VALENCIA (VP/EP). Ximo Puig y Susana Díaz vuelven a marcar distancias con el líder de su partido, Pedro Sánchez, a cuenta del calendario para celebrar el congreso federal del PSOE, convocado para los próximos 21 y 22 de mayo, justo dos semanas después de las primarias para elegir secretario general. La dirección del partido anunció este lunes la celebración de un comité federal extraordinario este mismo sábado para aprobar el aplazamiento del cónclave "hasta la formación de Gobierno en España".
Lo hizo, según fuentes de la ejecutiva citadas por Europa Press, tras constatar que existe consenso de las direcciones territoriales para mover la fecha de este cónclave. No obstante, ni los socialistas valencianos ni los andaluces, dos de las federaciones críticas con el actual secretario general, tienen intención de fijar su postura en uno u otro sentido antes de escuchar los argumentos de Sánchez para mover la fecha del congreso.
Antes del anuncio, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, habló por teléfono con sus homólogos en las dos federaciones, Alfred Boix y Juan Cornejo. Según explican fuentes de la formación Luena llevaba varias semanas tanteando a las federaciones con la opción de aplazar el congreso.
El secretario de Organización del PSPV le transmitió a Luena la intención de la formación de conocer los detalles de la oferta de Sánchez antes de garantizarle su apoyo. Una de las cuestiones más importantes que restarían por aclarar es la nueva fecha. Los socialistas valencianos rechazan el aplazamiento sine die planteado por Ferraz y quieren que la convocatoria se vincule a hechos concretos. Pese a todo, la formación que lidera Ximo Puig optó por no efectuar ninguna valoración pública este lunes.
Los socialistas valencianos rechazan el aplazamiento sine die planteado por Ferraz
Su postura coincide en gran medida con la de los socialistas andaluces y evidencia que Ferraz se apresuró a la hora de dar por logrado un consenso que de momento no es unánime.
En el caso del PSOE-A, el secretario de Organización sí compareció públicamente para asegurar que su criterio dependerá de las explicaciones y razones que ofrezca este sábado la dirección federal para proponer el aplazamiento del congreso, así como de la posición que adopten otras direcciones territoriales.
¿Por qué Sánchez quiere ahora retrasar el congreso del 21 y 22 de mayo? Fuentes del partido vinculan la maniobra al reavivado interés de Susana Díaz por disputarle el liderazgo del partido a Pedro Sánchez.
La réplica del secretario general del PSOE ha sido reabrir el debate sobre el calendario del congreso para situar a las federaciones críticas, particularmente la andaluza, en la tesitura de cuestionar o apuntalar el liderazgo de Sánchez en plena negociación para tratar de formar gobierno.
Tan es así que Ferraz insistía este lunes en que el PSOE está poniendo "primero los tiempos de España y luego, los del partido". Al forzar a las territoriales a retratarse, Sánchez únicamente buscaría ganar tiempo, interpretan fuentes del partido.
Aunque la fecha para el congreso ha sido motivo de pugna entre la dirección de Pedro Sánchez y las federaciones críticas, la realidad es que los plazos y la negociación en marcha para formar gobierno interfiere con los tiempos marcados para una cita que originariamente debía haber tenido lugar en febrero.
Nada más celebrarse las elecciones generales del pasado diciembre, en las que el PSOE a duras penas se mantuvo como la segunda fuerza con 90 escaños, la dirección del partido ya apuntó que el congreso podría irse más allá del mes de febrero. La fecha del tercer fin de semana de mayo se acordó en un comité federal el 30 de enero, tras varias semanas de pulso con las federaciones críticas.
El movimiento de Sánchez, además, llega probablemente en el momento de mayor distanciamiento con la federación valenciana, tal y como se puso de manifiesto en la visita que el líder del PSOE realizó a Valencia el pasado 18 de mayo. Ese día, Sánchez se plantó en Valencia más dispuesto a disfrutar de una jornada fallera que a exhibir su rol de aspirante a la presidencia del Gobierno.
A diferencia de lo que ocurrió tan solo un día antes con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, Sánchez no visitó al jefe del Consell en el Palau de la Generalitat a pesar de ser de su mismo partido, sino que prefirió reunirse con la vicepresidencia Mónica Oltra en un encuentro en el que Ferraz relegó a Puig al papel de mero observador.