Quererse y acompañarse

La pandemia. La covid. Las cifras luctuosas. Todo sabemos que el escenario es desolador, y que las respuestas deben darlas las autoridades sanitarias a nivel mundial, nacional y regional. Pero, ¿qué tal si le damos la vuelta? ¿Estamos listos en el sector industrial para meter los dos pies en una realidad en la que la fuerza de trabajo que no esté en factoría o almacén se quede en casa?

La respuesta es sí. Rotundo. Tenemos las herramientas y sabemos cómo conseguirlo. Hay que resolver, eso sí, varias situaciones. La primera sería, evidentemente, técnica. Tenemos que conseguir que la persona trabajadora se sienta tecnológicamente como si estuviera en la oficina. Las mismas conexiones. Para eso hay que tener listos un buen centro de datos, el mejor equipo posible, buenas comunicaciones con un acceso seguro. Con eso, batimos el primer escollo.

Después, llega lo más importante: que la persona que trabaja desde casa se sienta motivada. El teletrabajo ha traído muchas cosas buenas, pero también algunas consecuencias que aún es pronto para evaluar. Después de tantos meses de trabajar en un despacho, salón o balcón en el mejor de los casos; sin contar aquellos esforzados padres que se han convertido también en profesores; es normal echar de menos las rutinas. El café, a los compañeros, las risas, las miradas y hasta las conversaciones con el pesado de turno.

Eso, ciertamente, es muy difícil de sustituir. Pero sí podemos, y debemos, hacer algo para que esa desafección sea menor. ¿Cómo? Es relativamente sencillo. Sólo hay que retraerse al primer punto y tomar un pequeño desvío: el equipo, el centro de datos, la VPN y, aquí el desvío, el cariño.

El salario emocional y todo eso está muy bien pero no es suficiente. Démosle, de nuevo, la vuelta. ¿Qué podemos hacer, como empresa, para que nuestros compañeros se sientan acompañados en la difícil tarea de trabajar desde casa cuando no se está acostumbrado? Querer al empleado. No se trata de darle el último modelo de ordenador del mercado, ni de pagarle o no internet. Se trata de entender que el que está solo es él y debemos acompañarlo en la distancia. Y esa es nuestra responsabilidad como empresa y como compañeros.

Juan Jiménez es coordinador de Industria de Alfatec