VALÈNCIA. Mientras enfoca al número cinco de la candidatura del PP, Julio Casillas, en el barrio de Santa Rita, en plena acción de precampaña electoral, una voz pregunta en off, con cierto tono de irritación, "¿qué estáis haciendo?"
Ante la mirada sorprendida del equipo de campaña de la formación popular en Paterna, rebaja el tono y saluda con un "hola. Os estoy grabando como vosotros hacéis en mi barrio". Entonces la cámara se centra en Sara Palma, la aspirante a alcaldesa, que responde con cercanía y naturalidad: "venimos con propuestas para el barrio".
Y se entabla un diálogo que queda cortado en la emisión. Este vídeo de poco más de un minuto colgado en TikTok ha superado las cien mil visualizaciones en escasos días. Lo ha subido un usuario particular, no el PP.
En la imagen, en esa acción de campaña, no aparecen militantes populares en el municipio más allá de la propia candidata, que se inscribió hace escasos meses. No es por falta de panorámica, sino por la situación real que evidencia la imagen. "La candidatura va por un lado y el PP local por otro", resume un militante.
Un nítido ejemplo de esta división lo constituye la dificultad que tiene la afiliación para acceder a la candidata. "Nadie tiene su número excepto la presidenta local y porque insistió en ello", señala.
Al preguntarle, ella da un número telefónico corporativo. En el whatsapp aparece su foto; no obstante, quien lo contesta es su jefe de campaña y secretario general local del PP (en sustitución del recordado José Vicente Riera), el laborioso Paco Sabater, la persona que controla todo su entorno político. "Hace, en la práctica, de cortafuegos entre ella y el partido. No se puede acceder a Sara Palma", señala una persona con predicamento en la agrupación local.
Y si el roce hace el cariño, la distancia provoca el efecto contrario. La renuncia pública de Santiago Salvador, presentado como flamante número dos de la candidatura meses atrás, tal como anticipó Valencia Plaza, el pasado 30 de marzo comenzó a delatar lo que ocurría. Anticipó su decisión de no ir en la lista con un comunicado propio, con elegancia, y sin que el estrecho círculo de Palma supieran de sus intenciones de difusión. Las divergencias entre ambas partes se habían hecho más que patentes en las semanas previas.
Con una polémica campaña de por medio en linkedin que incluía una ambigua oferta de trabajo que tuvo que retirar el PP, hace una semana, y con desconocimiento del comité electoral local, el tándem Palma-Sabater hizo pública su candidatura. De ella llamaba poderosamente la atención que no apareciera Flor María Villajos, la antes mencionada presidenta local y la persona que lleva lustros tirando del carro popular en el municipio y ocupando cargos relevantes en el partido y en el ayuntamiento.
"Renuncié hace escasos meses a ir en lista. Ha sido una decisión propia por varios motivos", apunta Villajos al ser preguntada, aunque sin especificar los motivos a los que se refiere. Desde la agrupación, tal como se están desarrollando los acontecimientos, llegan a indicar que "aunque hubiera querido posiblemente no le hubieran dejado ir en la lista". De esa manera aluden al omnipresente Sabater, que cuenta con el plácet tácito, y así lo recuerda, de la dirección regional.
"Apenas va a reuniones de la comisión ejecutiva. No es que controle el partido; simplemente lo ignora. Hace su camino al margen y no siempre con los mejores modales", añaden desde la agrupación.
La citada candidatura, elaborada por Palma y Sabater, además de por la desaparición de Villajos, llama la atención por incluir a escasa militancia local. "Prometieron que contarían con la afiliación y con personas conocidas del municipio y han traído a gente de fuera. Entre los diez primeros solamente están Sabater y Enrique Guillem (asesor y persona de confianza del secretario general local) del partido en Paterna", recalca.
"¡Qué pena! Lo teníamos todo de cara y lo hemos desaprovechado. Nos hemos pegado un tiro en el pie", sentencia con resignación. Ese estado parece ya adquirido como propio por la agrupación del PP en Paterna desde hace años, que languidece perdiendo afiliación y contemplando cómo el PSPV, su gran rival con Juan Antonio Sagredo como líder indiscutible, tiene bastantes visos de revalidar su actual mayoría absoluta. A no ser que la situación dé un importante giro en el algo más de un mes que resta para las elecciones del 28 de mayo.