Próxima estación, veroño

Volvemos con una selección de cositas ricas a precios sin muchos excesos, que esos ya los hemos tenido este verano. Ideales para la cuesta de septiembre que será peleona, pero con ellos también molona. Del país o de por ahí fuera, que viajar cerquita o bien lejos no nos cansa nunca. Probando uvas diversas, con estilos variados y aprendiendo, que es gerundio de los que jamás sobran. Con sus géneros generosos, los más habituales tintos o blancos y hasta algún clarito de lo más bonito. Entre amigos, que son lo mejor del regreso. Unos presiozos con los que nos disponemos a brindar por lo que está por venir empezando con la Manzanilla Añada 2012 7/11 (Callejuela). Compañera ideal para que nos lleve de la mano el primer día de clase. El de intensas emociones, reencuentros con sabor a nuevo y recuerdos de la playa que permanecen. El poso de lo aprendido en meses y años de escapadas que, aunque a veces fueran escarpadas, quedan en forma de bella imagen que siempre acompaña bien con unas tortillitas de camarones. 

El Villa Wolf Pinot Gris 2019 (Ernst Loosen) es bosque con su selva en tiempo de norte europeo. Nubes que se despejan con soplo de aire removedor y renovador de espíritus libres. Versos que se dibujan en forma de beso estival y que, oye, nada mal. Alegría que fluye por afluentes de grandes ríos. Y me río cuando lo tomamos con una sopa de carne, que apetece. 

Con el Abadía de Poblet 2017 (Codorniú y Raventós) cogemos con fuerza el volante, que vienen curvas vistas por ventanilla entreabierta. Campos de cítricos que se van volviendo peritas cuando llega San Juan. Con petardos discretos y la humildad de los tonos que no desentonan. Y nos entona con su empuje cuando nos lo bebemos con un arroz de bichos nadadores. 

Llegamos a Galicia con el Casa do Sol Albariño 2015 (Casa do Sol). Un sobre lías que la lía siendo sencillo y guapito. Años de observar y pensar en arenales y lo salino que esconden. Personas que perduran a pesar de los kilómetros. Tragos de chinchín sin fin y desmadrarse un pelín sin irse de madre. Que algo se cuece en la cocina y parecen ser unos mejillones al vapor. Y para que más si no es mejor. 

Gurbujillas saltarinas

El Atmosphères Nature (Domaine Landron) es de gurbujis necesarias para hacer que hasta el más temprano despertar se convierta en fiesta. Finura sequita, como debe, que cosquillea con gracia. Directo para ser preciso y hasta precioso con la vestimenta adecuada. Que es de cóctel y negro, balanceo de caderas con volantes revoltosos y cogiendo algunos canapés de ahumados. 

El Andròmina 2021 (Celler els Mecanismes) es la lejana añoranza de las costas catalanas. Con sus vientos loquilocos de despeinar flequillos y dar la vuelta a pensamientos. Claridad de paseo entre matas que dan color a esas frutillas ácidas y vibrantes. A paso ligero y sin peso que lo haga pesado. Y sin pesar en el corazón, que es de rojo alegría y auténtica algarabía si lo abrimos mirando olitas con una fideuá negruza.   

Nos vamos a Manchuela con la Cueva de la Llana Macabeo 2019 (Bodegas García Pérez), un vino que no tiene mancha, porque es varietal y su clima. En cálida posada con sólidos muebles vestidos de jarrones y sus rosas. Arrullo arrollador junto a un arroyo que refresca con su sonido. Así que extendemos la manta sobre el suelo para posar uno de esos guisos que hacen asiento, unos gazpachos manchegos. 

Nos despedimos de esta primera sesión de regreso con otro poco de espumilla, la del Champagne De Moncel Brut (De Moncel). Vida larga y placentera como la que queremos. Manzanitas cremosas y valiosas que resplandecen como gemas preciosas. En tarta de celebrar a diario para que esta temporada de otoño-invierno sea la más chuli y hasta fenomenal. Y, tal cual, brindaremos por el tiempo de estaciones rebonitas junto a algún queso suave y con vosotros, hermosos.