Los expertos de Scope Ratings analizan el momento actual por el que atraviesa -y las perspectivas de futuro- la economía otomana tras las elecciones locales celebradas el pasado fin de semana
MADRID. Las tácticas coercitivas del Gobierno turco dirigidas a estabilizar el tipo de cambio y la inflación del país podrían resultar contraproducentes a largo plazo, al alentar a los inversores a abandonar el mercado de liras o a aplazar las inversiones a largo plazo en el país. El Gobierno adoptó políticas antiliberales antes de las elecciones locales de este domingo para frenar la presión vendedora sobre la lira turca, reducir artificialmente la inflación hasta cuatro veces el objetivo oficial y coaccionar a los bancos para que concedan nuevos préstamos. Estas políticas son negativas para el crédito, especialmente si continúan después de las elecciones.
"Turquía se encuentra ahora mismo en una encrucijada en lo que respecta a su política económica", dice Dennis Shen, de Scope Ratings. "Esto incluye los cambios en el marco de tipos de cambio flexibles del país, lo que tradicionalmente ha sido una fortaleza crediticia". Este régimen de tipo de cambios flexibles se ve amenazado por medidas tales como las restricciones del gobierno sobre la cantidad de liquidez en liras que los bancos nacionales podían ofrecer a sus contrapartes extranjeras antes de las elecciones de este fin de semana.
Estas medidas fueron diseñadas para detener las salidas de liras y reducir la volatilidad económica. Esto ha creado importantes distorsiones en los últimos días, con rendimientos del bono a dos años que superan el 20%, y el tipo de interés de los préstamos a un día en liras subiendo temporalmente hasta el 1.000% (el nivel más alto desde la crisis bancaria de 2001). Mientras tanto, las reservas netas de divisas cayeron en torno a los 10.000 millones de dólares durante las tres primeras semanas de marzo.
El regulador bancario del país y el Consejo de Mercados de Capitales están investigando a JP Morgan por una recomendación 'manipuladora' de vender la lira y, además, el regulador también está iniciando una investigación separada contra los bancos que supuestamente han manipulado a sus clientes para que compren divisas. "Estas tácticas para forzar la estabilidad de la lira y restringir su venta pueden reducir las presiones especulativas hasta cierto punto a corto plazo, pero harán que la lira sea menos atractiva a largo plazo, recortando la inversión extranjera directa, la cartera externa y los flujos de deuda hacia Turquía", dice Shen. "Esto podría reducir el potencial de crecimiento, facilitar los flujos de salida de capitales y conducir al surgimiento de mercados negros de liras, en los que se refleja el verdadero valor del mercado forex".
La inflación continúa siendo elevada, del 19,7% anual en febrero, aunque por debajo del máximo alcanzado en octubre de 2018, en el 25,2%. La inflación de los alimentos se mantiene cerca de su nivel más alto registrado, del 29,3% anual en febrero. El Estado ha comprado frutas y verduras directamente a los agricultores y las ha vendido en varias ciudades a precios bajos para tratar de controlar los precios antes de las elecciones. Además, se ha intentado imponer multas a los mayoristas y minoristas que venden alimentos a precios 'inflados'. “A largo plazo estas acciones reducen la confianza en los mecanismos del mercado local, aminorando potencialmente la oferta y creando escasez de bienes", comenta Jakob Suwalski, analista de Scope. "A pesar de que el gobierno venda alimentos a precios subvencionados, los factores de empuje de costes y los cuellos de botella económicos sostienen el alto nivel de inflación estructural", dice Suwalski. "Por lo tanto, pese al reciente y agudo ajuste de la actividad económica, prevalecen las incertidumbres sobre la trayectoria futura de la inflación", añade.
El banco central ha mantenido positivamente una política monetaria restrictiva a pesar de que la inflación ha bajado y la economía ha entrado en recesión técnica. El tipo de interés de las cesiones temporales de deuda a una semana se ha mantenido elevado en un 24% y la reciente suspensión de las subastas de cesiones temporales a una semana hace que los tipos de interés se endurezcan al pasar a un tipo de interés más elevado para los préstamos a un día (25,5%). "Al mismo tiempo, debido a la debilidad del crecimiento de los préstamos internos, es probable que el banco central tenga que bajar los tipos de interés a finales de este año para respaldar la concesión de créditos", afirma Suwalski. "El gobierno ya está presionando a los bancos estatales para que aumenten la extensión de préstamos baratos".
"Si se amplían las políticas, incluidos los controles sobre divisas y préstamos, los desequilibrios podrían acumularse con el tiempo. Esto puede convertirse a largo plazo en una crisis económica", dice Shen. "Por eso es crítico que el gobierno regrese ahora a un marco económico más sostenible." Scope sitúa la calificación de Turquía en 'BB-' con perspectiva negativa. La agencia ha observado que en los últimos trimestres se ha producido cierto reequilibrio macroeconómico, aunque atribuido principalmente a los cambios cíclicos vinculados a la debilidad de la economía y de la lira.
Jakob Suwalski y Dennis Shen son analistas de Scope Ratings