VALENCIA. La Comunidad Valenciana necesita una reforma del modelo de financiación. Sin que este fuera uno de los puntos a tratar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del pasado jueves, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, votó 'no' a ampliar una décima más el déficit autorizado (al 0,6%) de las Comunidades Autónomas. Y lo hizo, de la mano de Baleares y Cataluña.
Unos lazos que el president de la Generalitat, Ximo Puig, amplió ayer, esta vez con el líder del PSC, Miquel Iceta. Pese a las diferencias orgánicas –Puig apoyó la abstención a un gobierno de Mariano Rajoy, mientras que Iceta se mantuvo firme en el 'no es no' de Pedro Sánchez-, se ha tejido una alianza que pone de relieve la doble estrategia de Puig: fiel internamente a la presidenta andaluza Susana Díaz, pero buscando la complicidad en cuestiones clave con la financiación con Cataluña y Baleares. Incluso, con las federaciones socialistas, aunque estas no gobiernen.
El encuentro de este lunes, cuyo objetivo en palabras de Iceta era "poner en común preocupaciones relativas a la financiación autonómica y las inversiones del Corredor Mediterráneo", se produce después de que Puig no asistiera, por motivos médicos, al XIII congreso ordinario que el PSC celebró en Barcelona en noviembre. Aunque sí lo hizo el vicesecretario general y de Organización del partido en Valencia, Alfred Boix.
Así, con estas dos reivindicaciones como telón de fondo para construir un frente común hacia Madrid, la cita también servía para limar las asperezas surgidas en las últimas semanas. De hecho, Puig se manifestaba en esta dirección el 5 de noviembre -después de que los socialistas catalanes rompieran la disciplina de voto- al considerar que no podía "haber un divorcio" entre el PSC y el PSOE porque son "lo mismo".
Como president de la Generalitat Valenciana había comenzado semanas atrás a elaborar una hoja de ruta clara que incluía tender puentes con sus socios geográficamente más cercanos. Y, aunque el pasado septiembre habría intentado que su homólogo catalán, Carles Puigdemont, se sumara a la principal reivindicación que quiere que se aborde después de dos años con un sistema de financiación caduco, finalmente no se encontró plenamente respaldado. El president de la Generalitat de Catalunya advertía que la reforma de este modelo no era una cuestión que él mismo fuera a liderar puesto que ya lo había hecho en anteriores ocasiones y "no fue bien".
No obstante, en esta ocasión, aunque el apoyo de Iceta fue discreto, el líder de la federación catalana señalaba que la apuesta valenciana en materia de financiación era "valiente y adecuada", trasladó su comprensión con la votación en el CPFF y alentaba a que la Generalitat de Catalunya se animase "a participar en esta negociación en beneficio de todos".
Puig, por su parte, le agradecía su apoyo y ponía sobre la mesa la propuesta valenciana para debatirla con la finalidad de que de esta surja una solución que pase por "la singularidad de los territorios e igualdad entre los ciudadanos" ya que, para él, "en estos momentos" no se da tal situación "porque hay lugares que tienen una financiación muy asimétrica que hace que algunas comunidades autónomas tengan menos oportunidades, por lo que los valencianos continuamos teniendo una gran brecha de renta per cápita".
En este sentido, ambos dirigentes apostaron también por una reforma de la Constitución de 1978 que caminase hacia un modelo federal similar al "aprobado por los socialistas en la Declaración de Granada de 2013". Aunque "lo más urgente ahora es la financiación, conviene que el PSOE sea capaz de arrastrar al PP a una posición reformista y valiente, que es más urgente en Catalunya por la deriva independentista, y en este aspecto la posición de la Generalitat valenciana es una referencia para nosotros. Las reformas constitucionales son procesos largos y complicados, dejarlo aparcado sine die sería imprudente", añadía el secretario del PSC.
Tanto Puig como Iceta se opusieron a que esta reforma tuviera que esperar a que se celebre el congreso del PSOE, tal como habría considerado el presidente del Gobierno central. "Para Rajoy puede esperar todo", ironizaba Puig, mientras el president del grupo socialista al Parlament de Catalunya apuntaba que esta modificación debía ser abordada de manera inmediata. Puntos de encuentro que demuestran que la federación catalana y valenciana se necesitan y se complementan por intereses comunes.