VALÈNCIA. La compañía de telecomunicaciones española presentó resultados el pasado 15 de noviembre, obteniendo un beneficio por acción (BPA) de 0,14 euros, cuando las previsiones eran de unas pérdidas de 0,08 euro por acción. Sin embargo, se quedó por debajo de los 0,21 euros que ganó en el mismo trimestre del año anterior. Los ingresos, por su parte, quedaron en línea con las previsiones.
Otros aspectos relevantes a nivel fundamental para la compañía son:
De esta forma, podríamos decir que las rentabilidades son interesantes con respecto a sus homólogos.
Telefónica es una empresa con un apalancamiento elevado. La deuda total con respecto al capital es del 225,5% y sigue siendo el principal lastre para la cotización de sus acciones. A pesar de que la compañía quiere reducir deuda, en los últimos cinco años ha pasado del 195,3% hasta el nivel actual. No obstante, es cierto que la deuda está bien cubierta con el flujo de caja operativo, el cual representa un 26,8%. Lo ideal es que las compañías tengan un flujo de caja operativo superior al 20% de la deuda total y Telefónica los cubre. Los pagos de intereses de la deuda están demasiado bien cubiertos por las ganancias, ya que el ebit es 1,9x la cobertura.
El 63% de la compañía está en manos del público general y el 37% a manos de institucionales, por lo que su accionariado se compone minoritariamente de manos fuertes.
Por descuentos de flujos de caja, el valor podría estar infravalorado. El valor intrínseco se podría situar en el entorno de los 10 euros. El consenso de analistas marca un precio objetivo en los 8,24 euros con recomendación de neutral.
A finales de noviembre la empresa informó de que ahora el foco del negocio donde se concentra el 80% de los ingresos: España (27%), Brasil (21%), Alemania (16%) y Reino Unido (15%). Asimismo, informó de una nueva estructura organizativa, con la creación de Telefónica Tech, que se centrará en el segmento empresarial y proporcionará soluciones en materia de ciberseguridad, Cloud e IoT y big data, y la creación de Telefónica Infra, que estará centrada en la infraestructura de comunicaciones de la compañía, con el 50,01% de Telxius como activo principal.
Telefónica prevé que por este negocio entren 2.000 millones de euros de ingresos adicionales en 2022 y que eso le sirva para reducir su apalancamiento. Los inversores muestran bastante cautela sobre cómo serán los resultados.
Técnicamente, las acciones de Telefónica están en tendencia bajista desde agosto de 2015. En agosto de este año perdió el soporte de los 6,16 euros, tras ello rebotó hasta la directriz bajista y desde ahí, ha comenzado a caer.
Lo más probable sería ver mayores caídas en Telefónica, habría que vigilar ese soporte de los 6,16 euros, ya que de perderlos aumentarían las probabilidades de mayores caídas con objetivo los 5 euros por acción. Únicamente veríamos un cambio a positivo si supera la resistencia de los 7,70 euros, de la cual estamos bastante lejos en estos momento.
Sergio Ávila es estratega de Mercados de IG