Los mercados tienen marcada en rojo una fecha en su calendario de aquí a final de año: el 6 de diciembre, el día que se reúne la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)
VALÈNCIA. El 6 de diciembre es posiblemente el día más importante en la agenda del petróleo de este año pues se reúne la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para tratar de poner fin a la venta masiva de petróleo más prolongada de la historia. Sin embargo, la OPEP no puede permitirse el lujo de esperar tres semanas si la caída del 7% del martes es indicio de lo que podría suceder en el mercado en los próximos días. Un tono más estricto en el discurso sobre la reducción de la producción, o tal vez incluso una reunión de emergencia antes del 6 de diciembre, podrían ser las principales opciones.
Dominick Chirichella, un veterano de los mercados energéticos que ha seguido a la OPEP los últimos 35 años, expresó su sorpresa cuando los el cartel de 15 miembros -liderado por Arabia Saudí y respaldados por Rusia, no miembro de la OPEP aunque importante productor de petróleo- se vieron envueltos en su última crisis. Y dijo que "la manera de funcionar de la OPEP en el pasado ha sido zarandear el mercado con una serie de fragmentos de noticias de 30 segundos para tantear la situación en cuanto a los distintos tipos de estrategias que pueden considerar para una próxima reunión".
Chirichella señaló que, cuando Arabia Saudí fue noticia por primera vez este fin de semana indicando que cree que las necesidades de abastecimiento descenderán en 1 millón de barriles al día en diciembre y que ellos serán responsables de la mitad de esos recortes, el mercado respondió con un repunte a medio gas el lunes antes de cerrar a la baja.
Esa respuesta, según el director de riesgo y trading del Instituto de Gestión de la Energía de Nueva York, debe haberle hecho ver a los saudíes que 1 millón de barriles al día "podría no ser suficiente reducción". Sin embargo, dijo Chirichella, la OPEP procedió el martes a la publicación de un pesimista informe mensual de previsiones donde rebaja el crecimiento de la demanda de petróleo para 2018 tras la disminución del consumo en Oriente Próximo y China, aunque elevando las previsiones de crecimiento del suministro de la OPEP para el año. ¿Respuesta del mercado? Una épica caída del 7%.
Algunos dicen que la caída del martes no vino determinada tanto por el informe de la OPEP como por las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cuyo director ejecutivo Fatih Birol había implorado a los perforadores de Estados Unidos que elevaran más su producción de petróleo, que estaba ya en máximos históricos. La AIE vela principalmente por los intereses de los importadores de petróleo en Occidente. Birol sugirió que Estados Unidos "añadirán 10 millones de barriles al día -la cuota de Rusia- a su producción actual de 11,6 millones de barriles al día.
Phil Davis, que opera con acciones y petróleo en PSW Investments, en Nueva York, advierte que los rumores de que Rusia no estaba de acuerdo con los saudíes en cuanto a los recortes de producción podrían haber disparado la última caída del petróleo. "Imagino que algún fondo grande también estaba posicionándose en largo, algo de lo que probablemente sabremos algo más adelante", añadió.
Algunos culparon a las matemáticas financieras o los modelos de trading algorítmicos que básicamente venden o compran en función de los objetivos de precios, carentes de fundamentales y emociones. Algunos citaron las actividades de liquidación antes de la expiración de las opciones de diciembre de los futuros del petróleo de Estados Unidos el miércoles. Otros dijeron que fue la continuación del factor miedo el lunes, provocado por el tuit del presidente Donald Trump diciendo que la OPEP debería reducir la producción de todas formas.
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Fuera cual fuera el detonante, los precios del petróleo han descendido casi un 30% desde que registraran máximos de cuatro años a principios de octubre, ante la promesa de que los ajustes del suministro debido a las sanciones de Estados Unidos sobre las exportaciones de petróleo iraní, antes de desplomarse, en última instancia, gracias a las exenciones de Washington a las sanciones.
El petróleo del West Texas Intermediate de Estados Unidos se mantiene en mínimos de un año en 55 dólares por barril tras registrar máximos en casi 77 dólares hace seis semanas. El petróleo Brent del Reino Unido registró mínimos de ocho meses en unos 65 dólares. Mes y medio antes tocó techo en torno a 87 dólares. Y la venta se reanudó ayer por 13ª jornada consecutiva, lo que supone la racha bajista más larga en la historia del petróleo. Por supuesto, la pregunta era cuánto más podría bajar.
Adam Sarhan, del fondo de mercados financieros mundiales 50 Park Investments de Nueva York, ha afirmado que el petróleo del WTI tiene "pleno potencial" para situarse en menos de 50 dólares. A su juico, "solo el impulso es muy bajista y claramente el miedo a lo desconocido ha tomado el control. En los mercados bajistas, se dan sorpresas a la baja y ningún movimiento descendente debería ser muy impresionante".
Mientras que John Kilduff, socio del fondo de cobertura de energía de Nueva York Again Capital, coincide: "En el gráfico, se muestra que el petróleo del WTI debería alcanzar los mínimos de febrero de 52 dólares. Pero mi apuesta está entre 46 y 48 dólares".
Las preguntas más pertinentes son: ¿cómo reaccionará la OPEP? ¿Y esperará hasta el 6 de diciembre? Phil Flynn del Price Futures Group de Chicago señaló que estaba seguro de que la OPEP convocaría una reunión de emergencia para tratar de volver a impulsar el mercado. En un correo electrónico a Investing.com, escribió que "¡Harían bien en hacerlo! Su mayor error fue no responder al último tuit de Donald Trump. Parecía que les daba miedo reducir la producción y enfrentarse a su furia”. Kilduff coincide manifestando que "no se puede descartar una resolución de emergencia, sobre todo si nos situamos en menos de 50 dólares en los próximos dos días y queda tiempo para que se haga aún más daño”.
La OPEP ha celebrado reuniones de emergencia en el pasado para coordinar la acción del precio, pero lo ha hecho con prudencia. Además, a sólo tres semanas de la próxima reunión, podría ser difícil organizar otra antes, dicen los analistas que calculan que podría tardarse hasta 10 días en conseguir celebrar una cumbre. Ejemplo de ello es que la reunión del 6 de diciembre estaba programada originalmente tres días antes pero se cambió debido a los conflictos. "La otra cosa que pueden hacer es subir el tono, que el próximo recorte de producción será mayor de lo que creían, quizás hasta de 2 millones de barriles al día”, según Kilduff.
Baran Krishnan es analista senior de Investing.com