Jerome Powell hablará el miércoles y el jueves, con los mercados pendientes de cara a nuevas pistas para saber cuando bajará los tipos de interés
MADRID. Hemos insistido durante tiempo en que los mercados de tipos se estaban adelantando casi cuatro recortes completos por parte de la Reserva Federal en los próximos trimestres, y el sólido informe de empleo de Estados Unidos de la semana pasada brindó un claro respaldo a nuestra opinión, dejando claro que no hay una desaceleración significativa en el ritmo de creación de empleos en Estados Unidos.
La noticia llevó a los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años hacia el nivel psicológico del 2% y provocó un fuerte repunte en contratendencia del dólar estadounidense, que terminó la semana con una fuerte subida frente a cada moneda del G10, con excepción del dólar canadiense, impulsado por un sólido informe de trabajo.
Es notable que el rendimiento del dólar fue mixto frente a las principales monedas de los mercados emergentes, muchas de las cuales lograron un comportamiento mucho mejor que los rendimientos de EE UU, a medida que disminuyen los temores que afectan a la economía mundial.
La atención esta semana permanece en Estados Unidos. El presidente de la Reserva Federal, Powell, declarará ante el Congreso. Será interesante ver hasta qué punto las fuertes cifras económicas frenan su entusiasmo por una política más flexible.
El anuncio de que Christiane Lagarde sería la próxima presidenta del BCE se interpretó como una noticia de continuidad y, tal vez, de moderación en la política monetaria. Los mercados, ciertamente, lo vieron de esta manera, ya que los bonos italianos se recuperaron fuertemente y el euro comenzó a perder altura incluso antes del informe de nóminas de Estados Unidos conocido el viernes. Además, la decisión de la UE de no aplicar sanciones contra Italia por su déficit presupuestario señala una visión más tolerante de estímulos fiscales adicionales. Esto significa que, en nuestra opinión, la flexibilización monetaria adicional puede ser menos necesaria, lo que es positivo para el euro a medio plazo.
Hay indicios crecientes de que la incertidumbre sobre el Brexit está comenzando a afectar a la confianza de las empresas de Reino Unido. Los indicadores PMI de actividad comercial cayeron por debajo del nivel de 50, lo cual indica contracción. Esta semana veremos si esta pérdida de confianza se refleja en los datos económicos reales cuando el crecimiento del PIB para los tres meses anteriores a mayo se publique este miércoles.
Las noticias positivas de la semana pasada en el frente comercial se vieron eclipsadas, el viernes, por un informe de nóminas muy fuerte en Estados Unidos. La creación de empleo se recuperó fuertemente en junio desde su caída de mayo, los salarios reales siguen creciendo de manera modesta pero constante. No hay indicios de que haya una recesión o incluso una desaceleración significativa. Después del informe, los mercados parecieron descartar cualquier posibilidad de un recorte de 50 puntos básicos en la reunión de julio de la Reserva Federal. Si bien pensamos que un recorte es políticamente inevitable, no vemos las condiciones necesarias para un ciclo de recortes sostenido.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury