VALÈNCIA. Ayer fue la primera presentación pública de James Gaffigan. El nuevo director musical de Les Arts, que ya había participado en alguna otra rueda de prensa para presentar actuaciones en València, llegaba ayer al Aula Magistral con otro semblante. Convertido ahora en el responsable de la Orquesta de la Comunitat Valenciana y el Cor de la Generalitat, Gaffigan no quiso pecar de pesimista: dice venir con muchas ganas de trabajar y hacer crecer a las formaciones valencianas. Ayer apuntó a ciertas cuestiones que indican que ya ha hecho la radiografía pertinente, ahora empieza su primer acto, el de poner en marcha unas dinámicas de liderazgo en una institución que llevaba más de dos años con su plaza vacante. La seguridad y el entusiasmo de la presentación de ayer parecen invitar a la ilusión, pero el trabajo es arduo y constante, si bien parece haber una conexión especialmente buena con el director artístico, Jesús Iglesias Noriega.
Culturplaza resume la presentación de ayer en los retos a los que apuntó James Gaffigan.
Este verano se han cubierto casi una decena de plazas nuevas vacantes en la Orquesta de la Comunitat Valenciana, la formación que depende directamente del patronato de Les Arts y que tiene como horizonte contar con 74 profesionales con plaza fija. Las nuevas plazas y las cinco que faltan por cubrir (“cruciales”, apuntaba Gaffigan) suponen cerca de una quinta parte de todo el grupo; es decir, la Orquesta tiene el importante reto de empezar una nueva etapa.
En este sentido, Gaffigan ha estado presente en la selección de los nuevos músicos y músicas, de las que una es valenciana. El director estadounidense ha resaltado el hecho de que en formaciones de primer nivel se encuentren personas españolas y valencianas. “Les Arts tiene que ser un destino (big end) para los músicos”, ha dicho; “los músicos españoles de mi generación emigraron, y ahora tienen la oportunidad de volver, participar en un grupo de primer nivel y sentirse orgullosos de su trayectoria”, también.
James Gaffigan no se cortó en halagos a las formaciones de Les Arts. Pero apunta que queda trabajo por hacer. En este sentido, quiere aprovechar el tiempo para hablar individualmente con cada componente para conocer sus necesidades y crear “un liderazgo”, como se definió en varias ocasiones.
El estadounidense apuntó en varias ocasiones a la Orquesta de la Comunitat Valenciana y al Cor de la Generalitat como formación “de un alto nivel”, pero también cree que hay un margen de mejora. “Tenemos el edificio, tenemos unos grupos que son buenísimos, pero ahora tenemos que hacer que la gente lo escuche”, señaló. En ese sentido, quiere que “no solo la gente de España” venga a Les Arts, sino que “desde Berlín, Viena o Nueva York” se sepa que en Les Arts va a tener una buena experiencia de ópera; al igual que espera que tocar con las dos formaciones sea “una de las mejores experiencias” de los directores invitados.
En este asaltar los cielos, Gaffigan también ha querido proyectar una ilusión: internacionalizar la orquesta y llevarla a festivales europeos a tocar. “El público que lo vea disfrutará mucho de escucharla”, cree el director. Este sería un salto cualitativo importante, ya que la Orquesta hace fundir en piropos a cada director que va pasando por Les Arts, pero pocas veces salen del mismo edificio, y si lo hacen, giran únicamente en el ámbito autonómico.
Por otra parte, dentro de ese liderazgo y conocer las necesidades de cada formación, Gaffigan tiene el reto de coser una Orquesta dependiente de Les Arts protegida y renovada con un Cor dependiente del Institut Valencià de Cultura que aún sigue en pie de guerra por su delicada situación laboral.
El contrato de James Gaffigan le compromete a dos óperas y dos conciertos sinfónicos. En el caso de esta temporada, los dos títulos líricos escogidos han sido el Requiem de Mozart que abre temporada y Wozzeck, de Alan Berg, que cierra. Esta última obra no ha parado de salir durante la presentación porque para el estadounidense es el ejemplo perfecto de otro reto al que apunta: abrir aún más el repertorio de ópera de Les Arts. Iglesias Noriega y él apuntaron a un trabajo codo con codo que supondrá también el diseño de la programación. Gaffigan lo tiene claro: quiere que Orquesta, Cor pero también público “se sientan felices y desafiados”. El desafío del público consistirá en ir a Les Arts a encontrar algo nuevo “fuera de su zona de confort”, una línea que ya ha ido dibujando el director artístico en las temporadas que ha diseñado él. Wozzeck será toda una prueba.
La presentación empezó con una anécdota del propio Gaffigan, que mostraba sentirse muy feliz de empezar su idilio con Les Arts en un concierto gratuito junto a la Orquesta de la Comunitat Valenciana. Explica el director que le parece importante porque su familia, por ejemplo, no tenía capacidad económica para poder ir al Metropolitan de Nueva York: “Se sentían intimidados por la propia arquitectura”. Por eso, el primer reto que apuntó es el de hacer un Palau de Les Arts más accesible y más abierto a una ciudadanía que pueda “escuchar y disfrutar” a la Orquesta y al Cor. Eso no se tradujo en una medida concreta sino en una aspiración, pero la ampliación del programa Les Arts és per a tots buscaría “crear nuevos públicos” y es un proyecto que parece ilusionar especialmente al nuevo director musical de la casa.