EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

¿Quiere invertir? Aproveche el miedo

24/02/2016 - 

VALENCIA. A los mercados los mueve una corriente contínua de decisiones. Esta corriente emana de la masa de inversores que lo forman (incluyendo a las máquinas). Y con razón o no (difícil de determinar), el lado más fuerte gana. ¿Qué hará mañana el mercado? Nadie lo sabe.

Pero esto no es del todo cierto, más bien es sólo es cierto en términos generales: si nos separamos del ruido constante del mercado podemos ver con mucha claridad situaciones de oportunidad que los participantes entre tantas emociones no son capaces de discernir de los riesgos.

Esto ocurre cíclicamente y suele ser más evidente en los momentos de caída, donde todo el público minorista (y buena parte del profesional) suele bajar su nivel de racionalidad y deja que el miedo contamine sus decisiones. Por ejemplo ahora: el petróleo parece el culpable de todos los males. ¿Lo es? Vamos a analizarlo de manera simple, y ver si hay una oportunidad.

Yo prefiero un petróleo barato porque sólo lo consumo, no lo tengo que vender y pagar mis gastos con lo que saque. Si así fuera estaría tomando decisiones bastante difíciles los últimos meses, quizá incluso al borde de la quiebra. Y habría pasado varias veces por el banco a financiarme y refinanciarme, y tratando de mostrar un plan de negocio que no pareciera la foto de un naufragio.

Pero el banco está asustado: aún está adaptando su estructura de capital a los nuevos requerimientos que trajo consigo la crisis financiera. Y no está muy dispuesto a prestar, porque resulta que ya prestó con el petróleo a 70 dólares, y a 50, y a 40... a otros como yo. Además, resulta que el mercado tampoco me presta: las colocaciones de bonos con subyacentes energéticos han desaparecido. Así que tengo un problema, pero no es sólo mío.

Todo mi sector tiene mi problema, y eso significa que mis acreedores están nerviosos: bancos y bonistas. Y cuando decimos bonistas podemos estar hablando de cualquier fondo de renta fija corporativa, en particular los de high yield -recuerden antes se llamaban bonos basura-, que suelen tener alrededor de un 20% relacionado con el sector energético. Así que ya podemos ponerle nombre al miedo: el impago.

Según el último informe de Deloitte, alrededor de un tercio de petroleras en EE UU tiene un alto riesgo de quebrar este año, impagando sus bonos total o parcialmente. El 80% serían productoras, el 20% proveedoras de servicios que son menos sensibles a los precios. Y en parte esto obedece al vencimiento de muchas de sus coberturas de precio, que les protegieron durante meses pero ahora ya no podrán renovar.

¿Cuánto supone todo ello? En torno al 11% de tasa de impago. Esto eleva la media del sector de high yield al 4% - 4,5%, ya que el resto de sectores estarán previsiblemente por debajo de su media histórica, según Moody’s y Fitch. Y a cambio de ese riesgo, ¿cuánto nos paga? A día de hoy y según el vehículo que elijamos podemos estar alrededor del 9% de rentabilidad con una duración de 4 años. ¿Nos compensa o no?

Pues bien, resulta que al 9% de rentabilidad la tasa de impago del sector energético tendría que ser del 36%, y del 11% para todo el sector de bonos high yield. En otras palabras: El mercado ha exagerado muchísimo, y esto significa que hay una oportunidad en lugar de un riesgo. ¿Siguientes pasos? Busquen a igualdad de rentabilidad y duración los fondos o etfs con menor peso en el sector energético y más de 500 emisores en cartera. Compensa.

Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office

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