VALÈNCIA. La actividad inmobiliaria se reactiva en la plaza valenciana. Si antes de la pandemia el segmento hotelero copaba gran parte de la inversión en la ciudad, en esta época transitoria de "nueva normalidad" ya se atisban síntomas positivos con la llegada de nuevos proyectos. Y es que, aunque el turismo internacional esté ahora en 'stand by' por el cierre de fronteras, hay confianza en su recuperación.
En el último año València se había erigido como un polo importante para la inversión hotelera por el auge del turismo y la mejora de la rentabilidad frente a otros mercados urbanos más maduros como Madrid y Barcelona. Y parece que tras los duros meses de confinamiento y parálisis del país por la crisis sanitaria, el dinamismo regresa paulatinamente. Como avanzará Valencia Plaza, la firma Simetría, de la familia Batalla, ha proyectado un edificio de apartahoteles en Tarongers. Ahora el nuevo proyecto impulsado en la ciudad es un hotel en el barrio de Arrancapins.
Se trata de un edificio en desuso ubicado en la Calle Honorato Juan 1, frente a la conocida Finca Roja de València. Los promotores son Ares Capital Real Estate SL, una firma que ha solicitado al consistorio cambio de uso del inmueble, actualmente tiene la condición de vivienda plurifamiliar, para poder rehabilitarlo y transformarlo en un nuevo alojamiento hotelero.
El edificio consta de siete plantas en total -planta baja, 5 alturas y un ático- y cuenta con 3 fachadas principales. Está formado por dos zaguanes, de 10 viviendas cada uno y con una vivienda de portería en la planta de su respectivo ático. En total el edificio cuenta con 22 viviendas distribuidas en siete alturas. La idea de los promotores es mantener las plantas y reconvertir los pisos en 50 habitaciones de hotel junto con los usos comunes y de servicio.
El futuro hotel tendrá tres estrellas y contará con 10 habitaciones por planta y un bar-restaurante en la planta ático. En total serán 50 estancias las que ofrecerá a los huéspedes. La propuesta cuenta, por tanto, con dos zaguanes (uno de acceso público y otro de servicio) compuesto por escalera protegida y nuevo ascensor cada uno.
De acuerdo con el proyecto presentado ante el consistorio municipal, todas las habitaciones serán dobles con baño incluido, siendo una de ellas accesible, la cual se situará en la planta primera. La última altura, el ático, se reserva para un bar-restaurante con zona de barra y terraza.
La parcela tiene una superficie de 287,60 metros cuadrados y, aunque el inmueble no está afectado por el Planteamiento de Desarrollo o derivado del Plan General de Ordenación Urbana, sí es un edificio protegido. Por tanto, el objetivo es rehabilitar su interior, dotarlo de una nueva distribución y acometer diferentes actuaciones para ajustarlo a la normativa. Así, se contemplan la impermeabilización de cubierta y rehabilitación de terrazas, el saneamiento de la fachada principal, refuerzo puntual de la estructura del edificio y la incorporación de dos nuevos ascensores en los núcleos de escaleras.