El comercio pide la fusión de fallas y los hosteleros claman por más control. Fuset propone sustituir la festividad de San Vicente Mártir por el día 18 de marzo como solución a los problemas de convivencia
VALÈNCIA. Las Fallas de 2018 vienen con resaca. Saturación, suciedad, problemas de ruidos… las fiestas han estado marcadas por muchos de los problemas de convivencia de antaño. Y es que, aunque “se han realizado muchos avances, queda mucho por hacer”. Así lo cree el secretario de la Unión de Consumidores, Vicente Inglada, quien, a la hora de realizar un balance, insuflado del espíritu fallero que invita a mirar al año siguiente, ya piensa en una solución. “Lo que hay que hacer es una Mesa de Coordinación de los sectores implicados para mejorar los problemas que se han detectado este año y hacer una fallas más responsables y sostenibles”.
Una petición, la de la Mesa para las Fallas, apoyada por la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, donde también la consideran “necesaria”. En dicha mesa los comerciantes creen que deberían estar presentes todas las concejalías implicadas de València (Cultura Festiva, Ocupación vial, Policía, Movilidad…) para evaluar lo acontecido este año y programar con antelación suficiente “junto con falleros y resto de sociedad civil, vecinos, consumidores, comerciantes, transportistas y hosteleros” las medidas principales para 2019.
Para ello los comerciantes del centro histórico piden que se establezca un calendario de trabajo, “de presentación de solicitudes” y de “planificación de ocupación del espacio público”, que permita evitar la política de “hechos consumados” implantada como norma durante este curso, dicen, que tantos perjuicios les ha causado.
Y es que, aunque los comerciantes coinciden con los consumidores en valorar que se han logrado teóricos avances en el bando fallero, “el incumplimiento reiterado del mismo” ha hecho que, según ellos, la normativa haya sido poco menos que“papel mojado”. Algo que ha derivado en lo que califican como un trato “injusto y totalmente incongruente” con los establecimientos de la ciudad, sometidos a la rigidez durante todo el año, mientras ha habido lo que califican como “patente de corso” para “ciertas comisiones”.
Qué hacer con cinco toneladas requisadas de cerveza y otras macrocifras de la resaca fallera
Puestos de comida delante de establecimientos, comerciantes a los que se les impide trabajar, quedando aislados en algunos casos, obstaculizando sus escaparates y desviando los flujos peatonales, carpas vacías bloqueando calles, escenarios deficientes, el caos ha sido tal que desde la asociación de comerciantes reclaman medidas como que, por ejemplo, la Ordenanza de Venta No sedentaria “no quede anulada” en el futuro por el bando fallero, o que las sanciones se ejecuten. “Para el comercio, marzo se convirtió ya hace años en el mes más nefasto de ventas”, se lamentan.
Unas críticas que se han unido a las de los hosteleros por lo que sienten que ha sido una “falta de respeto” y “trato discriminatorio” hacia ellos. Desde la Federación de Ocio y Turismo han lamentado el daño que se ha realizado a los establecimientos con el descontrol que se ha dado en la venta ambulante.
El malestar entre los comerciantes del centro histórico, lejos de menguar con el fin de la fiesta, se mantiene intacto y esta asociación ha anunciado que revisará todos los expedientes para comprobar hasta el último documento. “Vamos a exigir las copias de los informes favorables que preceden a las autorizaciones, de aquellas ocupaciones de vía pública que nos han causado perjuicios; queremos saber quién la firma y en base a que se criterios jurídicos se conceden”, aseguran prescriptores.
Igualmente recuerdan que las medidas de seguridad implantadas en las calles próximas a la Plaza del Ayuntamiento han perjudicado en gran medida a los comercios al impedir el acceso de los clientes, causando pérdidas económicas considerables. Es por ello que advierten de que si estas medidas han llegado para quedarse, se tendrán que buscar “compensaciones económicas” para los perjudicados por ellas.
Entre las propuestas que se han lanzado en las últimas horas para mejorar la convivencia de la fiesta con la ciudad, el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, aludió este lunes a la posibilidad de cambiar la festividad de San Vicente Mártir por el día 18 de marzo, de tal forma que la fiesta afectaría menos a la actividad cotidiana de la ciudad.
Por su parte, desde la asociación de comerciantes reclaman “una importante reflexión sobre cómo ha evolucionado la fiesta” y valorar si lo importante “es la calidad de los monumentos, más que la cantidad”. En este contexto, abogan por “una racionalización del número de comisiones” que pasaría por impulsar la fusión de algunas de ellas. Una solución, la de unir comisiones, que creen que resolvería además los “problemas de financiación” de muchas.
Dos propuestas sobre la mesa para encajar el complejo puzzle en el que se han convertido las Fallas. Amadas u odiadas, lo que es evidente es que no dejan indiferente a nadie.