VALÈNCIA (EP). El 'president' de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig, ha defendido este lunes la posibilidad de aplicar un estado de alarma u otro "instrumento jurídico potente" para limitar la movilidad en comunidades autónomas o comarcas que sufran rebrotes como los del Segrià (Lleida).
En rueda de prensa, ha defendido que el confinamiento en esta zona era "lo único que podía hacer" la Generalitat de Catalunya, tras la decisión del Juzgado de Instrucción 1 de Lleida de no ratificar la prohibición de toda salida y entrada a esta provincia.
"Sabíamos cuál era el marco legal: el estado de alarma", ha subrayado a la espera de cómo evoluciona el proceso judicial y de las decisiones que tomen el Gobierno y la Generalitat catalana.
Puig, tras remarcar que no tiene ninguna responsabilidad y que carece de todos los datos, ha sostenido que "en términos generales, queda bien claro que el estado de alarma era fundamental para eliminar la movilidad y limitar derechos constitucionales".
También ha recordado que el Gobierno "dijo que era posible" aplicar un estado de alarma o instrumento similar en un espacio determinado, aunque ha abogado por "definirlo bien" a partir de una buena relación entre las autonomías y el ejecutivo de Pedro Sánchez.
En todo caso, el presidente valenciano ha insistido en que "si es necesario volver a una situación de confinamiento" el estado de alarma es el instrumento legal adecuado en comunidades o comarcas determinadas, siempre de forma "revisable".
Por otra parte, Puig ha insistido este lunes en que la obligatoriedad de la mascarilla "no está en discusión" en la Comunitat Valenciana a pesar de la entrada en vigor en comunidades vecinas como Cataluña o Baleares, aunque ha reconocido que "en los próximos días se pueden tomar decisiones" en función de la evolución de la pandemia.
"El uso de la mascarilla no está en el debate, es absolutamente necesario. Cada uno de nosotros somos responsables", ha defendido en rueda de prensa en el Hospital La Fe de València tras visitar unos 'robots' que amplían la capacidad de pruebas PCR.
Puig ha descartado así "poner una persona vigilando permanentemente lo que hace cada ciudadano" y ha recordado que la mascarilla ya es obligatoria en espacios como el transporte público. Ahora, a su juicio, debe existir una voluntad personal y una responsabilidad compartida de luchar contra el coronavirus.