VALÈNCIA (EP/EFE). El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha decidido que la cumbre prevista para la semana que viene de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea tenga lugar exclusivamente a través de videoconferencia ante el repunte de contagios de coronavirus en los países miembros del bloque europeo.
"El presidente ha decidido realizar la cumbre tras el repunte de casos en los estados miembros. Mientras tanto, el presidente continuará las consultas con todos los líderes. Los detalles sobre logística seguirán en breve", ha explicado el portavoz de Michel, Barend Leyts, en su cuenta de Twitter.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reunirán para abordar la creación de un certificado de vacunación de la covid-19, esta vez con la propuesta de la Comisión Europea (CE) sobre la mesa después de haber debatido la iniciativa en su anterior encuentro a Veintisiete en febrero.
A la mesa de los líderes llega por primera vez el planteamiento en negro sobre blanco que la CE ha elaborado para el futuro certificado de vacunación: un documento gratuito, en formato digital o en papel y que contendrá información sobre si una persona se ha vacunado, si tiene anticuerpos por haber superado el covid o una prueba PCR negativa.
Ya en la cumbre de febrero, en el primer debate a Veintisiete sobre este documento, quedó patente que no todos los países comparten el mismo entusiasmo por esta idea: se mostraron más cautos el presidente francés, Emmanuel Macron y la canciller alemana, Angela Merkel, al pedir que el documento no sea condición necesaria para viajar.
Bruselas aseguró que el hecho de estar vacunado no será un requisito para poder viajar, ya que los ciudadanos que no hayan tenido aún la oportunidad de hacerlo o se hayan negado podrán demostrar con una PCR o con un test de antígenos su condición sanitaria, por lo que todos los viajeros tendrán los mismos derechos.
Más favorables son los líderes de los países del sur de Europa, muy dependientes del sector turístico, con España y Grecia entre los grandes defensores de esta idea.
Los líderes debatirán también la alerta que han lanzado seis países (Austria, Bulgaria, República Checa, Croacia, Eslovenia y Letonia) en torno al reparto desigual de estos fármacos entre los Estados miembros.
La compra conjunta de vacunas que efectúa la CE implica que cada país tiene un acceso a estos fármacos proporcional a su población, pero los Estados podían elegir dar prioridad a ciertas vacunas.
Bulgaria, por ejemplo, apostó por AstraZeneca y no por Pfizer-BioNTech porque su logística era más fácil y ha tenido que afrontar los recortes y retrasos en las entregas de la primera.
"Creo que es importante que establezcamos (...) un mecanismo de corrección para que Bulgaria no reciba solo un tercio de las vacunas que recibe Malta, por ejemplo", explicó el jefe del Gobierno austríaco, Sebastian Kurz, anfitrión de una reunión para tratar ese tema esta semana.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha lamentado que la Unión Europea no está ahora mismo en disposición de donar vacunas a los países más desfavorecidos dadas las dificultades que están teniendo los estados miembros para obtener sus propias dosis.
"Los estados miembros ya tienen bastante presión encima para obtener ellos mismos las dosis que necesitan", ha declarado Von der Leyen a los medios del grupo de comunicación Funke.
Sin embargo, la presidenta de la Comisión Europea, ha querido destacar el apoyo financiero de la UE a la iniciativa COVAX, un esfuerzo de la Organización Mundial de la Salud para dar acceso a las vacunas a los países más pobres.
"La UE ha invertido 2.200 millones de euros en esta iniciativa. COVAX ya ha entregado 30 millones de dosis de vacunas a 52 países" ha explicado.
El mecanismo que permite al bloque compartir la vacuna directamente con otros países no comenzará "hasta que tengamos una mejor situación de producción en la UE", según von der Leyen.