VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, salió vencedor este martes en la tercera edición del Debate de Política General de la legislatura frente a la presidenta del PPCV y líder de la oposición, Isabel Bonig. El primer año la líder popular se sirvió de un tono aguerrido para acorralar al jefe del Consell, que blandió un perfil más bajo en la contienda parlamentaria; en el segundo, el responsable socialista se apoyó en una serie de proyectos estrella que predominaron sobre la postura más pactista de Bonig. En este tercero, Puig desplegó toda la artillería pesada para anunciar 35 medidas -14 más que en la edición anterior- en una intervención que sonó a presentación de sus credenciales para la reelección.
Ante esa potencia de fuego, Bonig debía rayar a gran nivel para contrarrestar el despliegue de proyectos puestos sobre la mesa por el presidente de la Generalitat. De hecho, tal fue la batería de ideas puestas en liza que el propio portavoz de Podemos, Antonio Estañ, ironizó con los 'ximoanuncios' de Puig, una broma que el presidente se arrogó durante la réplica al líder de la formación morada para anunciar el impulso a la Ley sobre la Función Pública.
En cuanto a la líder popular, su intención propositiva fue un camino por momentos interesante pero quizá falto de profundidad y brillantez como para oscurecer a un Puig bien asentado en la trona. Si bien a lo largo de la jornada tuvo ciertos altibajos en el tono y en la intensidad, el presidente dibujó un discurso más corto que el año anterior -algo menos de hora y media-, notablemente estructurado y con un reparto de anuncios bien enlazado y dosificado, a lo que hubo que sumar una ejecución correcta por parte del jefe del Consell.
Anuncios concretos de la llegada de empresas (Indra y Accenture) al Distrito Digital de Alicante, ampliación de Parc Sagunt, recuperación de las obras de la T2, activación de los metros nocturnos en festivos y fines de semana, becas para opositores, ayudas para sanear a los pequeños municipios, ampliación del Puerto de València, repotenciación energética para el clúster cerámico de Castellón, plan contra la subida de los alquileres, acuerdo para la reducción de las listas de espera, reversión del área de salud de Dénia... el aluvión de compromisos -inédito en toda la legislatura- dejó a la oposición con ciertas dificultades para tomar la iniciativa del debate: o ceñirse a la línea preestablecida o criticar las medidas puestas sobre la mesa por el presidente.
Mientras, en la otra orilla, Bonig, tuvo un traspiés al confundir su objetivo y presentar sus propuestas para dentro de "ocho años" en vez de "ocho meses", lo que provocó hilaridad en el PSPV. Pese a este lapsus inicial, la líder del PPCV había desgranado con un tono menos agresivo de lo habitual aunque bien dotado de crítica lo que considera "fracasos" del Consell y planteó una batería de 31 medidas entre las que se incluyen una bajada histórica de impuestos, la recuperación del distrito escolar único o la liberalización de los horarios comerciales.
Además, la presidenta popular esgrimió una de sus armas de los últimos días: "Sea usted valiente y convoque elecciones", exigió, para que los ciudadanos de la Comunitat "puedan decir que no quieren nunca más gobiernos sectarios" o un presidente de Les Corts, Enric Morera, "que apoya a separatistas golpistas catalanes". Unos argumentos a los que el presidente de la Generalitat respondió con habilidad al ironizar: "Señora Bonig, menudo susto le iba a dar si le digo ahora que adelanto las elecciones...". Una afirmación que se explica por la buena salud del Botànic en gran parte de los últimos sondeos que han disparado las especulaciones sobre un posible anticipo, lo que ha conllevado un contraataque del PPCV solicitándolo para tratar de llevar la iniciativa.
Sí pudo mostrarse más incisiva Bonig en la reforma del sistema de financiación, que Puig abordó con menos energía en su discurso principal de lo que en anteriores ediciones del Debate de Política General. No obstante, la líder popular erró el tiro al acusar al presidente de la Generalitat de no querer acudir al Senado a defender el cambio del sistema tal y como solicitó en su día. El jefe del Consell fue firme en su declaración: "Por favor, pida al Senado donde su partido tiene mayoría que desbloqueen mi comparecencia", suplicó.
Un intercambio de golpes donde también hubo tiempo para que la líder del PPCV agitara el -calificado por Puig- "fantasma del catalanismo", un discurso bien contrarrestado por el presidente de la Generalitat quien rechazó que existiera "ningún proyecto independentista" en Les Corts para acusar a Bonig de tratar de separar entre "valencianos buenos y valencianos malos". "Yo soy igual de valenciano que usted, ni más ni menos", zanjó.
El resto del debate entre ambos dirigentes no terminó de mover el resultado inicial. Bonig regresó a su escaño aplaudida -el diputado Juan Carlos Caballero fue el más enérgico al ponerse en pie y tirar de sus compañeros- aunque con un ambiente de, si no derrotismo, cierta resignación al constatar que la jornada no iba a servir a priori para aumentar unas prestaciones electorales que, según las encuestas, se encuentran muy lejos de la mayoría absoluta aún contando con Ciudadanos.
Mientras, en el bando socialista, se respiraba satisfacción por el rendimiento en un debate que, en la jornada vespertina, Puig cerró con una cita de la expresidenta chilena Michelle Bachelet: 'Hubo un tiempo en nuestro país donde se terminó el diálogo. Qué terrible es para una sociedad que se le acabe algo tan elemental como es la posibilidad de comunicarse y entenderse'. "Aquí también existió este tiempo. Ahora la Comunitat Valenciana vive un tiempo de diálogo, de comunicación, de entendimiento para impulsar un futuro mejor. Este tiempo va a continuar".