VALÈNCIA (EP). La Generalitat Valenciana pone en marcha el programa '#zero, energía de proximidad', cuya primera fase instalará placas solares en un total de 114 institutos de educación secundaria repartidos en 71 municipios de la Comunitat con el objetivo de reducir más de 9.000 toneladas de CO2 al año y conseguir un ahorro de 6,9 millones de euros en la factura anual de la luz.
La consellera de Educación, Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, y de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, han sido las encargadas de presentar a los equipos directivos de los centros educativos implicados y a los representantes de los municipios donde se ubica la primera fase de esta iniciativa conjunta.
Por provincias, participarán en esta primera etapa 17 institutos de 14 poblaciones de Castellón; 57 de 32 pueblos y ciudades de Valencia y 40 institutos de 25 municipios de la demarcación de Alicante.
La titular de Educación ha detallado que "la primera fase de implantación del programa se desarrollará con un presupuesto de 14,47 millones de euros por parte de la Conselleria de Educación". Durante el próximo otoño, "publicaremos la licitación de los proyectos de ejecución, las direcciones de obra y la instalación de los paneles solares en los 114 institutos fijados".
Además, en el primer trimestre de 2023 la administración tiene previstas las adjudicaciones y en la primavera del año que viene comenzará la instalación de los paneles fotovoltaicos. "Una vez implementada la primera fase, procederemos a ampliar el programa hasta llegar a los 360 institutos públicos de todo el territorio valenciano", ha añadido Tamarit.
La consellera ha subrayado que será "una importante planta fotovoltaica pública, urbana, descentralizada y de proximidad, que generará la energía eléctrica que necesita cada instituto y los transformará en autosuficientes, autogeneradores de energía limpia y renovable". "Pero no solo eso, produciremos excedente energético", ha añadido Tamarit.
Sobre esta cuestión, Mireia Mollà ha explicado que, tan solo en esta primera fase, entre 5.000 y 8.000 familias en riesgo de vulnerabilidad podrán beneficiarse de los excedentes eléctricos generados por las instalaciones fotovoltaicas de los institutos. "Una cifra -ha continuado- que, a medida que se complete la instalación de placas solares en los centros educativos, aumentará hasta beneficiar a cerca de 18.000 hogares con dificultades para afrontar la factura de la luz".
La consellera ha destacado "la importancia" y "la transversalidad" de un proyecto que nació en el departamento que dirige y ha terminado por convertirse en "una idea compartida entre varios departamentos de la Generalitat y decenas de municipios".
"Se trata de una primera fase en la que los 114 institutos ahorrarán 6,9 millones de euros en la factura de la luz anualmente. Además, en dos años la inversión que se hace desde Educación estará amortizada".
"Con la implantación de renovables en esta primera fase, las emisiones de CO2 se reducirán en más de 9.000 toneladas al año, una huella que disminuirá hasta las 58.500 toneladas una vez se haya completado la instalación fotovoltaica en los 360 centros educativos repartidos por la Comunitat Valenciana".
La consellera ha afirmado que "los beneficios educativos, sociales y medioambientales del programa son incuestionables", a lo que ha añadido que "el alumnado no solo continuará abordando en clase la importancia de hacer frente a la emergencia climática, también allá donde estudian, en sus institutos, verán que tienen el ejemplo concreto de una gestión sostenible de los recursos energéticos".
Para Mollà, "este primer proyecto representa un hito histórico para los institutos valencianos", ya que en torno a "8.000 familias valencianas van a verse beneficiadas de la energía que los centros educativos van a generar" a los que ha definido como el "corazón de la transición energética de la Generalitat Valenciana".
"Es un proyecto que solo tiene ventajas, porque se alcanza el autoproveimiento energético de los centros educativos; se reparten los excedentes entre las familias más vulnerables, para no dejar a nadie atrás en el proceso de transición ecológica, y se acelera la descarbonización reduciendo nuestra huella", ha valorado la consellera de Agricultura.
En cuanto a la distribución del excedente energético, Mireia Mollà ha explicado que serán los institutos quienes hagan un primer filtro, a través de los datos sobre las familias en riesgo de exclusión social, y después los servicios sociales junto a la Conselleria de Políticas Inclusivas terminarán determinando el listado de las familias que se beneficiarán.
"Serán en torno a 70, y que deberán estar en un radio de 500 metros del centro educativo", ha dicho la consellera, que ha señalado que le han pedido al Ministerio que, "de igual forma que hizo Portugal, amplíe la energía distribuida a un radio a 2 km para tener más margen para ofrecerles esta energía a más familias".
La Conselleria de Transición Ecológica coordinará, a través de 'Municipios en red', un proyecto al que se han adherido más de 250 municipios para impulsar las energías renovables e impulsar las comunidades energéticas municipales, y que los excedentes generados en las instalaciones educativas beneficien a los que más lo necesitan a través de los Servicios Sociales de los ayuntamientos.