras la derrota, huyeron. Uno de ellos se queja de que no tiene ningún tipo de sustento, solo recibe ayudas de la Cruz Roja, que les proporcionaba comida, pero no la suficiente.

El comunismo y los gitanos

Hay una escena muy reveladora que es casi icónica. Es cuando los gitanos sacan un retrato de Tito y lo muestran en pantalla. Con él no estaban en esa situación. Es algo absolutamente cierto e irrebatible y, no solo vale para Yugoslavia, sino para todos los países comunistas con poblaciones gitanas.

Los comunistas implantaron políticas asimilacionistas. Daban a los gitanos puestos de trabajo para personal no cualificado en fábricas o en la construcción, así les asignaban viviendas y les permitían acceder a servicios básicos como la salud y la Educación. El pueblo romaní perdió así señas de identidad, pero alcanzó niveles de vida que no había tenido hasta entonces. Lo cuentan también los romaníes búlgaros entrevistados en el libro Dancing bears de Witold Szablowski.

Con la llegada del capitalismo, estos puestos de trabajo que dependían de la inversión de la economía planificada, desaparecieron. Se volatilizaron como gran parte del empleo público estatal relacionado directamente con sectores de la economía productiva. Los gitanos, que dependían del comunismo, habían alcanzado tasas de empleo del 75%, quedaron completamente desprotegidos sin él.

En el caso de Balcanes, así como en Checoslovaquia, la independencia de las nuevas repúblicas trajo consigo más causas de exclusión social. Para obtener la nueva nacionalidad del país independiente, los romaníes tenían que demostrar que tenían allí su residencia permanente, no tenían antecedentes penales y conocían la lengua y la cultura de la nación. Para la inmensa mayoría era imposible reunir todas las condiciones, por lo que se quedaron en un estatus de no ciudadanos. Apátridas.

En la escena en la que sacan el retrato de Tito en el documental, uno de ellos se indigna porque está tumbado sobre un montón de basura, enreda un poco en ella y lo que saca son libros de texto escolares. Perfecta metáfora de su situación, como los críos de ocho años que aparecen en la película, que se dedican a conducir estos coches con sus padres para recoger basura y chatarra. Cuando se grabó Pretty Dyana, en muchos de estos países, como Chequia, Hungría y Eslovenia, con la llegada del capitalismo y la democracia, los hijos de los romaníes fueron enviados a escuelas de educación especial con discapacitados, sin serlo. En el mejor de los casos, fueron a escuelas segregadas y, cuando acudieron a las de los demás, se les segregó dentro de ellas.

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