Puig aplaude los ofrecimientos de Sánchez pero no acepta (de momento) ninguno

VALÈNCIA. 'No estamos tan mal'. Esa sería la principal conclusión que podría extraerse de la comparecencia este miércoles del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, respecto a los diferentes ofrecimientos realizados por Pedro Sánchez en su intervención del martes, en la que facilitó a las Comunidades Autónomas (CCAA) la posibilidad de que sean las encargadas de imponer el estado de alarma en la totalidad o parte de sus territorios.

Una opción que el jefe del Consell aplaudió en su primera rueda de prensa tras el parón estival pero que, a día de hoy, no ve necesario adoptar en la Comunitat Valenciana. "Es un ejercicio de democratización y profundización del Estado de las Autonomías que además refuerza la idea de cogobernanza", explicó Puig, quien siempre ha mantenido una posición notablemente federalista y partidaria del autogobierno.  

Ahora bien, celebrar la decisión de Sánchez no implica lanzarse a su aplicación. A juicio del presidente de la Generalitat, la situación en la Comunitat Valenciana está "controlada" actualmente. "Peor de lo que nos gustaría pero mejor que la media española. No es satisfactoria pero ahora no se dan las circunstancias para este planteamiento", recalcó el también líder del PSPV ante las preguntas de los medios de comunicación.

Una posición en la que Puig coincide con el resto de autonomías gobernadas por la formación socialista, mientras que la propuesta recibió las críticas de los presidentes regionales del PP, que en general secundaron la línea esbozada un día antes por su líder, Pablo Casado, quien calificó como "dejación de funciones" la oferta de Sánchez a las CCAA.

Unas reacciones que evidencian un pensamiento común por parte de los gobiernos autonómicos de eludir por todos los medios convertirse en los responsables de dar un paso adelante dirigido a un confinamiento parcial o incluso total de sus territorios. Una medida que implica un desgaste político que pocos apuntan a querer asumir aunque la situación se torne más complicada en las próximas semanas.

Ahora bien, más allá de una decisión de máximo calado como esta, Puig tampoco pareció en su intervención excesivamente dispuesto a acogerse a otros de los ofrecimientos de Sánchez. Así, el presidente del Gobierno puso el martes a disposición de las CCAA un total de 2.000 rastreadores del ejército. Una opción que el jefe del Consell no descartó si así lo exige el departamento de Salud Pública, aunque recordó que la Comunitat Valenciana presenta "uno de los mayores porcentajes de detección precoz de la covid-19", en un postura de la que se deslizó que el gobierno que lidera tratará de evitar esas incorporaciones militares.

También evidenció reticencias el presidente de la Generalitat a la hora de incorporar la app RadarCOVID que ofrece el Gobierno de España a las autonomías y que al menos diez CCAA ya han decidido instalar a día de hoy. Sobre esta cuestión, Puig, quien compareció con el titular de Educación, Vicent Marzà, y con la consellera de Sanidad, Ana Barceló, se inclinó por realizar pruebas "de carácter piloto" de la citada aplicación con el objetivo de asegurar que ésta no genera "mayor confusión", "estrés" y, en definitiva, "ninguna circunstancia negativa para el engranaje potente de atención primaria y salud pública que se está desarrollando". 

Unas palabras que siguen la línea expresada recientemente por la Comisionada de la Presidencia de la Generalitat para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial, Nuria Oliver, quien considera que el sistema del Gobierno no han sido objeto de una "evaluación técnica rigurosa". "Su uso generalizado ha sido un gran reto incluso en los países más tecnológicos como Singapur o Corea del Sur. Además, existen brechas demográficas que se perpetúan con este tipo de herramientas, y que dejan a ciertos colectivos como inmigrantes, temporeros y personas mayores 'invisibles' a la aplicación", afirmó recientemente Oliver.